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El todo o nada de Sergio García en el BMW Championship

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Alfonso Martínez | 15 de septiembre de 2011

Crónicas diarias

Primera jornada
Los desafíos motivan a Sergio García

A Sergio García se le acaban las opciones. Después de rondar el top 30 en las dos primeras paradas de los playoffs de la FedEx Cup, el golfista borriolense se jugará a la carta del BMW Championship su presencia en el The Tour Championship, el lucrativo y esperado cierre del PGA Tour.

Dos finales en la treintena en los envites del The Barclays y el Deutsche Bank Championship (T32º y T31º, respectivamente) solo le han permitido remontar seis escalones respecto a la posición que ocupaba en la clasificación general de la FedEx Cup a la conclusión de la temporada regular.

Si en las últimas semanas no había tenido problemas para superar la traumática criba del top 100 y del top 70, ahora se enfrentará a la necesidad de un cuarto puesto en el recorrido de Cog Hill Golf & Country Club como único recurso para salvar la desventaja de 279 puntos de la FedEx Cup que le separan del estadounidense Kyle Stanley, cancerbero de una línea de corte a la que ha llegado gracias a su segunda posición en el John Deere Classic en la antesala del The Open Championship y, sobre todo, a su inesperado top ten en el eliminatorio de Massachusetts.

¿Misión imposible? Bueno, de las tres veces en la que ha participado en la tercera etapa de la FedEx Cup, en dos ha terminado en el top ten, siendo noveno en 2007 y sexto en 2009, mientras que en 2008, año en el que el BMW Championship no se disputó en el recorrido número cuatro de Cog Hill, alcanzó el vigésimo puesto.

Sin embargo, si analizamos sus resultados de esta temporada en el PGA Tour descubrimos que si dejamos al margen su sobresaliente papel en los majors (T7º en el The US Open Championship, T9º en el The Open Championship y T12º en el PGA Championship) solo ha conseguido un octavo puesto en el Arnold Palmer Invitational entre un mar de tarjetas en otros campeonatos señeros del principal circuito profesional.

En la misma situación que el golfista español también se encuentran superclases de la talla de Geoff Ogilvy, Robert Allenby, Camilo Villegas, Lucas Glover, Robert Karlsson, Zach Johnson o Justin Rose con una urgencia matemática que oscilará, eso sí, entre la obligatoriedad de una tercera posición, como es el caso del majorista australiano, o de una duodécima, como le sucede al jugador inglés ganador de la Orden de Mérito del Circuito Europeo en 2007.

Capítulo aparte se merecen tres puntales del presente y del futuro del PGA Tour. Ernie Els, verdadero superviviente de los playoffs tras asegurarse, por dos veces, su pase gracias a postreros birdies y fallos ajenos, Jim Furyk, todo un campeón de la FedEx Cup en 2010 y cuya sobrealimentada cuenta corriente parece haber supuesto un freno a la habitual regularidad del swing menos ortodoxo de los Estados Unidos, y Rickie Fowler, sophomore mediático que no quiere quedarse por segundo año consecutivo a las puertas del The Tour Championship.

Nueve golfistas tirarán para no caerse de los puestos de privilegio que ocupan desde la resolución del Deutsche Bank Championship al otro extremo de la cuerda. El flamante vencedor del The Masters Tournament, el sudafricano Charl Schwartzel es la cara más conocida de este reducido y heterogéneo grupo donde la salvación se situará al alcance desde una deslucida sexagésimo sexta plaza (Bo Van Pelt, 22º) hasta una más exigente decimosexta, Kyle Stanley (30º).

Ajenos a este bien pagado sufrimiento (no nos olvidemos que los setenta golfistas presentes en el BMW Championship se enfrentan a 72 hoyos sin corte y ocho millones de dólares en premios), veintiún jugadores tratarán de posicionarse de cara a la final de Atlanta, como es el caso del norteamericano David Toms (Crowne Plaza Invitational at Colonial de 2011) y del australiano Adam Scott (WGC Bridgestone Invitational de 2011).

Dustin Johnson, Matt Kuchar, Luke Donald, Brandt Snedeker, Jason Day y Nick Watney son los seis únicos golfistas en disposición de mover la silla al líder provisional de la FedEx Cup, el estadounidense Webb Simpson, con la vista puesta en el reseteo posterior a la finalización del BMW Championship, y que estandarizará las diferencias entre los treinta afortunados finalistas, tal y como se recoge en este gráfico de la web del PGA Tour.

