No ha querido Gonzalo dar lugar a muchas especulaciones y en la primera ronda jugada en el TPC Summerlin ha demostrado que lo de la semana pasada con el putter ya está olvidado. El madrileño ha tenido en el palo más corto a uno de sus mejores aliados y se ha metido en el decimonoveno puesto del Shriners Hospitals for Children Open tras entregar una tarjeta de 68 (-3) golpes, a cuatro de la cabeza.
Gonzalo salía desde el hoyo 10 y desde el principio se vio como el putter carburaba. En el hoyo 12 embocaba desde doce metros para lograr su primer birdie del día y aunque tripateaba por primera vez en el par 5 del 13 y se dejaba alguna oportunidad como en el 15, en general todo estaba en su sitio y las cosas en el green funcionaban. Además era capaz de recuperar los problemas en los que se metía como en el par 5 del 16, donde tras estar de dos en el antegreen solo pudo concretar con par, o en el 17, un par 3 en el que visitaba el búnker de la derecha de green y lograba salir bien parado de nuevo. En definitiva, aunque no estaba particularmente fino con los hierros, el madrileño salía de sus nueve primeros hoyos con dos bajo par en la tarjeta y sin los problemas en el green de la semana pasada.
Sin embargo, la segunda parte del recorrido empezaba con los fantasmas del Frys.com acercándose a ver cómo jugaba Gonzalo en Las Vegas y en el hoyo 1 se iba del green con el segundo tripateó del día. Pero los espíritus decidieron que ya era hora de dejar de atormentar a Gonzalo y se fueron a jugar al blackjack en los casinos cercanos y en el siguiente hoyo caía su tercer birdie. Todavía se agenciaría uno más el madrileño en el hoyo 7 tras un gran putt de cinco metros que le dejaba con el resultado definitivo de menos 3. Pudo haber mejorado su tarjeta Gonzalo en el último hoyo, un par 5 accesible, en el que tripateó de nuevo y de lo que se quejaba el madrileño.
“No he conseguido hacer birdie en ninguno de los pares 5 lo que es una pena porque cacé calle en todos ellos y si quieres hacer algo en este campo tienes que sacar ventaja de esos hoyos”, comentaba Fernández-Castaño que añadía que “es curioso, porque no le he pegado bien pero me voy a casa con -3 lo que está fenomenal y, en general, estoy contento con mi primera ronda bajo par de la temporada”.
A cuatro golpes, y liderando el torneo, se encuentran Martin Laird y Stewart Cink. El escocés ha comenzado la temporada como un tiro. Si la semana pasada se quedó a las puertas del triunfo, en Las Vegas no parece que esté por la labor de dejar escapar una segunda oportunidad. El escocés, que se estrenó como ganador del PGA Tour en este torneo en 2009 y fue segundo en 2010, sabe como sacarle rédito al recorrido y ha capturado los dieciocho greenes posibles, jugando agresivo y buscando la máxima distancia con un driver que le ha funcionado a la perfección. El resultado es un 64 (-7) apuntado en su tarjeta, lleno de birdies y sin ningún error.
Por su parte, Cink también se iba a casa club sin un solo bogey cometido y terminando a un golpe de los 63 impactos, el tanteo más bajo en su carrera. Como el propio jugador estadounidense comentaba, “le dije a mi caddie que si somos capaces de hacer esto cada día de la temporada las cosas irían bien, pero eso es algo que no va a ocurrir”, sentenciaba Cink, que sabe que una sola vuelta buena no es suficiente para llevarse un torneo.
El que va como un tiro es Jarrod Lyle que quiere conseguir la cantidad que le hace falta para recuperar la tarjeta antes de que termine su exención médica. El jugador, que por dos veces ha conseguido vencer a la leucemia, es cuarto tras finalizar con menos cinco a dos golpes de la cabeza y si consiguiese mantener esa posición, tendría ya asegurada la tarjeta. Una gran noticia para el australiano que es todo un ejemplo de lucha y superación.
Resultados y clasificación de la primera jornada del Shriners Hospitals for Children Open
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