El Medinah Country Club estaba preparado para que los partidos se ganaran con birdies. Para ello se había segado el rough hasta el punto de que las bolas rodaran, mientras que los greenes, a pesar de ser rápidos, permitían mantener la línea de los putts bien ejecutados. Un escenario permisivo y vulnerable, listo para albergar la batalla “Europa contra Estados Unidos” premiando los aciertos por encima de los errores, los putts por delante de los drives.
Un invitado inesperado provocó que este escenario no fuera tal y como lo habíamos imaginado. El viento llegó a soplar con fuerza en muchos de los hoyos del recorrido, dejando especial impronta en los más largos. Mientras que durante los nueve primeros el equipo de José María Olazábal recorrió una apacible travesía en velero, durante los segundos tuvieron serios problemas para navegar en aguas mucho más turbulentas.
(Rory McIlroy / Graeme McDowell ganan 1 arriba a Jim Furyk y Brandt Snedeker)
La mejor pareja del combinado europeo tenía la misión de sumar el primer punto en disputa de la Ryder Cup; coger la iniciativa y encontrar algo de calma en territorio enemigo, afianzando las posiciones para la futura llegada de sus compañeros. Tanto Rory como G-Mac lo consiguieron durante gran parte de su vuelta en una ejecución perfecta de la estrategia señalada y en el hoyo 11 ya se habían colocado tres arriba en el marcador. McIlroy desplegaba talento y potencia por partes iguales mientras McDowell hacía de metrónomo: certero de tee a green y embocando los putts de birdie. Poco pudieron hacer en este tramo Furyk y Snedeker, que contemplaban impotentes cómo la pareja norirlandesa realizaba cinco birdies en ocho hoyos.
Sabemos que el golf es un deporte de rachas, en el que siempre es más sencillo repetir un birdie que conseguirlo inmerso en una mala dinámica. La mala noticia para Europa llegó en forma de bogey en el kilométrico par 3 del hoyo 13, y al igual que en los otros dos errores que habían cometido hasta entonces, Furyk y Snedeker aprovecharon el regalo. Sin ganar un solo hoyo con birdie estaban dos abajo con cinco por jugar y se vinieron arriba en el tramo más complicado de Medinah. Lo que la pareja europea fue capaz de generar a mitad de vuelta se diluyó ante un ataque consistente en tres birdies en cuatro hoyos, del 14 al 16, en el que la distancia entre ambos se redujo a cero.
En el 18, con la ventaja anímica de haber ganado los últimos hoyos, Brandt Snedeker pegó un drive de unas 200 yardas a la derecha, dejando su bola en mitad de los árboles. Un bogey demoledor que los europeos no desaprovecharon. Un mal golpe, un hoyo perdido y finalizar un partido derrotado.
(Phil Mickelson / Keegan Bradley ganan 4&3 a Luke Donald / Sergio García)
La teoría nos dice que los rookies deben ir siempre emparejados junto a jugadores más experimentados. Es la razón por la que Davis Love III apostó por juntar a Furyk y a Snedeker, a Dufner con Johnson o a Bradley y Mickelson. Las experiencias vividas como pauta para saber en qué momento atacar y en cuál ser más conservador, la gestión de los ánimos. Nada de esto ocurrió en el segundo enfrentamiento de la mañana porque Keegan comenzó su andadura en la Ryder Cup desatado, embocando cada putt crucial que Mickelson le dejaba por el camino.
Sergio y Luke comenzaron su vuelta como dos buenos amigos reviviendo tiempos felices. Una producción eficiente de buenos impactos se traducía en oportunidades en cada hoyo, con García siempre un poco más cerca de bandera y Donald metiendo putts, cuesta abajo y cuesta arriba. Su excelente relación iba viento en popa hasta que el citado rookie se hizo con los mandos de la nave. Cuatro birdies en siete hoyos (del 9 al 15) hicieron que los americanos dejaran sin capacidad de respuesta a la pareja imbatida, incapaz de producir aciertos ante la constante presión de dejar cerca sus golpes a bandera. No fue el día de los viejos conocidos, sino el del debutante, que parecía estar jugando los últimos hoyos del PGA Championship que ganó en 2011.
(Jason Dufner / Zach Johnson ganan 3&2 a Lee Westwood / Francesco Molinari)
Tanto Lee Westwood como Francesco Molinari son dos grandes jugadores de tee a green, posiblemente de los diez mejores del mundo. La razón por la que ninguno ha sido capaz de ganar en muchas más ocasiones está en los greenes, donde acostumbran a agobiarse ante tantas oportunidades. Su primer partido como pareja en foursomes no fue una excepción. Los europeos consiguieron dos birdies en los dieciséis hoyos que disputaron, ambos en pares 5, y se mostraron incapaces de embocar en los momentos cruciales; donde sus pocos aciertos pudieran hacer daño al rival.
No fue el partido esperado porque ni Dufner ni Johnson se mostraron tampoco invencibles. En cuanto arrancaron los segundos nueve hoyos empatados se dedicaron a su sucesión favorita de golpes: calle, green y par, logrando tres birdies y ganando el partido con comodidad, no por aplastamiento.
(Ian Poulter / Justin Rose ganan 2&1 a Steve Stricker / Tiger Woods)
La pareja inglesa ganó tres hoyos a la americana con un resultado de par. Se sigue buscando en Woods a un referente en el equipo americano pero su gesto cortante y su juego en días como hoy demuestran que se encuentra lejos de serlo. Nunca habíamos podido ver a Stricker jugando desde posiciones tan incómodas en tantas ocasiones, ya que Tiger no tuvo en ningún momento el control de sus golpes. Esforzándose en compensar, Steve fue incapaz de sacar todo el agua de un barco destinado a naufragar.
Sin embargo tuvieron opciones hasta el penúltimo hoyo porque ni Poulter ni Rose fueron contundentes en ningún momento. Con solo tres birdies en diecisiete hoyos, veían el desastre de sus oponentes y estuvieron más cerca de igualarlo que de aprovechar sus debilidades. Más que una victoria contundente, por momentos pareció la rendición del enemigo.
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