Reconozco que cuando escribí el artículo a modo de homenaje a la calidad de la carrera profesional de Miguel Ángel Jiménez, un golfista hecho a sí mismo y con el cénit de su presencia entre los mejores a una edad sénior, jamás pensé que una semana después asistiría a un órdago a la grande que ha estado a un viernes de convertirse en leyenda.
Doblegado por la siniestra de un Bubba Watson que a sus treinta y cinco años ya atesora dos chaquetas verdes y está empezando a desplazar al bueno de Phil Mickelson en el corazón del siempre patriótico y familiar público estadounidense, lo que ha conseguido Miguel Ángel Jiménez este domingo en el Augusta National es mucho más que su mejor clasificación histórica en el The Masters Tournament (cuarto), es mucho más que firmar la mejor tarjeta a una ronda del torneo (sus 66 impactos sabatinos así lo reflejan), es mucho más que ser el jugador que más golpes ha restado al campo en los últimos treinta y seis hoyos.
Es la mejor demostración práctica que ha podido hacer a su propia filosofía de superación continua y promoción de unos valores de esfuerzo personal. Si hace quince meses una escalofriante fractura de meseta tibial no fue obstáculo para detener una carrera profesional en continuo ascenso desde su explosión tardía superada la cuarentena, un resbalón de setenta y cuatro golpes en la jornada del viernes no podía ser capaz de alterar un paso firme y decidido a una victoria finalmente esquiva, pero con un sabor que una vez asimilado el amargor inicial será difícil de igualar.
Aparentemente superado por los nervios de un arranque titubeante con tres bogeys y un parcial de más dos en los primeros nueve hoyos que habitualmente hacen de rampa de lanzamiento a un Amen Corner desafiante, el bueno de Miguel Ángel no pareció dispuesto a rendirse de nuevo a las angustias de un Masters que para los aficionados españoles siempre llevará el apellido de Ballesteros y con una sonrisa por bandera se entregó a una disciplina de calles cogidas (85%, diecisiete puntos mejor que la media) y greenes en regulación (64%, seis puntos por encima), junto con un putter que volvía a echar humo (en el ochenta y cuatro por ciento de los hoyos finalizó al par o mejor, gracias a sus 1,56 putts de promedio y sus 71% de recuperaciones desde el búnker).
Así, hoyo a hoyo fue recuperando posiciones en una clasificación final que habría sido histórica si a un efectista birdie en el dieciséis, donde por momentos el jubiloso público yanqui se veía celebrando un hoyo en uno, le hubiera precedido una mayor fortuna en los pares 5. Aunque no sea el momento, hay que situar en el debe su respeto por un concepto de hoyo donde esta semana solo ha obtenido un parcial de menos tres impactos, por los menos ocho del vencedor Bubba Watson, o los menos seis y los menos cinco de los escuderos Jonas Blixt y Jason Spieth, respectivamente.
Con todo, actuación para enmarcar la que nos ha regalado un Miguel Ángel Jiménez que hasta ha sido capaz de vencer la reticente política deportiva de los medios de comunicación generalistas de nuestro país y ganarse un hueco en horario de prime time. Es como si tras ver a Messi caminar en un partido de fútbol solo un kilómetro más que su portero o la incertidumbre que rodea a la presencia de Sergio Ramos en la final de la Copa del Rey por una sobrecarga del trapecio, los redactores de los telediarios hubiesen empezado a valorar la exigencia física de un torneo de golf elevado a su máxima expresión como sucede en el The Masters Tournament.
Lástima que por obra y gracia de la actual gestión de la Consejería de Comercio, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, nuestra tierra no haya aparecido en la manga o en la visera de un golfista que ha centrado buena parte de la atención mediática internacional, y que el próximo fin de semana hará lo propio ante el deseado segmento senior estadounidense cuando realice una pequeña incursión en territorio comanche para disputar la segunda edición del Greater Gwinnett Championship del Champions Tour del PGA Tour, donde ya ocupa las primeras portadas. Bien haría nuestra no electa presidenta si aprovechara el próximo BOJA para recuperar otras competencias cedidas a un partido que suele actuar a golpe de propaganda…
Para terminar, destacar la breve reseña dedicada a Miguel Ángel Jiménez durante la tertulia futbolera de El Partido de las Doce de la Cadena Cope. Para Miguel Rico, periodista de El Mundo Deportivo, es de elogiar la forma en la que “se plantea el mundo del golf”, porque “va a divertirse”. “Es lo que hacía el Barça antes”, apostilló Emilio Pérez de Rozas, de El Periódico de Catalunya, refiriéndose a la etapa de Guardiola, tan añorada ahora por los culés.
Se podrá decir más alto pero no más claro.
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