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Zona Pro

Las cuentas del Gran Capitán

Óscar Díaz | 01 de septiembre de 2014

McGinley durante el pasado Irish Open (foto de Getty Images)

El puesto de capitán en la Ryder es un honor, un reconocimiento en vida al que todo gran jugador aspira, una medalla inmaterial que identifica a aquellos a los que se les suponen cualidades extraordinarias a la hora de gestionar un grupo en un deporte eminentemente individual. Del mismo modo, la exposición y al escrutinio al que se ven sometidos los capitanes añaden una tensión difícilmente soportable a su ya peliaguda misión. Quizá por eso jugadores con logros tan notables como José María Olazábal consideran que la capitanía en la Ryder es la cúspide de su carrera deportiva.

Esta semana ese escrutinio sobre los capitanes Ryder se acentúa, dado que mañana Paul McGinley y Tom Watson anunciarán sus elecciones de libre disposición y completarán su plantilla para la cita de Gleneagles. Y estas elecciones serán diseccionadas, analizadas y examinadas hasta la saciedad, como pretendía hacer desdeñosamente Fernando el Católico con aquellas cuentas de la campaña de Nápoles de Gonzalo Fernández de Córdoba, su Gran Capitán.

Una vez finalizado el Open de Italia, en el equipo europeo ya figuran nueve golfistas de garantías: Rory McIlroy, Henrik Stenson, Sergio García, Justin Rose, Martin Kaymer, Victor Dubuisson, Thomas Bjorn, Jamie Donaldson y Graeme McDowell. Quedan, por tanto, las tres elecciones de McGinley para completar el potente plantel europeo que deberá enfrentarse a los pupilos de Tom Watson, y aquí es donde entran las dudas.

El capitán irlandés hablaba de su responsabilidad hace unos días durante una rueda de prensa y dejaba claro que los implicados saben qué se juegan.

«Va a ser difícil, lo sé. Pero he sido muy claro con ellos y saben dónde están. He intentado ser muy abierto y transparente con respecto a las elecciones y les correspondía a los jugadores mostrarme su buen estado de forma y los motivos para elegirlos», explicaba McGinley.

Sin que deba personalizarse como «recadito», con este comentario McGinley parece descartar de plano a Miguel Ángel Jiménez, quien, seguramente informado de las intenciones de su capitán, decidió prescindir de las dos últimas fechas del European Tour. Si a esto le sumamos las desafortunadas declaraciones de Sam Torrance de hace un par de meses en las que proclamaba abiertamente su preferencia por Poulter, McDowell y Westwood, parece claro que Sergio García va a ser el único jugador español que defenderá en esta ocasión la enseña europea en la Ryder.

Con respecto a las tres elecciones pendientes, salvo sorpresa mayúscula hay dos asignadas «de oficio». Una a Stephen Gallacher por su capacidad de lucha, por perseguir esa plaza hasta el último hoyo del último torneo, por su gran temporada y por su compromiso con el European Tour, demostrado en torneos esquivados por otras estrellas como el Seve Trophy o la EurAsia Cup y en su calendario centrado en el circuito continental. McGinley ha formado parte durante muchos años del comité de jugadores y debe recompensar la entrega de uno de los pocos jugadores (junto a Björn, Jiménez, Lawrie y unos cuantos más) que engrandecen con su presencia y dedicación el European Tour. Aun así, McGinley ha querido templar gaitas y en declaraciones a Sky quiso mantener cierta distancia.

«No hay que dejarse llevar. Tengo que ser justo con todo el mundo y hacer lo mejor para Europa. Quiero analizarlo todo fríamente y hay que tener en cuenta muchas más cosas que la emoción por la actuación de Stephen», decía McGinley al final del Open de Italia.

Sin duda, la de Gallacher sería una de las elecciones más unánimes y merecidas de los últimos años y nadie se atrevería a discutirla. A todo lo anterior hay que sumarle su condición de local, el único escocés que estaría en un Gleneagles que conoce al dedillo (suma siete top tens como profesional en el Johnnie Walker Championship, torneo que se disputa en dicho complejo, y tres consecutivos en el PGA Centenary Course que acogerá la Ryder), y si nos centramos exclusivamente en las cifras, Gallacher es el sexto jugador europeo que más puntos del ranking mundial ha logrado durante los últimos ocho meses, solo por detrás de McIlroy, García, Kaymer, Rose y Stenson.

«Espero que Stephen sea elegido porque sería un fantástico jugador de Ryder Cup. Ha hecho un esfuerzo supremo. Si el capitán necesita que le señalen a alguien que está en forma y es capaz de jugar bien bajo presión, ahí tiene a Stephen», declaraba un compungido David Howell, que le «birló» la segunda plaza que Gallacher necesitaba para clasificarse directamente y que sabe lo que es jugar el torneo.

