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La roca comienza a romperse

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Enrique Soto | 13 de diciembre de 2013

Siete birdies, dos eagles y nueve pares. Jorge Campillo salió a disputar la segunda jornada del Nelson Mandela Championship entre cambios de hora y un campo reducido a par 70 por las continuas lluvias que asolan este torneo, sin importar cuál sea su sede. En esta ocasión le tocó al Mount Edgecome Country Club, más blando, más corto y menos fiero para un contingente de jugadores acostumbrados a tirar siempre a bandera. La escabechina se antojaba inevitable, pero nadie se podía imaginar que llegara a estas dimensiones. Siete pares, dos eagles y nueve birdies.

Un jugador que marchaba al par del campo se dio tal festín en sus segundos dieciocho hoyos que rompió todas las conclusiones posibles de cara al resto de la competición. Ya no se pueden hacer predicciones. Jorge Campillo firmó un birdie y un eagle en sus primeros tres hoyos del día para dar comienzo a una maravillosa racha de golpes precisos, drives al medio de la calle y putts que finalizaban cayendo. En ningún momento bajó el pistón. A mitad de vuelta marchaba con menos cinco; al finalizarla, su tarjeta indicaba un menos once. El primer 59 de la historia del Circuito Europeo.

Las estadísticas y, más aún, los récords, son caprichosos, y solo por ellos y las reglas que los intentan medir y controlar su hazaña no se inscribirá en los libros. Recordemos que el par del campo estaba reducido a par 70 y las lluvias habían provocado que se pudiera colocar y limpiar la bola si reposaba en la calle, por lo que el mérito, aún siendo enorme, no encontrará la recompensa que merece; al menos por ahora. El número mágico no estará escrito en letras de oro pero a Jorge, que lleva ya dos temporadas en el circuito, puede llegar a importarle muy poco si finaliza mañana en primera posición.

Son dieciocho cortes consecutivos los que ha superado el extremeño en la élite europea, un conjunto de posiciones entre los cincuenta mejores de cada torneo en distintos países. Su juego, en otras palabras, pasa por la contundencia que antecede a las victorias. La evolución, en este deporte, siempre funciona así. Primero uno se establece, se siente cómodo con el desafío y luego, poco a poco, comienza a destacar. Este 59 no tiene tanto que ver con los récords establecidos sino con su progresión como jugador, la que podría llevarle a romper, por fin, la dura roca que supone ese primer triunfo; y un menos once es una fractura en toda regla.

El panorama, por otra parte, es incierto. Brooks Daniel, uno de los nombres que debíamos aprender, marcha con menos doce en el liderato y cuenta con siete hoyos por delante para ampliar su ventaja. El campeonato contará con 54 de competición pero hay varios en la misma situación que el inglés, con cuentas pendientes con sus rivales. Allí está Dawie Van der Walt, con menos diez y cinco pruebas por delante, o Romain Wattel, con un impacto más en el mismo partido. Ahora parecen lejos, pero François Calmels o Jbe Kruger también podrían sorprender desde el menos siete, todavía con tiempo y hoyos para remontar.

Entre los ya posicionados para la última jornada, Campillo se las tendrá que ver con Matthew Baldwin, también con menos once, mientras que los hombres que esperan rendir un gran homenaje a Mandiba, Oliver Bekker y Branden Grace, partirán desde el menos diez. La competición está tan abierta y el recorrido tan accesible que incluso Colin Nel, que firmó también hoy un 59, podría tener una opción de lanzar una paloma al cielo con un resultado similar. La clasificación bien podría considerarse una montaña rusa.

Y en medio de este caos se ha situado Carlos del Moral, con un acumulado de menos siete en octava posición. Su caso podría ser el del ganador silencioso, ya que cuenta con cuatro pruebas por delante mas las dieciocho que harán concluir este torneo. Pablo Martín consiguió superar la marca del corte provisional con su menos uno, mientras que Adrián Otaegui (par) y José Manuel Lara (más dos) parecen más fuera que dentro.

Resultados completos