Zona Pro
El retorno del joven dictador
Enrique Soto | 31 de octubre de 2013
Primero fueron una buenas sensaciones en Corea, donde Rory pareció reencontrarse con una de sus armas más potentes: el driver. Después de eso llegó el BMW Masters, donde solo el juego corto le dejó sin opciones el domingo. Ahora ha llegado el cuarto World Golf Championship de la temporada y McIlroy se parece más que nunca al chico que dominó el mundo del golf hace casi un año, ganando su segundo grande y otros tres torneos, arrasando en ambas órdenes de mérito, destrozando récords de precocidad. En la primera jornada del HSBC Champions firmó ocho birdies, cometió solo un bogey y entregó un 65 que le sitúa en el lugar donde vivía en el pasado: la primera posición.
Los tres próximos días dirimirán si esto es solo un espejismo o si de verdad este chico de veinticuatro años ha sido capaz de superar el cambio de material, la demanda pendiente con su antigua agencia de representación, la mudanza al otro lado del Atlántico, los rumores que le visitan cada ciertos meses en su vida privada… Ha sido un camino largo, pedregoso y quizá demasiado duro para un recién llegado a lo más alto del Ranking Mundial, pero antes de que diera comienzo esta prueba, él declaró: “Creo que hay más oportunidades de que gane este torneo que de no clasificarme para la final de Dubai”; como si todas estas historias no tuvieran absolutamente nada que ver con el modo en que pega a la bola.
Es quizá el mayor mérito que se le puede atribuir a Rory. Se ha mantenido paciente, trabajando en ese par de malos hábitos que dijo haber adquirido en el parón invernal e intentando lidiar, cada día, con los nuevos problemas que le alejaban del deporte. “Estoy trabajando en las cosas adecuadas y las cosas comenzarán a ponerse en su sitio tarde o temprano”, añadió en forma de aviso al resto de participantes. Lo que puede llegar ahora es algo muy similar a lo que decían sus números de la pasada campaña: quinto en distancia con el driver, número uno en media de birdies, golpes y absoluto dominador de los pares 5. En estos primeros 18 hoyos, recortó un impacto al recorrido en los cuatro que hay en el Sheshan International Golf Club.
Ya no son solo sus propias sensaciones, sino también las que transmite al verle caminar por el campo. El retorno del joven dictador parece inminente mientras sus perseguidores le observan desde la distancia. Allí volvió a aparecer Gonzalo Fernández-Castaño, ganador hace unos días por octava vez en Europa y gran aspirante a dar un golpe de mando la próxima temporada en Estados Unidos. Si hay algo que ha mejorado el madrileño a lo largo del tiempo es su constancia, la capacidad de jugar bien al golf durante largos períodos de tiempo y no solo durante determinadas fechas. Sus miras son más altas que el último triunfo en Shanghai, por lo que ha seguido subiendo las revoluciones del motor hasta entregar un 67 en el HSBC Champions.
Gonzalo ganó y ahora es segundo, de nuevo en la brecha. Seis birdies, un bogey y de nuevo todas las piezas de su juego respondiendo a sus necesidades. El camino a la Ryder está abierto y él conoce perfectamente los cruces que hay que superar para llegar a Gleneagles. Al fin y al cabo, era la hora de destacar entre los mejores.
Jamie Donaldson le igualó en esa segunda plaza, mientras que Justin Rose, Bubba Watson, Tommy Fleetwood y Jordan Spieth, todavía inmerso en esa racha dulce de aciertos, se quedaron cuartos con vueltas de 68 golpes. Sergio García es decimoquinto con menos dos, mientras que Miguel Ángel Jiménez es sexagésimo cuarto con más tres.
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