El que Kristoffer Broberg se encuentre en los primeros puestos de un torneo del Challenge Tour no es una novedad desde que ganara el Norwegian Challenge hace unas semanas. Lo que sí es noticia es el dominio que está imponiendo en un circuito que no ha visto algo similar en su historia más reciente. Dos victorias, un tercer puesto la semana pasada y una primera vuelta de 63 golpes (nueve bajo par) en la primera jornada del Rolex Trophy en un mes de agosto frenético, inigualable. Parece difícil imaginar que un despliegue similar pueda repetirse.
En un torneo limitado a cuarenta y dos jugadores, el sueco ha firmado su enésima vuelta por debajo de los setenta golpes, promediando un total de 68,5 en lo que lleva de temporada. Los siete birdies y un eagle conseguidos en esta primera jornada le colocan a un solo impacto del líder, el argentino Daniel Vancsik, que finalizó en diez bajo par. “He dejado mis tiros con los wedges muy cercanos a bandera, lo que es clave para hacer vueltas bajas en este campo. Conseguí meter un putt largo en el hoyo 11, de unos ocho metros, pero a parte de eso me dejé buenas oportunidades con mis hierros”, comentaba Broberg al concluir su vuelta. “Es difícil explicar porqué estoy jugando tan bien últimamente. Mi confianza está por las nubes por lo que creo que tengo la oportunidad de ganar un torneo cada vez que juego. Hay muy buenos jugadores aquí y no es sencillo ganar, pero cuando estás cogiendo tantas calles siempre surgen ocasiones. Espero poder mantener este nivel los próximos tres días”.
Es tranquilizador escuchar que, por lo menos, él siente que está jugando a un nivel estratosférico. Solo faltaba que tras restarle 57 golpes a distintos recorridos durante este mes de agosto dijera que su mejor golf estaba por llegar. Aún así, el Genève Golf Club se ha mostrado bastante vulnerable y solo siete de los cuarenta y dos participantes no han conseguido bajar del par del campo. El argentino Vancsik ha conseguido la mejor vuelta del día sin su driver, que rompió la semana pasada y no ha llegado a tiempo para esta primera jornada. “Va a llegar esta noche, pero no sé si lo utilizaré porque estoy pegando a la madera 3 genial”, comentó David. “Estoy pegándole muy fuerte y el campo es bastante corto; no lo hecho de menos. He jugado muy bien, fallando solo un green, en el hoyo 6. Conseguí sacar el par y a partir de ahí me pareció todo muy sencillo”.
En tercera posición, a dos golpes del liderato, se encuentran el francés Alexandre Kaleka, el danés Andreas Harto y el americano Peter Uihlein, campeón del U.S. Amateur en 2010 y antiguo número uno del mundo amateur. Uihlein se encuentra preparando su presencia en la última Q-School del circuito americano y ha elegido el Challenge Tour para no perder el instinto competitivo. A pesar de no haber realizado grandes vueltas en lo que llevamos de año, se muestra confiado y tranquilo en sus posibilidades de mejora: “Me encuentra en buena forma últimamente. Mi confianza ha pasado por altibajos tras fallar varios cortes en el Circuito Europeo pero lo he superado y estoy encontrando buenos resultados. Si Justin Rose lo pasó mal en los inicios de su carrera, yo no tengo porqué ser menos. Solo tengo veintidós años y espero tener una carrera larga y llena de éxitos por delante”.
En cuanto al rendimiento de los españoles, Carlos Aguilar y Eduardo de la Riva son los mejor clasificados tras firmar 67 impactos, cinco bajo el par, y ocupando la decimocuarta posición. Álvaro Velasco finalizó en trigésimo primer lugar al conseguir restarle un solo golpe al campo. El Rolex Trophy está muy abierto y posiblemente hasta los últimos hoyos de la cuarta jornada no podamos distinguir un claro favorito. Eso si Broberg no le pone remedio antes.
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