Algo tiene Kapalúa que se mete en la piel de los ganadores del torneo de campeones, sobre todo en la última década. Los que ganan, repiten, o se quedan cerca de hacerlo. Ahí tenemos las tres victorias consecutivas de Stuart Appleby entre 2004 y 2006, o los dos triunfos de Geoff Ogilvy en 2009 y 2010. Jonathan Byrd, ganador del Hyundai Tournament of Champions, parece decidido a unirse a la fiesta de repetidores.
En su vuelta de seis bajo par destaca su racha de seis birdies consecutivos entre los hoyos 3 y 8, que iguala la mejor marca de su carrera y se queda solo a un birdie del récord del torneo establecido por Ryuki Imada y Ernie Els. Byrd estuvo impecable de tee a green y lideró a los 27 participantes (Lucas Glover fue baja de última hora por una lesión de rodilla) en los greenes gracias a los 3,467 golpes que ganó pateando (tomando como referencia la estadística de “strokes gained” que comenzó a usarse el año pasado. Si tenemos en cuenta los antecedentes históricos y que Byrd solo ha subido del par en una ocasión en 17 vueltas, cabría pensar que Byrd está ahí para quedarse en el primer torneo del PGA Tour 2012.
A Byrd lo persigue a un golpe un cuarteto en el que figura el único participante europeo en Hawái, el escocés Martin Laird, y los estadounidenses Michael Bradley, Steve Stricker y Webb Simpson, mientras que Keegan Bradley, ganador del PGA Championship, está a dos golpes con -4.
Como suele ser habitual en Kapalúa, los drives monstruosos estuvieron a la orden del día y fue Gary Woodland el autor del más largo, un misil de 450 yardas en el hoyo 18 (el famoso par 5 cuesta abajo).
En el apartado de anécdotas, también hay que destacar la penalización que Watney evitó después de que pareciera que su caddie, Chad Reynolds, probaba la superficie del green del hoyo 7 pasando su mano por encima. Después de reunirse con ambos, los árbitros del torneo dictaminaron que el caddie no había tocado al green y no aplicaron los dos golpes de penalización correspondiente.
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