Era uno de sus campos preferidos, llegaba sin victorias y los birdies cayeron fácilmente. Zach Johnson afrontaba el John Deere Classic tras sumar solo un top 10 en dieciséis eventos disputados esta temporada, ávido de éxitos y con la confianza de quien sabe que un recorrido le entra por los ojos. Apenas le hicieran falta unos hoyos para comenzar una frenética carrera de birdies, en la que se vio inmiscuido cualquier aspirante a la victoria. Siete en total le permitieron finalizar en lo más alto de la clasificación, con una vuelta de 64 impactos (menos siete).
Nada parece haber cambiado desde ediciones pasadas de este torneo, al menos en este mismo escenario. El TPC Deere Run no cuenta con grandes peligros o, al menos, evidentes, por lo que todos los hombres que ocupan los primeros puestos apenas sumaron bogeys. La competición se podría resumir en un hoyo franco en el que todos tiran birdie, pero solo unos pocos consiguen embocar la bola. “Es todo muy natural, ahora”, declaró Zach al finalizar. “Me siento muy, muy cómodo con mi juego, pero todavía tengo trabajo que hacer”. Como quien llega a casa después de un largo viaje, Johnson se puso a los mandos de la nave en Illinois.
Otro jugador que llevaba tiempo sin destacar en el PGA Tour, fue capaz de igualar su contundente resultado en esta primera jornada. Se trata de Camilo Villegas, antiguo peso pesado del circuito que no pasa por sus mejores días. Tras un 2012 prácticamente en blanco, el colombiano ha comenzado a acumular confianza a base de jugar los fines de semana, como cuando llegó a Estados Unidos sin experiencia. Noveno en el RBC Heritage, décimo en el FedEx St. Jude Classic o decimosexto hace bien poco en el AT&T National, Camilo parece volver a respirar. Ocho birdies y un solo error para él en una semana en la que podrá poner a prueba, más que en ninguna otra, hasta qué punto está recuperado. El John Deere Classic como sinónimo de sala de rehabilitación.
Con facilidades evidentes en estos primeros compases, Brendon de Jonge, Matt Bettencourt y Daniel Summerhays fueron capaces de llegar al menos seis y situarse a un solo impacto de los líderes. Un gran grupo de jugadores les siguen desde el menos cinco: Taylor, Streb, Herman, Streelman, Weekly, Jones y Hearn, ampliando el número de candidatos a la victoria hasta rozar la más profunda incertidumbre. Todo parece ser posible de un día para otro.
Que se lo digan a Steve Stricker, ganador de tres ediciones consecutivas de este evento. No ha comenzado con la misma fuerza que en el pasado, pero su vuelta de menos cuatro parece, ahora mismo, la mejor posición desde la que afrontar las tres próximas jornadas. Le ha sucedido algo parecido a Johnson: es pisar las calles de este campo y transformar el golf en una rutina apacible y funcional. El idilio continúa en Silvis y las mismas caras conocidas amenazan con dar de nuevo un golpe sobre la mesa en uno de los torneos que menos dólares reparte de la temporada, pero que como su nombre indica, se está convirtiendo en un clásico. Si echamos un vistazo a los últimos años, tendríamos añadir que además es imprescindible.
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