Zona Pro
La debacle de la mejor del mundo
Enrique Soto | 02 de septiembre de 2013
Le sucedió a Ian Baker-Finch y también a David Duval. Tan difícil es llegar a lo más alto como mantenerse, digerir el éxito en proporciones adecuadas y encontrar nuevas metas, a pesar de que los rivales parezcan haberse rendido. El dominio que impuso Yani Tseng en el golf femenino estuvo a la altura del de Lorena Ocho o el de Annika Sorenstam. Veinticuatro años, cinco grandes, quince victorias en el LPGA Tour y un futuro prometedor, brillante, lleno de éxitos. Cuando esta taiwanesa llegó a la cima, nadie era capaz de toserle.
Es complejo tratar de explicar cómo esa misma chica partió con dos golpes de ventaja en el Safeway Classic, que esta semana se disputaba el Columbia Edgewater Country Club (Portland, Oregon), y tiró por la borda sus opciones a las primeras de cambio. Par en el 1, doble bogey en el 2, bogey en el 3 y en el 4. Adiós a la confianza de los 63 impactos del sábado, a los 68 del viernes o a los 67 del jueves, Yani volvía a dudar y sus golpes salían disparados hacia cualquier parte. En todos estos meses han cambiado muchas cosas, pero sobre todo que aquella número uno del mundo intratable se ha desvanecido, ha perdido la fe en sus posibilidades y su enorme talento. El camino de vuelta se antoja, por lo menos, enrevesado.
Con ella en cuidados intensivos, la puerta se abrió de par en par para el resto de contendientes. Su compañera de partido, Suzann Pettersen, comenzó de un modo similar (par al 1, doble bogey al 2), pero su reacción fue tan opuesta como contundente. En sus seis siguientes hoyos, la líder del equipo europeo de la Solheim firmó cinco birdies. No se puede ver con más claridad la diferencia entre un estado de ánimo y otro; el de la noruega es fuerte, violento, competitivo, mientras que el de Tseng se mostró blando e inconsistente. El despliegue de argumentos no terminó ahí. Tres birdies más, entre el 10 y el 13, permitieron a Suzann alcanzar un acumulado de menos veinte. Una última vuelta de 67 golpes (menos cinco) le sirvió en bandeja su decimosegunda victoria en el circuito.
“Antes de salir, decidí no dejarme llevar por las emociones, fueran buenas o malas”, declaró al finalizar. “Sabía que había birdies ahí fuera si consigues coger ritmo. Intenté dejar atrás el hoyo 2. Fue un desastre: 150 yardas. Pero estoy muy contenta de haberlo conseguido. No sabía qué opciones tenía jugando el 13, 14, 15 y 16. Después de pegar el segundo en el 18 le pregunté a mi caddie cómo íbamos y me dijo que bien”. Segundo triunfo de la temporada para ella, que además ha tenido un buen rendimiento en los grandes (tercera en el Kraft Nabisco y LPGA Championship y cuarta en el Women’s British Open).
Faltan dos semanas para el Evian Championship, la quinta y última gran prueba de la temporada, y viendo la clasificación no es muy complicado buscar candidatas; las mejores están respondiendo en cada prueba. Stacy Lewis se paseó cuatro días por Portland sin firmar un bogey y finalizó segunda, a dos de Pettersen. Salas sigue su enorme progresión en la élite y terminó en la tercera plaza, mientras que Cristie Kerr fue cuarta en solitario. Masson, Piller, Gal, Webb, Thompson… Varias sospechosas habituales también llegaron a las diez primeras posiciones.
Beatriz Recari fue decimoquinta con menos once; Carlota Ciganda, trigésima con menos ocho; Belén Mozo, cuadragésimo cuarta con menos seis, mientras que Azahara Muñoz terminó septuagésimo octava con más tres.
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