Kevin Chappell afrontaba uno de los golpes más difíciles de ejecutar en el golf a modo de despedida, y se marchó del recorrido Seaside de Sea Island de la mejor manera posible después de embocar una salida de búnker de unos cuarenta metros para eagle en su último hoyo. De este modo, el estadounidense ascendía a la primera plaza del RSM Classic y dejaba atrás a Kevin Kisner y a Freddie Jacobson, que lo persiguen a un solo golpe.
Chappell, que busca su primera victoria en el PGA Tour, vuelve a destacar en un torneo que le entra por el ojito derecho. No en vano, jugó en el partido estelar en la última jornada de 2013 y el año pasado también rondó la zona alta de la clasificación tras las dos primeras vueltas.
«Creo que es el tercer año consecutivo que he estado cerca del último grupo durante el fin de semana», declaraba Chappell. «Veo claras las líneas de juego. El viento suele soplar en una dirección. Hay muchas cosas que me hacen sentir cómodo y jugar bien».
A un golpe del -11 de Chappell está otro jugador que busca estrenarse en el circuito y que ya lo ha rozado en cuatro ocasiones este año, Kevin Kisner, junto a un Freddie Jacobson que vuelve al primer plano después de un año largo alejado de los campos por culpa de las lesiones y los problemas médicos de uno de sus hijos.
Por detrás, en la cuarta plaza, Kyle Stanley está a dos impactos de la cabeza, y en la novena encontramos a Graeme McDowell, ganador hace unos días en Mayakoba.
El amateur Dru Love, hijo de Davis Love III y uno de los protagonistas mediáticos del torneo, falló el corte a causa de su 76 en la segunda vuelta.
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