Diecinueve Ryder Cups suman Miguel Ángel Jiménez, Bernhard Langer y Fred Couples, una cifra impresionante que queda empequeñecida por el número de majors disputados por estos tres ases que hace apenas una semana también luchaban por la victoria en un escenario diferente, el Augusta National.
Aun así, Miguel Ángel Jiménez, líder del Greater Gwinnett Championship en su primera aparición en el Champions Tour, ha dejado claro que no quiere centrarse en ningún rival en concreto, que la victoria no sabe de nombres, por ilustres que sean sus perseguidores inmediatos.
«Siempre quieres ganar el torneo, por supuesto. No hay que batir a uno o dos jugadores, sino al todo el plantel. La motiación es ganar el torneo», explicaba Jiménez al final de su vuelta, resuelta con 70 golpes.
De momento, el español saca un golpe de ventaja a Langer y dos a Couples, en lo que parece una continuación natural del duelo disputado en Augusta, esta vez sin la intromisión de «jovenzuelos», en un TPC Sugarloaf cuyos greenes recuerdan a los impecables tapices del Masters (salvadas sean las distancias). El sol primaveral de Augusta se ha tornado en frío y lloviznas en Duluth, pero la calidad de estos tres veteranos sigue brillando.
En la jornada decisiva saldrán juntos, el partido ansiado por el patrocinador que tuvo el tino de invitar a Jiménez para que se estrenase en el circuito de veteranos estadounidense, un enfrentamiento entre tres jugadores queridos por el público y respetados por sus compañeros… aunque mientras llevan a cabo un marcaje a tres bandas no podrán descuidar los retrovisores dada la entidad de un pelotón perseguidor en el que figuran jugadores de la talla de Jay Haas o Kenny Perry.
Sería la segunda victoria del golf español en el Champions Tour después de la lograda por José María Cañizares hace trece años en el Toshiba Classic de 2001, un hito de otro ilustre de la Armada.
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