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Zona Pro

Justin Rose y Sean Foley, una unión demoledora

Enrique Soto | 19 de junio de 2013

“Estaba disputando el US Open de 2009. Jugaba con Sean O’Hair y me estaba superando en todo, pegando constantemente golpes sólidos. Parecía que estaba completamente bajo control, mientras que yo estaba luchando y descomponiéndome. Después de ver a Sean, me dije: ‘Quiero llegar ahí’”. Son palabras de Justin Rose a mediados de 2011, algo más de un año después de que comenzara a trabajar con Sean Foley. El entrenador de Tiger Woods ya utilizaba por entonces cámaras de vídeo que graban a alta velocidad y decía cosas a sus alumnos tales como “corrige la inclinación torácica” o “el ángulo de ataque frente al loft en los vectores horizontales”.

Durante la última jornada disputada en Merion, no era difícil escuchar que el gran ganador de aquel Open era Sean Foley. Dos de sus pupilos –Hunter Mahan y el propio Rose– estaban luchando por la victoria a base de lo que el inglés echaba de menos en 2009: consistencia. No daban golpes tan espectaculares como los de Mickelson ni mostraban la misma superioridad que Rory McIlroy en Congressional en 2011, pero cuando se trataba de dejar su bola en el lugar correcto de la calle o el green, ninguno de los dos parecía pestañear. Para explicar cómo Rose pasó a estar en los primeros puestos del PGA Tour en precisión con sus hierros largos, él solo utilizó una palabra: “Mielina”. Hasta tal profundidad trabajan juntos. “Es el aislamiento que rodea los circuitos neuronales del cerebro y ayuda a que respondan más rápido cuando cuentan con ciertos estímulos”.

A pesar de la confusión que puedan producir sus palabras, Foley solo le dio a Rose un par de consejos para sus primeros cinco meses de trabajo. “Los ejercicios ayudaron rápidamente”, declaró. “Pero estaban dirigidos a ayudar a mi espalda, rotando mi pelvis a través del impacto”. El ganador del US Open había tenido varias lesiones a lo largo de los años y después de que comenzara a trabajar con Sean, desaparecieron; muy en la línea que busca Tiger Woods con su rodilla izquierda. “La respuesta al dolor es omnipotente. Puede cambiar el resto de aspectos en un swing sin que el jugador lo sepa”, declaró el canadiense al respecto.

El triunfo en Merion es la recompensa al trabajo bien hecho. Foley siempre dice que las victorias son mérito de sus jugadores, que él puede enseñar todo lo que sabe sobre el swing de golf pero que, al final, son ellos los que tienen que cerrar los torneos. Esta capacidad para creer en uno mismo, la definió así: “Un neurólogo me dijo una vez que nuestro cerebro solo hace lo que sabe. Me dijo que si me enseñaba a abrir una puerta con la mano izquierda, a pesar de que soy diestro, y lo hacía durante todo un año, si me despertaba un día en plena noche en mitad de un incendio, ¿qué mano usaría?”.

La respuesta fue el despliegue de Justin de jueves a domingo, incluyendo sus dos últimos pares para ganar su primer grande. “Rosie me dijo una vez que estaba en una buena racha y que quería continuarla”, dijo Foley. “Yo le dije que no, que no era una racha. Esto es quien eres ahora. No se va a marchar”. En este vídeo podéis verles trabajando juntos.

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