En el golf de élite, como en muchos otros deportes, la diferencia la suelen marcar ciertas cualidades indefinibles e inasibles que sirven de contrapeso para las aptitudes técnicas y físicas. En los mejores jugadores, el entrenamiento y el método se complementan con el talento, la garra y la fortaleza mental, conceptos tan etéreos y tan necesarios como el hambre de victoria.
Hambre no les falta a Matteo Manassero ni a Pablo Larrazábal, dos golfistas a quien vigila de cerca el capitán europeo de la próxima Ryder Cup como líderes de un posible relevo generacional (aunque la precocidad del transalpino hace que Larrazábal parezca un curtido veterano a su lado).
Con sus veinte años, Manassero llegaba a Bro Hof Slott después de batir el récord como ganador más joven de la historia en el torneo insignia del European Tour e iniciaba su participación en el Nordea Masters con una racha avasalladora de seis birdies en sus seis primeros hoyos (del 10 al 15) que hacía saltar todas las alarmas. Eso es hambre de triunfo, hambre de golf. Los ganadores de un torneo suelen levantar el pie la semana siguiente al triunfo, ya sea por las obligaciones publicitarias, las celebraciones o lo que se tercie, pero el italiano parecía decidido a reventar de nuevo todas las marcas. Aunque luego la calma llegara a su vuelta, Manassero acababa la jornada como líder provisional.
Y un solo hoyo por detrás, pisándole los talones, llegaba el otro protagonista del día, un Pablo Larrazábal que lleva una racha asombrosa de cuatro top 12 en los últimos cinco torneos y que está rondando el triunfo desde hace meses, una victoria que sería la primera de los españoles en el European Tour 2013. Si tachábamos de avasallador el arranque de Manassero, el del barcelonés no se quedó atrás, con -5 en los diez primeros hoyos.
«He hecho birdies en los pares cinco y he defendido el resultado. No ha sido fácil. Por la mañana el campo estaba bien, pero puedes cometer un doble o triple bogey. He ido a lo seguro cuando tenía que hacerlo y he jugado más agresivo cuando he podido», explicaba Larrazábal.
Por detrás de los líderes, un quinteto en el que destaca la presencia de dos héroes locales, Alexander Noren (ganador del torneo en 2011) y Fredrik Andersson Hed, y con un golpe más encontramos a Alejandro Cañizares, que da continuidad a su magnífica racha de juego que le llevó a liderar el BMW PGA Championship y es octavo con -4.
Otra de las buenas noticias del día llegaron de la mano del «local» Pablo Martín Benavidas, afincado en Suecia y habitual del Bro Hof Slott, que respondió a la invitación de la organización con una vuelta de 69, la mejor de un año en la que apenas se ha prodigado en el circuito.
Por detrás, De la Riva y Álvaro Quirós son cuadragésimo primeros con -1; Miguel Ángel Jiménez, Jorge Campillo y José María Olazábal están al par del campo metidos en el corte provisional; Carlos del Moral y Rafa Cabrera-Bello están con +2, Ignacio Garrido ha finalizado con +3 y José Manuel Lara figura con +4 en la clasificación.
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