Nadie se había hecho excesivas ilusiones con el rendimiento de los españoles en el PGA Championship, más si cabe después de los resultados obtenidos en el Bridgestone Invitational y el Reno Tahoe Open la semana pasada, pero Miguel Ángel Jiménez ha demostrado que los pronósticos de poco valen en citas tan especiales como los grandes.
Y no es la primera vez que el de Churriana lo consigue este año. Salvo el revés encajado en la primera jornada del US Open, Jiménez deslumbró en la vuelta inicial del Open Británico y también destacó en el Masters, datos que deberían haber dejado claro que el de Churriana siempre responde, y especialmente en las ocasiones señaladas.
A rebufo del espectacular Stricker, con el que compartía partido, y en un campo que a priori no se amolda a su juego, Jiménez disputó una vuelta sólida y sin excesivos sobresaltos, con dos birdies y un bogey, y se encuentra decimotercero a seis golpes del estadounidense.
Pablo Larrazábal sigue acumulando kilómetros en los grandes y dando muestras de que, como Álvaro Quirós, no deja que ningún campo se le “ponga por delante”. El salto de calidad de Pablo Larrazábal y la versatilidad que está demostrando este año son dignos de estudio y elogio, y a la garra marca de la casa que siempre exhibe en el campo se suma una capacidad de análisis que le permite hacer lecturas rápidas de lo ocurrido en cada momento y sacarle el máximo partido a cada situación. Con el par del campo, Pablo se encuentra con cierto margen sobre la hipotética línea del corte (que hoy probablemente ascenderá a +4 o +5).
Sergio García volvió a dar la cara en todo momento y solo un bogey final en el hoyo 18 deslució algo una vuelta en la que estuvo muy sólido en los difíciles pares 3 del Atlanta Athletic Club, pero en el que se le atragantaron los pares 4 más largos del campo. Su +2 le mantiene dentro del corte y un golpe por delante de Álvaro Quirós, que confesaba no llegar muy fino a un campo que a priori encaja bien con sus cualidades. Quirós tropezó en uno de los pocos hoyos que está dando tregua, el 5, y después de salir bien parado de la parte más complicada del campo se dejó tres golpes en sus segundos nueve hoyos.
Por último, José María Olazábal no dejó de luchar hasta el último putt, pero su juego se encuentra lejos del ideal que busca el jugador donostiarra y ayer mismo reconocía que le estaba alternando buenos tiros con mucha mediocridad (ya sabemos lo que se exige el doble campeón del Masters). Hoy necesitará una vuelta casi perfecta para jugar el fin de semana, ya que su +8 del día le ha llevado a la posición 138º.
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