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Zona Pro

La diferencia entre los dos equipos de la Ryder Cup

Enrique Soto | 10 de septiembre de 2012

Lee Westwood y Phil Mickelson, los últimos en mostrar su mejor versión de cara a la Ryder

Quedan solo 17 días para que de comienzo la Ryder Cup. Se trata del eje en torno al que gira la planificación de los mejores jugadores europeos y americanos, la fecha señalada en rojo en el calendario. A medida que nos acercábamos en el tiempo, hemos visto como muchos eran capaces de sacar lo mejor de sí mismos para la ocasión, se vestían con su mejor juego y salían al campo sin piedad alguna con sus adversarios, sabedores de que luchaban por algo más que una prueba del circuito regular. Otros, sin embargo, se desmoronaban ante los cálculos que les podían dejar fuera del equipo.

Los veinticuatro jugadores que estarán en Medinah han respondido al reto que se marcaron, y durante las últimas semanas hemos visto como algunos de ellos eran capaces de salir de la sala de urgencias en la que se encontraba su juego para llegar en las mejores condiciones posibles. Durante el BMW Championship, dos hombres personificaron este cambio a la perfección y llegan a los días más importantes del año cerca de su mejor forma.

Cuando Rory McIlroy alcanza su última velocidad, pocos son capaces de seguir el ritmo. En ocasiones pensamos en Tiger Woods como el único capaz de dejar a todos atrás e intercambiar impactos con el joven prodigio norirlandés. Llamados a encarnar un duelo sostenido a lo largo de los Playoffs de la FedEx Cup, pudimos ver que en un balance global que McIlroy mantiene la capacidad de quitar el factor azar de la ecuación. Es el mejor jugador del mundo en la actualidad y no necesitó de grandes remontadas ni movimientos desesperados para demostrarlo. Salió a jugar una semana más y como si de una consecuencia natural se tratara, dejó que todos sus rivales se fueran viendo incapaces de alcanzarle en la clasificación. Son los primeros pasos que dio Tiger para dominar el golf durante una década, hacer sentir a los demás que nunca tuvieron opciones.

El propio Woods será el último que se deje amedrentar por ello. Pocos jugadores en su equipo son capaces de jugar tan consistentemente bajo el par, y ambos deberían mantener el protagonismo que han adquirido en este final de temporada de cara a las próximas semanas. McIlroy como líder europeo, Woods como el americano. Pero no lo olvidemos, la Ryder es una competición por equipos, y resulta imposible ganar una partida de ajedrez sin los escuderos inseparables en los que se convierten caballos y alfiles. Hay dos hombres entre ambos combinados que revelaron sus propuestas en Indiana. Lee Westwood y Phil Mickelson fueron segundos en el BMW Championship, y también son capaces de alcanzar por momentos al vertiginoso Rory.

Sumidos en una de sus peores rachas de juego durante los últimos meses, ambos jugadores han decidido despertar y subir el ritmo para la fecha señalada. Westwood con su habitual contundencia, a base de argumentos tan poderosos como un juego largo compacto y rocoso como su renovado aspecto físico. Mickelson, como en los viejos tiempos, prefiere fundamentar su éxito en la creación inconsciente. Sin ningún tipo de pudor a la hora de atacar banderas o cometer fallos flagrantes, Phil ha encontrado el equilibrio durante unos meses en los que le hemos visto jugar desde cualquier parte. Veíamos más espectáculo en una de sus vueltas calamitosas que en la de los líderes del torneo, pero unidos sus golpes imposibles a la regularidad que otorga el entrenamiento nos encontramos ahora con un jugador temible en match play. El Mickelson de la pasada semana puede ganar a cualquiera, en cualquier hoyo.

Junto a estos cuatro hombres se acumulan los legionarios de cada equipo. Son Graeme McDowell, Luke Donald, Dustin Johnson, Bubba Watson, Justin Rose, Sergio García o Steve Stricker. Jugadores llamados a coger las riendas cuando las fuerzas flaqueen y marcar con un resultado positivo la clasificación, espoleando a sus compañeros a imitarles. Las pequeñas batallas que se libraran entre ellos serán las que distingan al ganador de la próxima Ryder. Más allá de sus últimos resultados, su posición en el Ranking Mundial o los imprevisibles movimientos que surgen en la FedEx Cup, la competición se decidirá con los putts que pueda embocar Peter Hanson (ganador esta semana del KLM Open) para encarrilar su duelo de fourballs, la respuesta que devuelva Jason Dufner a un frenético carrusel de birdies de Poulter o el rendimiento incierto que plantean Martin Kaymer o Brandt Snedeker en la actualidad.

En Celtic Manor la diferencia entre ambos equipos fue de un punto.

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