Estamos en la semana de la Solheim y comienzan a producirse las primeras anécdotas de este enfrentamiento bienal entre los equipos femeninos de Europa y Estados Unidos. Suzann Pettersen daba el chivatazo a través de su cuenta de twitter: el espectacular autobús que desplazaba a las estadounidenses a Killeen Castle, sede irlandesa de la Solheim, se había quedado tirado en la carretera, para regocijo y jolgorio de las europeas.
El incidente se solventó a los pocos minutos, pero no fue este el único problema mecánico que tuvo que afrontar el equipo estadounidense en la jornada del lunes. Horas después, era el buggy de Rosie Jones el que se averiaba y obligaba a la capitana estadounidense a dejarlo en mitad de la nada.
Parece que los leprechauns irlandeses están ejerciendo de gremlins…
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