Hay un sonido en el golf que cualquier jugador detesta. Al contrario de un impacto en el centro de la cara del palo, es hueco y suele ir acompañado de una trayectoria de bola impredecible, sin efecto de retroceso y, normalmente, directa al agua o a los árboles. Se trata del socket o shank, un golpe mediante el cual se golpea a la bola con la varilla y cuyos efectos son desastrosos en una vuelta o, incluso, en cualquiera que lo escuche.
Muchos aficionados tienen la tendencia a producirlo cuando mayor es la tensión previa al golpe y caminan por los campos de golf sabedores de que, en un momento u otro, el socket saldrá a la luz y estropeará un hoyo. Sin embargo, no es de los defectos más difíciles de corregir en el swing ya que se trata de un error considerable. Butch Harmon hablaba de ello hace unos días en Golf Digest, pero nada mejor que ver un vídeo a cámara lenta de la pesadilla del aficionado para empezar a ponerle remedio. Es increíble cómo la bola va rotando a través de la cara del palo.
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