Ian Poulter será el segundo jugador elegido por Paul McGinley. La historia moderna de la Ryder sería muy distinta sin la presencia del plusmarquista actual de la competición (12 -3 es su récord), especialmente en la edición de Medinah. Poulter es Mr. Ryder, e independientemente de su estado de forma actual (lleva un año que bordea lo calamitoso), nadie concibe un equipo europeo sin la presencia del aguerrido jugador inglés.

Dado el carácter habitualmente insular del European Tour, y descartando las opciones continentales de Molinari, Luiten y Jiménez, para la última plaza en liza hay dos nombres destacados: los ingleses Luke Donald y Lee Westwood. Siendo generosos, su temporada ha sido más o menos gris, aunque Westwood cuente con una victoria en el Maybank Malasyan Open. Al margen de los análisis estadísticos (recomendable la lectura de este artículo al respecto de Ovidio Vidal en Golf 76), cierto es que, yendo al detalle de los resultados, Westwood ha estado por encima de Donald en algunas de las citas importantes de la temporada (séptimo en el Masters, sexto en The Players, decimonoveno con 63 final en el Bridgestone, decimoquinto en el PGA Championship), mientras que Donald lo mejor que tiene es un trigésimo octavo puesto en el Players y un tercero en el BMW PGA Championship dentro de los torneos de más peso, además de tres top ten en pruebas de menor entidad (Honda Classic, Valspar Championship y RBC Heritage).

En cuanto a puntos de ranking mundial durante lo que llevamos de año, los dos están tremendamente igualados en las posiciones 35ª (Donald, con 98,4) y 36ª (Westwood, con 95,8) del mundo con menos de 100 puntos… aunque, curiosamente, se encuentran por encima de otros posibles aspirantes (Ilonen, Jiménez, Molinari) y de un clasificado que no parece llegar muy fino a este tramo de la temporada, Thomas Björn.

Si tiramos de historial, Lee Westwood cuenta con la baza de la experiencia (ocho Ryders con seis triunfos a sus espaldas, 37 partidos y 21 puntos conseguidos) y Donald con la de la eficacia (cuatro victorias en cuatro Ryders jugadas, 10,5 puntos de 15 posibles, uno de los mejores porcentajes de la historia del equipo europeo).

En el aspecto de los «intangibles», Donald cuenta con una pareja de hecho, Sergio García, con la que forma un tándem casi imbatible en foursomes (cayeron por primera vez en Medinah), mientras que Westwood suele cambiar más de compañero (y eso habla bien de su capacidad de adaptación, aunque también es cierto que su carácter encaja peor con algunos jugadores europeos). En los individuales, Donald cuenta con una ventaja notable (tres victorias por una derrota, mientras que Westwood tiene tres partidos ganados y cinco perdidos) y no hay que olvidar que su triunfo contra Bubba Watson en Medinah sentó las bases de la remontada.

En cualquier caso, tesitura comprometida para McGinley y motivos de sobra para optar por uno u otro. Aparcando momentáneamente la pretendida imparcialidad de este artículo, creo que por actitud Luke Donald encaja mucho mejor en el equipo europeo de la Ryder (y hace más «vestuario» que Westwood), pero precisamente por su bonhomía seguramente aceptaría sin rechistar su posible ausencia, mientras que Westwood podría ser de los que generaría más ruido en la banda.

Por otro lado, no hay que olvidar unas curiosas declaraciones de Westwood recogidas por Jason Sobel cuando quedó eliminado de la FedEx Cup al final de The Barclays, en las que decía que estaría sin jugar «hasta la Ryder Cup». O fue un lapsus o deja entrever que sabe algo que nosotros no sabemos, circunstancia que encajaría con las declaraciones de McGinley que hemos reproducido anteriormente y en las que afirmaba que tenía a todo el mundo al tanto de su situación.

Aunque estamos a apenas unas horas de conocer el veredicto de McGinley que se hará público a las 13:30 del martes, tirando de bola de cristal me arriesgo a apostar por el terceto compuesto por Ian Poulter, Stephen Gallacher y Lee Westwood, aunque este juntaletras preferiría a Luke Donald ocupando la tercera plaza.

2 comentarios a “Las cuentas del Gran Capitán”

  1. El 1 de septiembre de 2014 Juanjo ha dicho:

    Buen artículo Oscar. Coincido totalmente contigo en las posibles elecciones del capitán Europeo, y en mi debilidad por Luke Donald vs Westwood. En cuanto a Jimenez ¿cabe la posibilidad de que sea vicecapitan?

    Saludos,
    JJ

  2. El 1 de septiembre de 2014 Óscar Díaz ha dicho:

    Por caber, cabe. Baste recordar cuando Monty incorporó a última hora a José María Olazábal en Celtic Manor, y sería un magnífico contrapunto para Des Smyth y Sam Torrance.

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