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Espectáculo y sensaciones encontradas en el ecuador del Castelló Masters

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Óscar Díaz | 22 de octubre de 2010

Sergio García, buenas maneras y decepción final (foto de Luis Corralo)

El sueco Peter Hedblom, con 9 bajo par, es el líder del Castelló Masters Costa Azahar 2010 seguido a un golpe por el trío compuesto por Gonzalo Fernández-Castaño, el escocés Paul Lawrie y Matteo Manassero, la joven sensación italiana. A modo de contraste, Sergio García, anfitrión y factótum del torneo, ha fallado el corte de manera cruel al firmar un doble bogey en el hoyo 17 de esta segunda jornada.

Una vez transcurridas las dos primeras vueltas de este Castelló Masters, queda claro que se espera un fin de semana espectacular gracias al juego desplegado por los protagonistas máximos de la competición y al esmero con el que se ha preparado el escenario de la misma, el Club de Campo del Mediterráneo. La combinación de calles estrechas y duras, greenes receptivos pero nobles y rough alto está haciendo las delicias de algunos jugadores y complicando la vida a muchos otros, que ven como el campo dista bastante del que se rindió al sueco Michael Jonzon o a Sergio García en las dos ediciones anteriores (ambos ganaron con 20 bajo par).

El sueco Peter Hedblom ha mostrado hoy su mejor cara después de un año muy gris (solo un top 5 en el Open de Escocia) y ha enganchado una racha magnífica en su segunda vuelta (cinco bajo par del hoyo 4 al 8, ya que salía por el 10), aunque su bogey final ha emborronado ligeramente una vuelta impecable.

Gonzalo Fernández-Castaño ha vuelto a insistir en que la clave de la semana pasa por el putter y por las enseñanzas de un maestro de primera, José María Olazábal: “Estoy cogiendo confianza con el putter; las últimas semanas, a pesar de haber terminado segundo, no patée bien. Olazábal me dio unos trucos y cuando ves que la bola rueda hacia el hoyo, vuelve la confianza”.

Ahora que Gonzalo parece haber encontrado el grial del putter, está algo insatisfecho con uno de sus fuertes. “He jugado muy bien los primeros 9 hoyos, muy ordenado, con muchas oportunidades. Los greenes están magníficos, unos putts no han querido entrar y otros no los he metido, pero en general he pateado bien. Me ha fallado un poco el wedge, no las he dejado todo lo cerca que me gustaría y eso es lo que voy a trabajar esta tarde. Si quiero ganar, tengo que estar fino con el wedge”.

Otro jugador que está deslumbrando por sus formas y su juego es el italiano Matteo Manassero. El transalpino se desenvuelve con una soltura impropia de un jugador de 17 años y se muestra igual de sereno en el campo que atendiendo a la prensa. “Me gusta mucho el campo y se adapta muy bien a mi juego. Hay que pegar muy recto a la bola y los greenes están perfectos y se patea muy bien. Desde la semana pasada, cuando fallé el corte en Portugal, he mejorado mucho el juego corto y el putt y lo estoy notando”.

Manassero nos ha confirmado personalmente lo que sospechábamos. La consecución de la tarjeta para el año que viene en el European Tour ha supuesto una liberación. “Juego más tranquilo desde que tengo asegurada la tarjeta del Tour y mi siguiente objetivo es intentar quedar entre los 60 primeros”, que le daría acceso a la final de la Race to Dubai. El italiano, pese a que es consciente de su inexperiencia en la cabeza de la clasificación en torneos profesionales (pese a sus buenos resultados, solo ha optado al título del Omega European Masters esta temporada), no se achica.

Los otros dos protagonistas de la jornada y del torneo por su reincorporación a la actividad golfística, José María Olazábal y Sergio García, han corrido suerte desigual. El de Hondarribia ha jugado una vuelta muy meritoria (-3 en el día) sin cometer ningún bogey y sigue demostrando la garra marca de la casa que le impide dar un golpe por perdido. El corajudo par que ha salvado en el 17 de hoy cuando estaba en la cuerda floja es buena muestra de ello.

“Estoy encantado, la verdad, por haber pasado el corte, por jugar dos días más y por haber hecho una vuelta sólida”.

Con respecto a Sergio, Olazábal ha echado un nuevo capote al de Borriol: “Siento mucho que Sergio haya fallado el corte. Cuando hemos terminado, le he dicho que tenga paciencia, pero en momentos tan duros es muy difícil consolar a alguien. Lo sé por experiencia. Todos pasamos rachas malas, pero hay que hacer de tripas corazón y aguantar. Así es como lo veo, pero cuando eres tú el que lo sufre…”

Y el receptor de las palabras de ánimo del vasco acabó cariacontecido y derribado ante su público por un postrero doble bogey en el hoyo 17 que lo ha dejado fuera de juego para el fin de semana después de un birdie heroico en el par 3 anterior. Sergio se iba al agua desde el tee de salida en uno de los hoyos más duros del campo (par 5 habitual, reconvertido a par 4 para el torneo) y perdía todas sus opciones al visitar el búnker de la izquierda de green de tercer golpe. Aun así, no quiere echarle la culpa al doble bogey del 17 y piensa que el problema, una vez más, radica en las oportunidades perdidas cuando estaba clavando los hierros en casi todos los greenes.

“No hay mucho que decir, es una pena. Empecé bien, pegándole bien a la bola, dándome opciones y podía haber terminado tres menos por los nueve primeros, pero luego las cosas empezaron a torcerse. Estoy decepcionado y triste, he hecho todo lo que he podido. Fallar un corte siempre es triste, no es un sentimiento agradable. Hay poco más que decir. Solo hay que seguir mirando hacia delante”.

En cuanto al resto de los españoles, cabe destacar el magnífico quinto puesto compartido del barcelonés Álvaro Velasco, ya con la tarjeta del European Tour en el bolsillo después de su magnífica temporada en el Challenge Tour, el noveno de Nacho Garrido tras una jornada espectacular, el decimocuarto de Carlos Suneson, necesitado de buenos resultados tras una temporada repleta de reveses, y el vigésimo sexto del valenciano José Manuel Lara, con su mejor actuación desde el triunfo en Austria. También superan el corte Alejandro Cañizares, Rafa Cabrera, Santiago Luna y Javi Colomo.

Mención aparte merece la estratosférica vuelta de Pablo Martín, al que todos dimos por muerto y enterrado tras su 80 en la vuelta de ayer y que se ha desmarcado hoy con un 64 que seguramente tendrá efecto terapéutico de cara a futuros compromisos. Que haya conseguido remontar el vuelo después del varapalo de ayer y de la decepción de la semana pasada en el Portugal Masters es toda una muestra de carácter y, a la vez, el ejemplo perfecto del carácter dual (que muchas bordea la esquizofrenia) de este deporte.