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El tipo que jugó con Dustin Johnson y Paul Casey
Israel Sastre | 23 de febrero de 2015
Justo después de entregar su tarjeta y antes de salir a jugar el desempate del Northern Trust Open, James Hahn salía de la casa club y, haciendo gala de su gran sentido del humor mientras firmaba algunas gorras, le preguntó a uno de los fans que esperaba su turno qué era lo que ocurría con tanta gente agolpada. La respuesta fue clara: “Hay playoff entre Dustin Johnson, Paul Casey y otro tipo”. Nada nuevo para Hahn, que lejos de tomarse a mal ser el otro tipo exhibió una sonrisa pícara mientras se marchaba camino de llevarse su primer torneo en el PGA Tour tras muchos años de aventuras y desventuras.
Y es que a sus treinta y tres años Hahn no es un recién llegado a esto, aunque casi se quedó en un proyecto de gran jugador hace ocho años cuando, durante un torneo en el PGA Tour Canada, solo contaba con 200 dólares en su bolsillo, insuficiente para pagar al caddie y coger un avión de vuelta a casa. Tuvo que pedir prestado dinero para poder jugar.
“Eso me dio el golpe definitivo. Tenía la oportunidad de hacer algo con mi vida y la estaba malgastando saliendo con los amigos, de fiesta los fines de semana. No estaba poniendo todo de mi parte”, explicaba Hahn, que terminó octavo esa semana en Edmonton y se agenció 3000 dólares que le supieron a un millón.
A partir de ahí las cosas cambiaron, y aunque sabía que el trabajo daría sus frutos, siempre tuvo claro que lo suyo era una carrera a largo plazo, una lucha por la supervivencia en el que la humildad, el trabajo duro y el positivismo, iban a ser las claves. De hecho, antes de entrar al Web.com Tour se ganaba la vida junto a su mujer vendiendo zapatos en una tienda de la cadena Nordstrom mientras lo compaginaba con todos los torneos y campeonatos que se pusieran a tiro.
Y si Edmonton fue el clic necesario para encaminar su carrera, los cuatro putts que le apartaron en el último momento de conseguir su tarjeta del PGA Tour en 2010 y que le dejaron otros dos años en la segunda división, fueron el golpe necesario para forjar una personalidad y un carácter a prueba de bombas y de obstáculos.
“En ese momento pensé que era el momento más terrible de mi vida, pero con el tiempo creo que los tres años que pasé en el Web.com Tour son la razón por la que estoy aquí ahora”, declaraba entre sonrisa y sonrisa Hahn, que se ganó el derecho de entrar al PGA Tour a lo grande en 2012, tras quedar quinto en el ranking del Web.com Tour y que, a día de hoy sigue pareciendo el jugador feliz que en 2013 se puso a bailar el Gangnam Style en el hoyo 16 de Scottdale.
Tras la victoria del domingo, Hahn mantiene la humildad como su bandera y siempre se molesta en apuntar que el golf es con lo que se gana la vida, que no busca los focos ni que reconozcan su cara los recolectores de gorras de los torneos. De hecho, ni siquiera los agentes de seguridad del torneo debían de tener claro quién era cuando un aficionado se lanzó al green con una cerveza para bañar al reciente ganador del Northern Trust Open, algo que no hubiera sido concebible con Dustin Johnson, por ejemplo.
Puede que de ahora en adelante las cosas cambien para él y sí tenga problemas para moverse cómodamente por los torneos, aunque seguro que lo seguirá haciendo con la sonrisa en la boca y sabiendo que siempre será el compañero de Furyk, de Fowler o de Bubba en el partido del día. El otro tipo, vamos.
Seguro que le importa más es saber el nombre que le pondrá a su primera hija que nacerá en tres semanas. “Tendré que decirle a mi mujer que tenemos que considerar Riviera (el campo donde se jugó el Northern Trust Open) como candidato”, explicaba el estadounidense al que el dinero tampoco parece que le haga perder el sueño. ya que tenía claro el destino del millón y pico que se lleva a su cuenta corriente. “¿Sabéis la cantidad de pañales que puedo comprar con esto?”, explicaba en medio de las risas Hahn, que se ha ganado a muchos fans este fin de semana por ser sencillo, humilde, positivo y divertido. Casi nada.
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