La sombra de una leyenda, sobre todo si hablamos de la proyectada por Arnold Palmer, no es mal sitio en el que estar. Hace casi cuarenta años, el estadounidense seguía con su incansable labor como abanderado del golf y recorría medio mundo impartiendo magisterio y estrechando lazos (y haciendo negocios, por qué no decirlo). Llegaba a 1975 al Open de España en La Manga Club con 45 años largos a sus espaldas, en la cuesta abajo de su carrera pero con la ilusión y el profesionalismo que siempre le caracterizó. El resultado: victoria con un golpe de ventaja sobre el sudafricano Fourie, batiendo el récord de longevidad en el abierto de nuestro país, un récord que Miguel Ángel Jiménez superaba la semana pasada después de 19 años.
Curiosamente, aquel mismo año Palmer también se adjudicaba el Penfold PGA Championship que se disputó aquel año en Royal St. George’s, doble triunfo (Open de España y European PGA Championship) que también consiguió Howard Clark en 1974. Casi cuarenta años después, Palmer y Jiménez podrían verse esta semana unidos por la historia como ganadores de estas dos pruebas en el mismo año. Salvando las distancias (por mucho cariño que tengamos al español, Palmer sigue estando a otro nivel) también comparten otros rasgos más allá de esta posible coincidencia histórica y de su gusto por el tabaco: ambos son jugadores que han trascendido el campo de golf, se han convertido en iconos para el gran público y en magníficos embajadores de este deporte.
Esta semana Jiménez podría lograr una victoria que sería la tercera en otros tantos torneos (después del Greater Gwinnett del Champions Tour y el Open de España) y que le propulsaría hacia la Ryder Cup de Gleneagles, ya que el torneo de Wentworth, además de buque insignia del circuito, es el mejor dotado económicamente del calendario al margen de las pruebas de las series finales.
El de Churriana, que ya se impuso en el torneo en 2008 y conoce a la perfección el recorrido oeste de Wentworth, estará acompañado de otros once españoles entre los que destaca Sergio García (número 7 del mundo y que lo acompañará en uno de los partidos estelares junto a Martin Kaymer), y José María Olazábal, también campeón del torneo en 1994. Junto a ellos, Pablo Larrazábal, Alejandro Cañizares, Rafa Cabrera-Bello, Álvaro Quirós, Eduardo de la Riva, Adrián Otaegui, Nacho Elvira, Jorge Campillo y Carlos del Moral.
Frente a ellos, el plantel más potente del año en el European Tour, con el defensor del título, Matteo Manassero, cuatro top ten mundiales (Stenson, García, Rose y McIlroy), cinco exnúmeros uno del mundo (Donald, Westwood, McIlroy, Kaymer y Els), números 1 del European Tour (Goosen, Els, Harrington, Karlsson…) y ganadores de majors (Clarke, Lawrie, Schwartzel, etc.)
Y atento a todos ellos el capitán Ryder, Paul McGinley, con la libreta a mano y muy pendiente de la evolución de los jugadores que conformarán su equipo en Gleneagles dentro de unos pocos meses.
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