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Zona Pro

La frustración de Sergio García

Enrique Soto | 09 de abril de 2012

Sergio García se siente frustrado. “No soy lo suficientemente bueno como para ganar un major”, declaraba al finalizar con 75 golpes el sábado en Augusta. “Lo he intentado pero no sale. Y si no sale después de trece años que llevo en la pelea es que no soy capaz”. Acababa de terminar su vuelta y sus palabras podían atribuirse a un calentón, una forma de desfogarse por la tensión acumulada, e incluso muchos pensaron que se trataba de una estrategia para quitarse presión en el futuro. Pero llegó el domingo y Sergio firmó 71 golpes, uno bajo el par, y se le volvió a hacer la misma pregunta: “¿De verdad piensas que nunca ganarás un major?”. La respuesta fue tajante: “¿Crees que miento cuando hablo?”

No es muy difícil encontrar los resultados del español durante estos trece años en los majors. Ha finalizado diecisiete veces entre los diez primeros, nueve de ellas entre los cinco mejores, y ha perdido un playoff para ganar un Open Championship. No son precisamente los números que se esperan de un jugador que nunca ganará un major; sin embargo, Sergio afirmó durante dos días seguidos que no lo había dicho sin pensar, que se veía incapaz de conseguirlo y que no se trataba de un calentón, por lo que debemos entender que él lo cree así.

Ahora bien, un jugador incapaz de ganar un major nunca hubiera tenido un putt para ganar el Open Championship, dado que ni siquiera se hubiera creado esa oportunidad. Sergio García se siente frustrado, pero si de verdad piensa que no es lo suficientemente bueno se equivoca: ha estado muy cerca en varias ocasiones. He aquí el problema que muchos ven en García. Mientras su forma de jugar es impresionante, en ciertos momentos (normalmente los de mayor tensión) su cabeza le juega malas pasadas; se convierte en su peor enemigo.

La gran dificultad con la que tiene que lidiar es que con 22 años finalizó entre los diez primeros en los cuatro grandes que jugó, y era tan bueno que conseguir algún día un título no solo parecía inevitable, sino que jugaba como si ya lo hubiera hecho. Desde entonces se ha empezado a gestar una ansiedad por conseguir uno de los grandes objetivos de su carrera como profesional. Al igual que cuando juega, en momentos de tensión esas ganas desmedidas por vencer salen a la luz y le llevan a hacer declaraciones como las del fin de semana.

El golf es un deporte complejo de analizar. Tiger Woods pensaba que podía ganar este Masters de Augusta y contaba a priori con todos las bazas necesarias: una gran experiencia, grandes entrenadores y todos los conocimientos sobre el golf al alcance de su mano; sin embargo, ha terminado el Masters y Tiger no sabe qué podría haber hecho mejor. No sabe por qué no ha ganado. Es una realidad de este deporte. Se pueden llegar a saber los ángulos correctos para ejecutar el swing, la velocidad con la que el palo impacta a la bola, los pensamientos beneficiosos en momentos cruciales, pero no sabemos por qué a veces unos jugadores rinden mejor que otros. Sí sabemos, por otra parte, que la suerte es un factor muy a tener en cuenta: si la bola que Mickelson envió a las gradas en el hoyo 4 no hubiera rebotado hacia un arbusto, probablemente habría ganado su cuarta chaqueta verde. También sabemos que los nervios importan. Peter Hanson pegó a la bola con la varilla del palo en el hoyo 12, un shank en toda regla, y a buen seguro llevaba años sin pegar un golpe similar.

Es fácil disculpar a Sergio por no creer en sí mismo en momentos determinados. Este deporte es muy complejo y perder la referencia de la realidad también es sencillo. Hay días en que no sale nada bien y poco pueden hacer los jugadores para evitarlo. Pero es más difícil sentir empatía hacia él cuando después de trece años como profesional reniega de su talento, algo tan evidente como echar un vistazo a sus resultados. Si Sergio quiere encontrar las causas por las que no ha ganado solo tiene que fijarse en algunas de sus estadísticas en el Masters: 61% en greenes en regulación, 67% de calles cogidas (llevaba un 86% después de las dos primeras jornadas) y 20% en recuperaciones desde bunker. Todas ellas son mejorables y algunas de ellas ni siquiera están cerca de su rendimiento otros años o en otros torneos. Sergio no ha ganado por carecer de talento o por un capricho del destino, sino porque no ha jugado lo mejor que podía y sobre todo, porque Bubba Watson sí lo ha hecho.

