Era la comidilla del comienzo de la temporada, una duda lógica dada la excelencia alcanzada por Jordan Spieth en 2015. ¿Será el texano capaz de superar sus impresionantes registros de la temporada previa, donde se impuso en dos majors y alcanzó el número uno del mundo? De momento, y aunque la muestra estadística es pequeña, ya ha hecho algo que no logró el año pasado: adjudicarse el Hyundai Tournament of Champions.
La victoria ha llegado con fuegos artificiales y ocho golpes de margen sobre el defensor del título, Patrick Reed, rozando el récord de anotación que consiguió Ernie Els en 2003 con -31 en el Plantation Course de Kapalua. Con su -6 del cuarto día, Spieth se convierte en el segundo golfista de la historia del PGA Tour que finaliza un torneo con -30 o menos. Sin dudas y sin rivales, pese a enfrentarse a la plana mayor del PGA Tour (si exceptuamos a Rory McIlroy, Justin Rose, Jim Furyk y Shane Lowry, ausentes).
Es un golpe encima de la mesa nada metafórico, la primera muestra de que a Spieth va a haber que descabalgarlo del número uno del mundo jugando muy bien al golf. Aun así, sus cifras de victorias (7 en 77 torneos) siguen lejos de las logradas por Tiger Woods en sus primeros años en el circuito, pero a Spieth no le preocupan las comparaciones ni quiere saber nada de ellas.
«No me acerco en absoluto. No creo que haya motivos para compararnos. Aún es muy pronto. Estamos emocionados con el comienzo de nuestra carrera y no me imagino lograr lo que Tiger ha logrado. Pero es genial estar tan bien acompañado», declaraba Jordan Spieth.
Por detrás, con -22, finalizaba Patrick Reed, con un solo bogey en los cuatro días de torneo pero a ocho impactos de Spieth, mientras que cerraban el podio Brandt Snedeker y Brooks Koepka. Los primeros internacionales, el irlandés Padraig Harrington y el argentino Fabián Gómez con -17 en la sexta plaza.
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