Cuando un jugador consigue tres victorias en cuatro semanas y cuatro triunfos en dos meses en el ámbito profesional, independientemente de la «división» en que se disputen dichos torneos, está demostrando que tiene algo especial. Esas rachas están a la altura de muy pocos golfistas y uno de ellos es Kristoffer Broberg. Sin embargo, el sueco ha tardado casi tres años en lograr su primer título en el European Tour, un lapso demasiado extenso para las expectativas suscitadas en aquel lejano 2012 en que irrumpió deslumbrando en el Challenge Tour. De entonces a ahora se ha ganado bien la vida con el golf, pero las lágrimas derramadas sobre el green del hoyo 18 del Lake Malaren Golf Club dejan traslucir que los últimos tiempos ni mucho menos han sido de vino y rosas para el sueco.
Broberg ha estado casi impecable en su última vuelta del BMW Masters, en la que solo Patrick Reed, de los que se jugaban el título, lo ha superado en un golpe. Precisamente fue el estadounidense su rival en el desempate al que se vieron abocados después de finalizar Broberg con un buen 68 y Reed con uno más, después de que el resto de los aspirantes se fueran quedando rozando el playoff. Lo rondaron Paul Casey, que necesitaba un birdie y se iba del exigente hoyo 18 con un bogey, y también Thongchai Jaidee, Byeong Hun An, Lucas Bjerregaard y Henrik Stenson, todos a centímetros de embocar el putt que les hubiera permitido luchar por el título.
En ese grupo de «casis» también hay que ubicar a Sergio García, cuyo juego en la jornada decisiva no se corresponde con el resultado reflejado en la tarjeta. Hasta el hoyo 16, y después del bogey de Reed, líder entonces, en el 17, el español estaba a un solo golpe y con putt relativamente claro para birdie, pero el encadenamiento de circunstancias desfavorables a partir de ahí fue cruel. Además de marrar el birdie, García cometía un bogey que le sacaba del torneo en el 17 después de pegar un hierro al que no le faltó mucho para ser ideal, y terminaba la vuelta con un doble bogey después de irse dos veces al agua en el hoyo final. Por lo tanto, undécima plaza para el de Borriol, que no acudirá a la final de Dubái y se reservará para cerrar su año en diciembre en el Asian Tour.
Ya en el desempate, Broberg tiró del mismo arsenal que le había llevado a la lucha por el título. Driver majestuoso a calle, hierro preciso a green y putt que entró por el centro del hoyo. A Patrick Reed, que había logrado una gran salida de búnker, no le quedó otra que recoger deportivamente la bola del sueco mientras este se fundía en un abrazo con su caddie.
Winning your first European Tour title in style! #BMWMasters https://t.co/xGYIrUxnOO
— The European Tour (@EuropeanTour) noviembre 15, 2015
«Significa muchísimo para mí. Es un sueño hecho realidad, me he esforzado mucho toda mi vida y ahora mismo estoy contentísimo. No tengo palabras», declaraba un emocionado Broberg al final de su vuelta. «Llegué a esta semana sin jugar bien el último par de torneos. Intenté jugar de manera inteligente y sencilla, buscar el centro de los greens durante las dos primeras vueltas, y luego ayer lo metí todo. Mi objetivo principal era meterme en la final de Dubái y llegaba sin expectativas, así que estoy encantado por haber ganado».
En cuanto al resto de los españoles, Rafa Cabrera-Bello finalizaba cuadragésimo sexto con -3 en el global, Pablo Larrazábal ascendía a la sexagésima plaza con su 68 del día, Alejandro Cañizares descendía hasta la sexagésimo tercera plaza y perdía su puesto en la final de Dubái al acabar sexagésimo segundo en la lista de ganancias) y Miguel Ángel Jiménez se despedía del torneo en la septuagésimo cuarta plaza.
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