Con las elecciones de Jim Furyk, Steve Stricker, Dustin Johnson y Brandt Snedeker, el equipo de Davis Love III queda completamente configurado y dispuesto a dar batalla la última semana de septiembre en el Medinah Country Club. Del mismo modo que hicimos con el equipo europeo, pasamos a analizar uno por uno a los componentes a través de la trayectoria que les ha llevado a la Ryder Cup.
Tiger Woods. El jugador que aspira a ser el mejor de la historia nunca ha encontrado su nivel más alto en las competiciones por equipos. Los números de Woods en la Ryder son sorprendentes (trece victorias, catorce derrotas y dos empates) e impropios de alguien capaz de ganar catorce majors. Su irregular rendimiento ha llegado a ser en ocasiones un problema para los capitanes, que no han sabido muy bien quién podría ser su pareja en fourballs y foursomes. Sus últimas apariciones han llegado junto a Steve Stricker con buenos resultados, pero a pesar de tratarse de uno de los mejores del mundo sigue la dirección contraria a muchos de sus rivales; al llegar la Ryder, Woods baja de nivel, y solo si lo convierte en un reto verdaderamente personal es capaz de sacar lo mejor de sí mismo.
Bubba Watson. Llega después de realizar la mejor temporada de su carrera. El campeón del Masters ha demostrado que es capaz de llevar su descomunal swing a través de cualquier tipo de campo, aunque las calles y los greenes se vuelvan estrechos y diminutos. Ha sido el gran salto de calidad que necesitaba para colocarse entre los diez mejores del mundo, ganar su primer major y alcanzar una regularidad que asusta: siempre queda entre los veinticinco primeros si consigue pasar el corte. Solo ha fallado tres este año. Sus números en la única Ryder que ha disputado: una victoria, tres derrotas; pero no es el mismo jugador que llegó a Celtic Manor.
Jason Dufner. Uno de los cuatro debutantes del equipo de Davis Love III. Cuando se trata de hacer menos golpes que nadie, pocos han llegado al nivel al que ha rayado Dufner esta temporada: dos victorias, un segundo puesto y ocho top 10. Es el jugador que más cortes seguidos ha conseguido pasar en la actualidad con un total de diecinueve y, en general, todas sus estadísticas reflejan la misma consistencia que su repetitivo swing. Pero poco sabemos de él en lo que a match play se refiere porque nunca ha representado a su país en una competición con este formato. Eso sí, no es difícil imaginárselo tirando para birdie en cada uno de los hoyos y sacando de quicio a cualquier jugador. La gran incógnita es ver su respuesta ante la presión de la Ryder Cup.
Keegan Bradley. Otro debutante en la competición. Si el semblante serio de Dufner es capaz de inspirar dudas, pocas despierta la mirada de Bradley ante un putt crucial. El americano lee las caídas de los greenes detrás de su bola como si la estuviera amenazando de muerte y tanto su victoria en el PGA Championship como la última en el Bridgestone Invitational han llegado después de ataques en la distancia. No hay suficientes golpes que Keegan no se sienta capaz de remontar, una de las principales virtudes que requiere el match play, y el joven de 26 años ya ha declarado que uno de sus principales objetivos para este año era clasificarse para jugar en Medinah. Ambición, talento, ganas y un gusto extraño por las situaciones de mayor tensión. Bradley es material de Ryder Cup.
Webb Simpson. El campeón del U.S. Open también debuta en este torneo después de confirmar lo que vimos la temporada pasada: es uno de los mejores del mundo. Solo Rory McIlroy promedia más birdies por vuelta que el americano y solo Luke Donald le privó la pasada campaña de ser el líder en la lista de ganancias. Simpson nunca ha jugador en la Ryder pero parece destinado a ser uno de los puntos fuertes de su equipo.
Zach Johnson. El jugador que ganara el Masters en 2007 ha vivido una de las mejores temporadas de su vida, alzándose con la victoria en Colonial y el John Deere Classic. Es el comodín de Davis Love III porque a pesar de no tener mucha pegada es capaz de dejar sus golpes con los hierros colgando del hoyo, y eso jugando por parejas es siempre una garantía. Además, este año se encuentra séptimo del circuito con el putter en las manos, toda una garantía cuando se complican las cosas en un hoyo. Su récord en la Ryder es de tres victorias, tres derrotas y un empate.
Matt Kuchar. El ganador del The Players Championship es probablemente el más consistente del equipo americano, aunque a veces eso puede parecer un problema. Kuchar está siempre tan cerca del liderato que en ocasiones da la sensación de estar perdiendo torneos constantemente, en vez de finalizando de nuevo entre los diez primeros. Es realmente increíble que solo haya ganado cuatro veces en el PGA Tour porque es el eterno fabricante de oportunidades de victoria. Muchos han conseguido más a la más mínima ocasión. Sus números son una victoria, una derrota y dos empates.
Phil Mickelson. El último en conseguir la plaza para el equipo por derecho propio. Aunque Mickelson estuvo de nuevo a punto de ganar la chaqueta verde, ha pasado por una de sus peores rachas durante los últimos meses. Su calidad es indiscutible, pocos son capaces de igualar su capacidad para dar la vuelta a un partido y si se encuentra en buena forma es imparable. Quedó cuarto en el pasado Deutsche Bank Championship y si se confirma su reconciliación con su juego el equipo europeo puede andarse con mucho cuidado, Mickelson es capaz de embocar desde cualquier sitio. Sus números: once victorias, diecisiete derrotas y seis empates.
Jim Furyk. La elección más controvertida del capitán. No ha ganado este año y su fama de jugador duro choca diametralmente con su rendimiento por equipos. Furyk ha ganado ocho partidos en Ryder pero ha perdido en quince ocasiones y ha sumado cuatro empates; números impropios de un jugador capaz de aguantar las condiciones más duras de cualquier recorrido. A favor: su brutal consistencia de tee a green. En contra: su inseguridad en los greenes.
Dustin Johnson. Era una elección cantada. El Medinah Country Club es largo y Johnson es capaz de destrozar la bola desde el tee de salida (sexto en distancia esta temporada). Pasa por su mejor momento de la temporada tras recuperarse de una lesión en la muñeca que le tuvo alejado de la competición casi tres meses y desde entonces no ha parado de sumar buenos resultados. Su rendimiento jugando por parejas quedó en entredicho en la pasada Ryder al no conseguir la victoria pero destrozó a Martin Kaymer en los individuales por 6&5.
Brandt Snedeker. La gran sorpresa de Davis Love III. Poco sabemos de este jugador que se ha mostrado capaz de lo mejor y de lo peor en los últimos años. Sus números este año le avalan: ganador en el Farmers Insurance Open, segundo en The Barclays hace unos días y tercero en el Open Championship, donde no firmó un solo bogey las dos primeras jornadas. Lidera las estadísticas en los greenes esta temporada y es considerado por muchos compañeros como el mejor pateador en la actualidad, un arma siempre peligrosa cuando se trata de un cara a cara.
Steve Stricker. El veterano jugador de 45 años podría estar ante su última Ryder Cup. El que sea capaz de formar pareja con cualquier otro jugador puede haber tenido mucho que ver con su elección por parte del capitán, especialmente porque Tiger Woods parece estar cómodo a su lado. Stricker es demoledor de 100 yardas para abajo y si su putter funciona con soltura no hay un solo lugar del green desde el que no pueda embocar. Tres victorias, tres derrotas y un empate en el pasado.
1 comentario a “El uno a uno del equipo americano de la Ryder Cup”
Perfecto análisis. No hay mucho más que añadir…salvo Go Europe!!! 😉
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