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Fleetwood destila talento en Gleneagles

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Enrique Soto | 25 de agosto de 2013

La próxima sede de la Ryder Cup albergó esta semana el Johnnie Walker Championship, un clásico dentro del calendario del Circuito Europeo. Campo blando, de rough amable y greenes receptivos es sinónimo de birdies, por lo que la competición se fue acelerando a medida que llegaban los últimos hoyos. Emiliano Grillo, que partía fuera del top 10, firmó una vuelta de menos seis con ocho aciertos a lo largo del día; Scott Henry terminó con un 67 que le daba opciones de victoria; mientras que Bernd Wiesbergerg, a pesar de dejarse múltiples ocasiones por el camino, registró un 68. Ninguno de ellos era un claro candidato a la victoria por la mañana, pero interpretaron la amabilidad de este recorrido con agresividad y contundencia. No había otra forma de terminar el primero.

Pero entonces apareció Stephen Gallacher, que había llevado a cabo una vuelta estratosférica el sábado (menos ocho). El escocés, ganador ya esta temporada, pareció tirar por la borda sus opciones en el 11, donde cometió un triple bogey, pero confirmó que había sido el mejor durante el fin de semana en el resto de sus hoyos: cuatro birdies y dos eagles compensaron perfectamente ese desastre. Poniendo el menos dieciocho en casa club como resultado ganador, solo dos hombres podían alcanzarle. Ricardo González y Tommy Fleetwood habían liderado el torneo durante toda la semana y afrontaban el momento de rematar la faena.

Lo hicieron, pero a medias. El argentino llevaba toda la jornada lidiando con molestias en la rodilla y, a pesar de cometer un doble bogey en el 1, se plantó en el 18 bajo par. El último hoyo de Gleneagles es un par 5 asequible, alcanzable en dos impactos, y González encontró un bunker a la derecha de green. El birdie era una necesidad, pero el eagle podría darle la victoria. Su bola tocó el borde del hoyo mientras Gallacher resoplaba frente a la televisión. Algo similar le sucedió a Fleetwood, un joven de veintidós años que afrontaba su primera gran ocasión de triunfar ante los mejores. Su intento de terminar en tres golpes el hoyo se paseó cerca del agujero.

Había playoff y la polivalente última prueba de este campo volvía a ser el escenario. De poco importaba la tendencia que llevaba cualquiera de los tres contendientes hasta ese momento; se notaba en su rostro. La presión se había acrecentado y el margen de error aumentaba a medida que caminaban por su calle. El Gallacher agresivo que se había visto a lo largo de la jornada envió un golpe completamente desviado a la derecha, y pareció aplaudir cuando tras varios botes finalizó en la arena. Gonzalez, mucho más fiero, atacó la bandera que no había encontrado momentos atrás y se pasó ligeramente el green, en una pendiente cuesta abajo. Fleetwood fue el único que no varió lo más mínimo sus argumentos. Envió su bola al centro de la calle y, posteriormente, se dejó una nueva opción de eagle.

El talento suele aparecer en los momentos decisivos, de muchas formas posibles. Este chico, en tan solo su segunda temporada en el Circuito Europeo, se comportó como si tuviera la cabeza llena de canas a medida que la victoria parecía más cerca. No le fue necesario pegar golpes entre los árboles, ni buscar efectos exagerados en su bola, ya que no se apartó del camino correcto, el más claro y seguro. Gallacher realizó una sacada mediocre desde el bunker, mientras que González falló un intento de metro y medio para birdie. Fleetwood tampoco erró en esta ocasión. Dos golpes a green y dos putts le permitieron hacer la primera muesca en su cinturón, que en su caso es prometedor y brillante.

Rafael Cabrera-Bello y Álvaro Quirós finalizaron trigésimo quintos con menos nueve. Eduardo de la Riva fue cuadragésimo noveno, Jorge Campillo quincuagésimo segundo, Ignacio Garrido quincuagésimo octavo y José María Olazábal septuagésimo segundo.

Resultados completos