Desde hace un par de años estamos viviendo una curiosa revolución en la manera en que se llevan los palos de golf. De las bolsas al hombro, los carritos manuales o eléctricos y los buggies hemos pasado a las bicicletas, los Segways, las tablas de skate adaptadas e incluso los hovercrafts. Y como era de esperar, la llegada de estos nuevos transportes han traído consigo las primeras «chufas» por un uso… poco adecuado, por decirlo de algún modo.
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