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¿Es el golf un deporte complicado?

José Crespo | 15 de mayo de 2012

Mucho se habla, incluso entre veterana y curtida «gente de golf», sobre la dificultad del golf tanto en lo que se refiere a sus inicios, práctica y desarrollo como en cuanto a su reglamentación. ¿Es cierto que el golf es un deporte difícil? Depende de quién conteste para que su respuesta sea más o menos tajante. De entrada, si lo comparamos con otros deportes a buen seguro que nos encontramos con algunos que serán más accesibles, pero también los habrá más complicados.

En mi opinión no estamos ante un deporte muy complejo pues ofrece muchas y variadas formas para su desarrollo; tiene distintas modalidades y campos que van desde una sencillez relativa hasta un grado de dificultad considerable. Creo que esa es la idea que se debe transmitir desde todos los estamentos relacionados con el golf, la falta de complicación fundamentada en el comienzo en campos y modalidades sencillos, porque lo único que conseguiremos al tildar inicialmente de complejo al golf es que los potenciales practicantes que traten de acercarse a él cambien de idea o, más peligroso aún, que los ya iniciados busquen una escapatoria que justifique el establecimiento de un espíritu y una esencia distintos de aquellos con los que fue concebido hace ya varios siglos.

Creo que el golf brinda, manteniendo su espíritu y esencia, una versatilidad que pocos deportes ofrecen y por eso no podemos ser categóricos al posicionarnos a la hora de transmitir cierta imagen de dificultad o sencillez. Todo dependerá, fundamentalmente, del nivel que pretendamos alcanzar como practicantes y así se relativizará la idea que podamos tener a la hora de enfrentarnos al reto que el golf nos ofrece.

Quizá con un ejemplo quede más claro lo que quiero exponer. Si queremos desafiar a un par 5 de 550 metros que tiene varios obstáculos y dificultades añadidas, es muy posible que cualquier jugador medio se encuentre con serios aprietos si pretende hacer birdie o incluso par; en este escenario es muy posible que el jugador reniegue y sostenga que esto del golf es muy complicado. Si por el contrario lo que tiene ante sí es un par 3 de 100 metros sin obstáculos ni dificultades añadidas, el juego se simplifica y cualquier jugador con una mínima instrucción podrá sacarle el par. Entonces se sentirá orgulloso porque le ha resultado relativamente sencilla —o poco complicada— la hazaña conseguida y buscará retos mayores; tratará de superarse. Sirva esta elemental muestra para que no se saquen conclusiones ligeras sobre la dificultad del golf. También es evidente que, además, todo puede complicarse cuando se añaden otros factores (meteorología, estado del campo, movimientos en calles y greenes, etc.), pero ese es el riesgo añadido de practicar un deporte que se desarrolla al aire libre y en el que todos los elementos externos son cambiantes. De igual manera se podría hablar de las modalidades: poco disfrutaremos y es fácil que nos decantemos por la idea de complicación si desde el principio queremos enfrentarnos a una vuelta en stroke play (juego por golpes), cuando tenemos la opción de iniciarnos en el juego bajo la modalidad stableford.

En ocasiones se habla de complejidad porque pretendemos enfrentarnos a cualquier campo después de recibir unas cuantas nociones básicas de un amigo bienintencionado. A nadie que no supiera conducir se le ocurriría lidiar con el circuito de Jerez al volante de un Ferrari después de que un amigo le diera dos admirables clases de conducción; a nadie se le ocurriría iniciarse en la vela con barcos de la Copa América; a nadie se le ocurriría iniciarse en el ciclismo subiendo el Tourmalet. Pero en el golf estas “machadas” son algo habituales; una gran mayoría quiere salir al “campo grande” cuando apenas han pasado unas semanas desde la primera vez que cogió un palo; luego, si no salen a un campo largo encuentran el golf aburrido, pero cuando lo hacen se desmotivan por la dificultad que ha supuesto no ir paso a paso. En ocasiones, esta complicación añadida les lleva a la frustración; en otras, hace que dejen de lado la caballerosidad, honestidad y honradez que presiden este deporte. Pocos son los que se preocupan por saber a qué se enfrentan, procuran ser pacientes en su aprendizaje, desarrollan esa instrucción en condiciones apropiadas y con personal suficientemente preparado y adecuado, y empiezan a dar sus primeros pasos competitivos en campos cortos y sencillos —por ejemplo, pares 3 o pitch and putt— antes de enfrentarse a desafíos mayores. Pero todo ello sin saltarnos a la torera lo que queramos con inventos para justificar que debemos acercar el golf a todo el mundo; siguiendo con los ejemplos, a nadie de la vela se le ocurriría, para facilitar la labor al principiante, darle un barco que también tuviera un motor y decirle que puede utilizarlo cuando le venga en gana. Comprendo que en este sentido exista la lucha negocio-deporte, pero esto nos daría para otro artículo.

Por ello, creo que sería una buena idea que por parte de la RFEG se editara un manual básico para quien accede al golf, donde, además de incluir la guía rápida de las reglas y el espíritu del golf, orientara sobre los pasos que debería seguir cualquiera que quisiera acercarse al golf.

En definitiva, el golf puede ser complicado o sencillo, pero lo más apasionante y casi único de este deporte es que todo depende de lo que elijamos. Si queremos disfrutar, vayamos poco a poco y dejemos aconsejarnos por alguien preparado; pero no pretendamos embarcarnos, sin la experiencia necesaria, en aventuras extrañas que desvirtúen la esencia y el espíritu de este noble deporte. No debemos inventar nada; la tradición nos dice que, tal y como está estructurado, el sistema funciona y por eso han surgido grandes jugadores en nuestro país y son muchos los practicantes de este deporte.

Si los inicios en el golf son malos, la progresión no resultará muy halagüeña, pero no hay que desanimarse: encontraremos dificultades, sin duda (y si no fuera así tampoco habría mucho aliciente), pero debemos lidiar con ellas de la mejor manera posible y así nos engancharemos a este bonito deporte y a la idea de que no es tan complicado como parece.

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