Sólo existe una receta para que gane en la próxima ocasión: que siga entrenando con ilusión, y más que en ningún otro deporte, que crea en sí mismo. Hay aspectos del golf que no se pueden explicar pero sí sabemos que todos los grandes campeones creyeron en sí mismos una y otra vez, incluso cuando no parecía haber motivos para ello. Es la única forma de convertir el miedo a fallar en la ilusión por meter ese último putt.

2 comentarios a “La frustración de Sergio García”

  1. El 9 de abril de 2012 livegolf ha dicho:

    Estas declaraciones son una gran dosis de realidad por mucho que a algunos les duela, ni ha ganado un grande ni lo ganara Sergio tuvo su momento en el British y desde entonces ya no ha hecho nada bueno.

  2. El 10 de abril de 2012 Nano Saiz ha dicho:

    Sergio García ha dicho que «No es suficientemente bueno para ganar el Masters».
    Yo creo que no es cierto pero, ¿quién soy yo para saber más sobre Sergio que el propio Sergio?

    No le conozco. Jamás he coincidido con él y como dice el chiste, de jugar… ya ni hablamos.

    Sin embargo si he hecho algo que él, tal vez no ha podido hacer.

    Le he visto.

    Le he visto pasar de tener comportamientos temerarios y casi estúpidos en un campo de golf a ser capaz de rehacerse en un torneo de un error, para acabar en posiciones mucho mas que dignas.

    Le he visto ganar The players Championship.

    Le he visto retirarse y jugar al futbol y volver a pegar la bola como nadie lo hace. Nadie.

    Le he visto hacer un approach maravilloso en la tercera jornada que, por sólo unos centímetros, no llegó a caer hacia el hoyo.

    Le he visto pasar de no meter ni un putt, a no hacerme sufrir en casa por no saber qué pasará con un golpe de 50 cm.

    Le he visto cambiar durante los últimos años.

    Y esta semana le he visto acabar el viernes con serias posibilidades de colocarse en el grupo de “posibles ganadores del Masters 2012” y lo he vuelto a soñar.

    ¿Es eso Sergio? ¿Es esa actitud de los aficionados y prensa especializada la que te hace perderte? ¿Es esa la presión a la que todo el mundo se refiere?

    Pues tengo algo que decirte.

    Pienso seguir haciéndolo. Pienso seguir soñando con cada torneo en el que participes. En cada Major en el que tengas el valor de presentarte. En cada putt de 1 metro con caída izquierda derecha.

    La única persona que no cree que puedas ganar un Major, eres tú.

    Aún así, me atrevo a decir tus palabras de los 2 últimos días en Augusta, no son más que una treta para dejar sin valor los ataques que recibirá por parte de algunos los amateurs en general y alguna parte de la prensa. Si él dice de él mismo que no es bueno ¿Qué mas pueden decirle los demás? ¿De qué forma pueden herirle? Nada le afectará.

    Es una forma inteligente de ponerte la tirita antes de la herida.

    Seguro que Oscar Díaz nos podría dar muchos nombres de grandísimos jugadores que jamás han ganado un grande. Y también nos podría decir algún nombre de ganador de Major que ni nos sonaría. La carrera profesional de Sergio es brutal.

    Y ahora es fácil decir que «empezó pronto» o que «se lo tenía muy creído» o que «ha llevado mal sus amistades y séquito». Me de igual.

    Si no gana jamás un grande, seguiré pensando que Sergio es uno de los grandes nombres del golf y que será recordado como tal.

    Por cierto, los que dicen eso de que Sergio nunca ganará un Major ¿son los mismos que siguen teniendo fe ciega en Álvaro Quirós? Porque sería la leche…

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