No le ha quedado mucho por hacer a Álvaro Quirós en este 2013. Ha estado recuperándose de una lesión de muñeca, se ha casado y ha vuelto a competir de una forma pausada y tranquila, como quien sabe que el camino es largo y lleno de dificultades. Un quinto puesto en el Abierto de Irlanda, allá por junio, daba buenos síntomas de su vuelta a la élite; un octavo en el de Italia confirmaba que no le quedaba mucho, que el jugador que ganó en cada temporada entre el 2006 y el 2011 estaba cada día más cerca.
Así llegó al Oceânico Victoria, su campo de entrenamiento y sede, esta semana, del Portugal Masters. Se trata de su último torneo de la temporada y de una buena ocasión para recuperar aquello que perdió con la lesión, la confianza en su juego y las oportunidades de luchar de nuevo por la victoria. Dos pares abrieron su vuelta. Luego, en el 12 y el 14, mandó su bola al agua y tuvo que luchar para salir con un bogey en ambos hoyos. “Tranquilo”, debió de pensar. “Si no sale hoy, puede salir mañana”. Allí estaba un hombre con ganas de morder en un recorrido que conoce perfectamente, donde seguro habrá firmado vueltas memorables, solo ante sus pensamientos. Su reacción a esos errores fue perfecta.
Quirós, en vez de castigarse por aquellos fallos, siguió de la misma manera; igual que cuando pegó el primer golpe del día. En el 15 y el 17 ya había conseguido recuperar el terreno cedido gracias a dos birdies.
Unas cuantas horas antes, en la jornada previa a comenzar el torneo, había cambiado a un putter con el peso equilibrado en la cabeza, sustituyendo a uno que contaba con más en la punta. A juzgar por el resultado del primer día de competición, fue una decisión más que acertada. A esos dos aciertos le siguió una segunda vuelta memorable, en la que disparó a bandera con la facilidad de quien conoce a la perfección la vía hasta el hoyo. Solo tres se quedaron sin ver cómo hacía birdie. Era una tarjeta con 65 golpes (menos seis), la mejor del día.
“Fue una buena batalla después de haber hecho dos bogeys en cinco hoyos”, comentó. “Ahora que vivo en Portugal lo considero también mi casa. Siempre es genial. Este torneo ha sido muy especial desde que vengo aquí”. Y no le faltan motivos. El evento que puede verle renacer como candidato a todo es el mismo en el que consiguió el triunfo en el año 2008. Quirós ha sido paciente, y sabe que el trabajo y la dedicación son el único método para volver al lugar donde estaba incrustado, los cincuenta mejores del planeta.
No fue el único que supo aprovecharse de las excelentes condiciones de juego en el Algarve. Jamie Donaldson, David Lynn, Simon Thornton, Graeme Storm, Felipe Aguilar y Maximilian Kieffer completan el grupo de siete jugadores situados en la primera plaza, con menos seis, mientras que Hansen, Wood, Siem, Jamieson, Sullivan, Tullo, Otto, Wiesberger y Quesne son octavos con menos cinco. Los birdies se han sucedido a una velocidad endiablada y es difícil predecir hasta qué número llegarán el domingo, aunque se prevé abultado.
Alejandro Cañizares y José Manuel Lara no andan demasiadas lejos, desde el menos cuatro. Eduardo de la Riva, Gonzalo Fernández-Castaño, Pablo Larrazábal y Jorge Campillo esperan su oportunidad desde el menos dos. Rafael Cabrera-Bello y Miguel Ángel Jiménez desde el par. No consiguieron ganarle al campo José María Olazábal (más uno) e Ignacio Garrido, que se vio obligado a retirarse.
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