Dos años de duro entrenamiento intentando añadir armas a su juego, dos años de esfuerzos salpicados de dudas que en 2014 están dando un fruto ubérrimo. Por eso Martin Kaymer ha alcanzado su segundo major antes de cumplir los treinta al imponerse por ocho golpes a Erik Compton y Rickie Fowler, y se ha convertido en el primer jugador de la historia que alguien gana el US Open y The Players en el mismo año.
«Jugué muy bien el jueves y el viernes y eso me ha dado un gran colchón para el resto del torneo. Le he dicho a mi caddie, Craig, que esta iba a ser probablemente una de las rondas más difíciles que haya jugado por las expectativas que uno mismo se crea», afirmaba el alemán tras su aplastante victoria.
«El desafío hoy era seguir igual, jugar agresivo, buscar banderas y hacer birdies. Pero es difícil de conseguir. Somos humanos, no robots; hay muchas emociones entremezcladas, muchas expectativas. Por eso le dije a Craig que iba a ser un día complicado, pero conseguí mantenerme agresivo, y jugué muy valiente. Me siento muy orgulloso de ello«, explicó el alemán, que además nos dio las claves para que pudiera conseguir sumar su primer US Open.
«Los primeros cinco, seis hoyos, era muy importante salir bien, no como hice ayer (por el sábado). Eso es lo que hice, así que fue muy importante para mi hacer birdie en el 9«, apuntó Kaymer, que señaló también que parte de su juego fue la más importante durante el torneo. «Lo mejor esta semana han sido mis hierros. Casi no he cometido errores con ellos y eso te da mucha confianza. He jugado un golf muy sólido esta semana», declaraba el alemán.»
Con la victoria en The Players y en el US Open, Kaymer se imponía en dos domingos muy señalados en EE. UU., el Día de la Madre en Florida y el Día del Padre en Pinehurst, aunque Kaymer aclaraba algo al respecto. «En realidad, en Alemania el Día del padre fue hace un par de semanas, pero no le compré nada a mi padre, así que espero que esto le valga».
Por su parte Rickie Fowler que de nuevo se quedaba cerca de su primer major este año al quedar empatado en la segunda posición, reconocía el mérito de la victoria de Kaymer.
«No fui capaz de acercarme y poner presión a Martin, pero fue divertido jugar con él y ver como se controlaba durante el día. Se merece ser el campeón esta semana«, señaló Fowler, que de todas maneras hacía una lectura positiva de su participación.
«Estoy bastante contento, los objetivos eran estar listo para Augusta y pelear por los majors. Acabar quinto y segundo en los dos primeros grandes del año es algo muy positivo«, sentenció el joven jugador estadounidense.
La sorpresa del torneo, Erik Compton, al que un guionista de Hollywood podría perfectamente tomar como ejemplo para una película de superación, volvió a demostrar su carácter luchador e incansable ganándose el favor de los espectadores de Pinehurst.
«La gente me animaba y he sentido todo ese apoyo y amor del público. Parecía que la gente realmente se ha emocionado con mi historia y, para mí, estar aquí jugando a este nivel es tan emocionante como ganar un torneo«, apuntó Compton. El jugador con doble trasplante de corazón tenía claro que esto era un premio importante para su carrera.
«Pensar en donde estaba hace cinco años y que ahora soy capaz de jugar un major, creo que le he mostrado al mundo hoy que soy capaz de jugar bien al golf bajo condiciones extremas de presión y, sobre todo, me lo he demostrado a mí mismo» apuntó un exultante Compton, que se ha ganado el corazón de muchos de los que han presenciado este US Open.
Por último, el número uno del mundo, Adam Scott, ha vuelto a completar una magnífica actuación esta temporada. Con su novena posición, su mejor clasificación en un US Open, confirma su gran estado se forma y poco a poco va poniendo más tierra de por medio con sus más inmediatos perseguidores en la clasificación mundial.
«He dado un paso en la dirección adecuada, aunque me habría gustado estar más cerca. He sentido que mi juego estaba muy bien y me hubiese gustado haber empezado el día bajo par para poder hacer algo», afirmaba Scott, quien también declaraba que no jugará más hasta la siguiente gran cita del año: el Open Championship en Royal Liverpool.
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