Para terminar esta rápida aproximación al BMW Championship, trazaremos algunos aspectos de un torneo cuya actual nomenclatura esconde a de las paradas con más solera del Circuito, el Western Open, y que desde 1962 se ha venido celebrando en el estado de Illinois.

Diputado por primera vez en 1899, es el segundo torneo más antiguo de los Estados Unidos, y el tercero del PGA Tour, solo por detrás del The Open Championship (1860) y el The US Open Championship (1895). Sancionado por la Western Golf Association (WGA, una de las entidades golfísticas con más raigambre del país y que organiza además los prestigiosos Western Junior y Western Amateur), el Western Open se había convertido en una cita indispensable del Medio Oeste estadounidense.

Un simple vistazo a su palmarés y nos encontraremos con lo más granado del golf estadounidense: Walter Hagen (1916, 1921, 1926, 1927, 1932), Tommy Armour (1929), Gene Sarazen (1930), Byron Nelson (1939), Ben Hogan (1946, 1948), Sam Snead (1949, 1950), Arnold Palmer (1961, 1963), Billy Casper (1965, 1966, 1969, 1973), Jack Nicklaus (1967, 1968), Tom Watson (1974, 1977, 1984), Hale Irwin (1975), Tom Weiskopf (1982), Tom Kite (1986), Ben Crenshaw (1992), Tiger Woods (1997, 1999, 2003).

Con todo, lo que para muchos era considerado como un major a principios del siglo pasado, fue sometido en 2007 a un intenso proceso de rejuvenecimiento para convertirse en el tercer eslabón de la millonaria cadena de la FedEx Cup lo que le obligó a dejar atrás su concepto de “abierto” (ahora es un invitational cerrado a los setenta primeros de la FedEx Cup tras el Deutsche Bank Championship), desprenderse del encabezado de “Western” (lo que aún sigue levantando cierta polémica entre los círculos golfísticos del país) y abandonar la tradicional invitación al ganador del Western Amateur (Scott Verplank recogió el guante en 1985 siendo el primer amateur en imponerse en el torneo). De hecho, el único vínculo que conserva con su pasado es que en la organización sigue implicada la WGA y en su intensa labor benéfica.

Por tercer año consecutivo, el Cog Hill Golf & Country Club ejercerá de sede del BMW Championship. Entre 1989 y 1961, y con el único descanso del período de guerras mundiales, el torneo se disputó a lo largo y ancho de la vasta geografía de los Estados Unidos: Illinois, Ohio, Missouri, Tennessee, Minnesota, Wisconsin, Indiana, Iowa, Texas, Arizona, California, Oregón, Pennsylvania, Nueva York…

En 1962, el torneo se estableció definitivamente en la ciudad de Chicago y tuvo en el Butler National Golf Club de Oak Brook su hogar hasta 1990, cuando el PGA Tour aplicó una política que instaba a los clubes de golf a aceptar como miembros a las mujeres y a las minorías étnicas, y movió a lo que por entonces se conocía como Western Open al Cog Hill Golf & Country Club, donde se celebraría ininterrumpidamente hasta 2007.

Con la instauración de la FedEx Cup, todo apuntaba a que el BMW Championship entraría en una etapa de rotación bienal por los principales recorridos del MidWest. Afortunadamente, y exceptuando las ediciones de 2008 (Bellerive Country Club) y la próxima de 2012 (Crooked Stick Golf Club), el torneo se mantendrá casi permanentemente en las instalaciones de Cog Hill, perfiladas tras una inversión de cinco millones de dólares a cargo del equipo de Rees Jones.

Fiel a los ideales de su fundador Joe Jemsek (1913-2002), Cog Hill Golf & Country Club continúa ofreciendo una completísima oferta golfística de cuatro recorridos preparados al más alto nivel y a la disposición de todo aquel que se lo pueda permitir, con precios que oscilan entre los doce y los ciento cincuenta y cinco dólares, dependiendo del campo seleccionado y el horario de juego.

Su recorrido número cuatro, Dubsdread, es el seleccionado para acoger, año tras año, al Western Open/BMW Championship. En 1964, la WGA encomendó a Dick Wilson la tarea de levantar un campo que pudiera albergar un US Open o un PGA Championship. Desafortunadamente, el arquitecto falleció durante la construcción del mismo, y tuvo que ser Joe Lee el que culminara el proyecto.

The Dubsdread Course se caracteriza por ser un parkland de 7.386 yardas (par 71) donde sus amplios y ondulados greenes son precedidos de tortuosas calles escoltadas por centenarios robles, y noventa y ocho obstáculos de arena y siete lagos.

¡¡¡Que la efectividad con el putter acompañe a un necesitado Sergio García!!!