A menudo se acostumbra a relacionar la consistencia de tee a green con el control que un jugador es capaz de mantener a lo largo de su vuelta. La premisa es sencilla: si siempre juego desde la calle y cojo todos los greenes, es imposible fallar. Sin embargo vemos cada semana cómo esta regla se tambalea cuando no se consiguen embocar los putts. Una oportunidad clara de birdie desaprovechada se traduce a menudo en un riesgo añadido en el siguiente golpe a green, un error no forzado que suele llamarse en tenis. La forma en que llegan los errores es imprevisible.
Durante la tercera jornada del Worldwide Holding Selangor Masters, Javi Colomo sufrió las consecuencias de un pobre rendimiento en los greenes y supo imponerse al único fallo que azotó su vuelta (un doble bogey en el 17) con un birdie en el 18. Aquella reacción fue premonitoria de lo que ocurriría en la última y cuarta jornada. Como dijo Mike Tyson, en una de las pocas citas memorables que se le recuerdan: “Todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un puñetazo en la boca”. El golpe le llegó a Colomo después de un día aciago en las inmediaciones del hoyo y su plan, basado en una rocosa consistencia de tee a green, se desmoronaba. En unas décimas de segundo, las que le separaron de aquel doblebogey de la salida en el 18, demostró que esta temporada confía más en sus posibilidades que en las estrategias diseñadas antes de competir.
Cuando se da una situación similar es solo cuestión de tiempo que el jugador tome de nuevo el control de la situación. Es el único y verdadero baremo por el que se mide su capacidad para hacer buenos resultados; la confianza en sus posibilidades actúa como colchón cuando se afronta un resultado inesperado a lo largo de la vuelta. Colomo finalizaba con birdie la tercera jornada y volvió a hacerlo en el primer hoyo de la cuarta. El extremeño conseguía así hacer que el plan recobrara fuerza. Birdie al 6, 7 y 8 para colocarse menos cuatro en el día al salir del hoyo 9, menos once en el total.
La victoria era inalcanzable a esas alturas porque el líder, el tailandés Thaworn Wiratchant, había recortado cuatro golpes al recorrido en tan solo siete hoyos. Pero cada jugador tiene una forma de presentar batalla, independientemente de sus posibilidades. Javi fue capaz de recortarle un golpe más al campo durante los segundos nueve, firmando un total de 67 impactos. Su mejor vuelta de la semana después después de mermar sus opciones de triunfo en la tercera jornada.
La diferencia entre reaccionar a un mal día con convicción, como lo hizo Colomo, o apesadumbrado, como se ve en muchos tantos otros casos, tiene su recompensa. Javi asegura su tarjeta para el año que viene en el Asian Tour y se coloca decimonoveno en la lista de ganancias del circuito. Además, pasa ser segundo en la carrera que dirimirá al mejor Rookie del Año, tras David Lipsky (cuarto en la lista de ganancias). Como decía Kavafis: “Cuando emprendas el viaje a Ítaca debes rogar que el viaje sea largo, llenos de peripecias, lleno de experiencias…” Javi ya ha marcado la siguiente fecha en el calendario para asaltar la próxima: “Puede que la tarjeta ya esté asegurada para la próxima temporada, pero no por eso he perdido el objetivo para lo que resta de año: ¡ganar un torneo!”
Segundo en Singapur, quinto en Corea del Sur y esta semana tercero en Malasia. No convendría perderle de vista la próxima semana en China.
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