Si Inbee Park hubiera imaginado su última vuelta del Evian Masters la noche anterior a jugarla, hubiera repasado prácticamente todos los golpes que ha pegado para proclamarse campeona. Una exhibición de contundencia, precisión y sangre fría es lo que ha desplegado la surcoreana ante una serie de rivales temibles que no le pusieron las cosas nada fáciles. Su resultado de 66 impactos (seis bajo par) resultaron inalcanzables para Karrie Webb o Stacy Lewis.
“Me siento genial. Fue hace cuatro años pero lo sentía aún más lejano”, declaró Park en relación a su última victoria, el U.S. Women’s Open del año 2008. Sus primeros nueve hoyos tuvieron un solo error en el hoyo 3, bien compensados con birdies en el 5, 7 y 9. Inbee jugaba de calle a green sin alterar el gesto y una vez cerca del hoyo, repitiendo la misma rutina una y otra vez, veía como su bola terminaba siempre dentro del agujero. Si el Evian Masters Golf Club exigía patear siempre cuesta arriba para tener opciones de embocar, poco pareció importarle a Park. Ella siempre daba el mismo golpe.
El resumen de su contundencia y de su resultado global, diecisiete bajo par, reside en una estadística a menudo obviada en muchos torneos. La surcoreana ha jugado los pares 3, 4 y 5 esta semana por debajo del par, sin excepción. Nada de basar su estrategia en ciertos hoyos del recorrido para compensar posibles errores. Cada hoyo suponía para ella una oportunidad de distanciarse de sus rivales.
Una vez Shanshan Feng entregó su tarjeta y marcó el resultado de menos catorce como ganador en casa club, Inbee tenía trabajo por delante. Se encontraba con menos tres en el hoyo 14 y no tenía ninguna renta que defender, sino una oportunidad de conseguir su primera victoria en cuatro años. En un momento en que la presión comienza a hacer mella en el gesto y los movimientos de las mejores, Park hizo algo que no está al alcance de todas ellas: siguió pegando igual a la bola y pareció que no estaba compitiendo en el Evian Masters, sino en una vuelta de prácticas. Un guión demoledor que, a pesar de contar con ataques de última hora, dejaba la lucha por la victoria en un segundo plano. Inbee Park finalizó con tres birdies en sus tres últimos hoyos.
Una gran parte de la culpa de que este torneo tuviera emoción hasta los últimos hoyos fue de la incombustible Karrie Webb. La australiana cuenta en su palmarés con 38 victorias en el LPGA Tour, 15 más alrededor del globo y la friolera de 7 majors y veinticuatro top10 en grandes. Y con 37 años, sigue compitiendo con la misma intensidad por la victoria. Por eso el que Webb intentara hacer un sobreesfuerzo en el hoyo 18, alcanzando el green de dos golpes para conseguir un eagle y meter presión a una líder impertérrita, tiene más valor ahora que hace diez años. Porque la australiana, más allá de las victorias, se mueve por el hambre que le produjeron sus pasados triunfos y se expone constantemente al dolor que implica competir. Otras grandes jugadoras no siguieron ese ritmo durante tanto tiempo.
Empatada con ella en segunda posición, la mejor jugadora en lo que llevamos de temporada. Stacy Lewis se queda a las puertas de la victoria en el Evian Masters por segundo año consecutivo, y se confirma como la gran rival que Yani Tseng demandaba el pasado año y que tanto temía que llegara durante éste. Atención a sus números desde febrero: dos victorias, siete top10, tres segundos puestos. Lo que empezaba como síntomas de regularidad y buen juego está empezando a adquirir tintes de dominio a largo plazo. Esta semana, a su pesar, probablemente no le haya sentado bien igualar el récord del campo durante el primer día. Lewis ha tenido que defender un liderato durante las cuatro jornadas en un campo exigente y eso, hoyo a hoyo, termina desgastando. A su lado, durante los últimos hoyos, no tuvo reacción para el golf demoledor de Inbee Park.
Buena participación de Natalie Gulbis y Shanshan Feng en este campeonato, finalizando en menos catorce en cuarta posición, y de una joven de diecisiete años que sin ser siquiera profesional ha jugado los cuatro días por debajo de los setenta impactos. No olviden su nombre: Hyo-Joo Kim. ¿Cómo otra surcoreana comienza a destacar en un gran torneo? Podría atribuirse a una eclosión de talento espontánea, pero algo tendrá que ver el horario de entrenamiento de la Escuela Nacional Coreana: de cuatro de la mañana a ocho de la tarde durante doscientos días al año. Si alguien quería buscar la quimera del golf, el secreto para dar menos golpes que nadie, puede darse por satisfecho.
Gran actuación de las tres españolas que participaban en el Evian Masters. Beatriz Recari volvió a firmar 66 golpes en esta última jornada, al igual que en la segunda, y se lleva de Francia muy buenas sensaciones para lo que queda de temporada. Si la navarra reconocía al pasar el corte que tenía que mejorar sus golpes desde lies complicados, su novena posición ante las mejores del mundo confirman que el trabajo ha sido fructífero, y no hay nada que anime más a una jugadora a seguir mejorando. En décimo sexta posición tras una última vuelta de 70 impactos, Azahara Muñoz sigue su progresión constante y silenciosa que este año le volverá a ver ganar otro torneo. Si Lewis se confirma como la referencia, no debería de perder de vista a la malagueña.
En vigésimo cuarta posición y tras 74 golpes el domingo finalizó Carlota Ciganda, que no tuvo su mejor día de la semana en la jornada definitiva. Sin embargo, dejó su impronta en este campeonato en la temporada de su debut en Europa: 66 golpes en la tercera jornada que la colocaban séptima en la general. Ya ha conseguido ganar en el Ladies European Tour, ahora destaca por primera vez ante las mejores. Si parpadeamos en algún momento puede que nos perdamos una evolución meteórica. El golf femenino español vuela muy alto.
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