En el golf profesional, no hay demasiados jugadores que digan habitualmente que quieren ser los mejores del mundo. Hay algunos muy buenos y el camino hasta lo más alto es largo, lleno de dificultades. Sin embargo, cuando uno es joven todo parece más sencillo. Tianlang Guan dijo hace unos días, durante la disputa del Masters, que quería ganar los cuatro grandes en un año. Hace unos cuantos años, Adam Scott también estaba dispuesto a llegar muy arriba.
La foto que os adjuntamos es la del anuario del ganador del Masters, de su último año en el instituto. Su ambición era «ser el mejor jugador del mundo» y su cita favorita: «Si todo lo demás falla, haz birdie en el último hoyo». Algo premonitorio de lo que aconteció el domingo en el Augusta National, donde después de desaprovechar varias opciones durante sus primeros diecisiete hoyos fue capaz de embocar ese último putt. Estaba preparado desde muy joven, suponemos.
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