“No hay nada especial en mi estrategia. Es muy similar a la que usaría en stroke play. Pego el golpe que necesito en cada situación y conozco bien el campo”. Son palabras de Matt Kuchar, campeón defensor del Accenture Match Play Championship y, sin duda, uno de los principales favoritos a revalidar su título esta semana. Se impuso a Bernd Wiesberger por 3&2, a pesar de ir ganando por cuatro arriba, y dio la misma sensación de consistencia que hace doce meses. Esto es match play, pero también hay ciertos jugadores que se adaptan mejor a Dove Mountain que otros. En la primera jornada del campeonato pudimos ver algunos de los que parecen jugar con ventaja en el desierto.
Hunter Mahan es, sin duda, uno de ellos. El norteamericano ya vendió muy cara su derrota en 2013 y salió ayer dispuesto a sumar confianza de cara a las citas que tiene entre ceja y ceja: los grandes. No hay nada que otorgue más confianza que ganar en este formato, exponiéndose a cada rival de forma tan clara. Ayer le tocó bailar con Fernández-Castaño y ganó con autoridad, como podría esperarse de alguien que se encuentra cómodo en el recorrido. En el dos marchaba uno abajo, gracias a un birdie del madrileño, pero pronto la balanza comenzó a inclinarse hacia su lado. Gonzalo se estancó en una racha de pares mientras él siguió su habitual trayecto: aciertos en el 7, 10 y 11 le otorgaron una ventaja insuperable, al menos para el despliegue del español.
El segundo y último birdie de Gonzalo llegó en el 13, donde el partido se puso uno arriba para Mahan. Duró poco la incertidumbre. Un nuevo acierto en el 15 del americano y un bogey en el 16 de su rival finiquitaron el encuentro. “Estuve sólido”, declaró Hunter. “No le di muchos hoyos. Conseguí un par de recuperaciones nada más comenzar la vuelta y tuve suerte. Él tuvo la ocasión de irse dos o tres arriba tras cuatro o cinco hoyos. Aguanté y luego jugué consistente en los nueve segundos para ganar”.
Aquella derrota dejaba a Sergio García como único representante español en un torneo no exento de sorpresas, desde la derrota de Poulter a las de Westwood (5&3 frente a English), Bradley (2&1 frente a Jonas Blixt), Dustin Johnson (4&3 frente a Hanson), Luke Donald (5&4 frente a Manassero) o Zach Johnson (5&4 frente a Sterne). Son grandes nombres que se caen del torneo del KO, pero que se debieron principalmente a pequeñas diferencias: sus rivales se adaptaron mejor a ciertas zonas de Dove Mountain y crearon ventajas inalcanzables en tan solo una vuelta. A veces son injustas, por el nivel general desplegado, pero también hacen de este evento algo único.
“Creí que estaba terminado”, declaró Graeme McDowell, que marchaba dos abajo frente a Gary Woodland en el 15. “Literalmente. No sueles remontar un tres abajo frente a alguien que está jugando tan bien como él. Creí que había perdido, pero todavía intenté pegar mis golpes. Requería que él también fallará”. Y Woodland erró justo donde más importaba, en los últimos cuatro hoyos de su partido. El duelo se terminó en el 19 con el héroe de Celtic Manor en siguiente ronda, junto a otro buen puñado de grandes jugadores. Allí esperaban ya Rory McIlroy, Jason Day, Webb Simpson, Brandt Snedeker, Henrik Stenson, Justin Rose, Jason Dufner, Schwartzel, Furyk, Bubba… Ellos, a diferencia de Poulter, supieron imponer sus cualidades en el campo.
La segunda ronda nos dejará ya duelos más que interesantes, desde el Sergio García contra Bill Haas, al Schwartzel versus Furyk, Spieth y Björn o el Dufner contra Manassero o Henrik Stenson frente a Louis Oosthuizen. Aquí se verá quién está verdaderamente en sintonía con el campo del desierto.
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