Sentimientos encontrados en la cabeza y el corazón de José María Olazábal. Por un lado, su diseño en Mission Hills, señalado de manera unánime como uno de los mejores del exclusivo complejo, está siendo escenario de un magnífico espectáculo de golf protagonizado por los mejores representantes de este deporte. Por otro, algunos de sus compañeros de profesión están destrozando el campo día tras día en este HSBC Champions. Los últimos en apuntarse al pim-pam-pum, el inglés Lee Westwood (colíder después de hacer 61, -11, en el día) y el estadounidense Brandt Snedeker, que tuvo un putt para 59 en el último green y tuvo que «conformarse» con un 60.
La impecable presentación del campo y su atractiva configuración para los profesionales, con sus cinco pares 5, hace que se haya rebajado en cuatro golpes el récord del campo desde que comenzó este cuarto y último torneo de los World Golf Championships, pero el recorrido dista de ser una perita en dulce y también se defiende, como pueden atestiguar los dieciséis jugadores que han estado por encima del par del campo en la tercera jornada. Pero después de ver la exhibición de Westwood y Snedeker cuesta hacerse a la idea…
El ganador de la FedEx Cup y rookie en la Ryder, Brandt Snedeker, firmó diez birdies y un eagle en su vuelta y dejó en los greenes del recorrido chino su impronta de mejor pateador del PGA Tour. Se quedó a centímetros de entregar el primer 59 en la historia del European Tour, pero su esfuerzo le mete de lleno en la lucha por un título que parecía descartado después de finalizar con -1 las dos primeras vueltas.
Por su parte, Westwood alcanzaba en la cabeza al líder destacado, el sudafricano Louis Oosthuizen, con un despliegue de juego corto y putt, su habitual caballo de batalla.
«A medida que avanza la semana, según lo jugamos y recorremos, empiezo a cogerle el tranquillo al campo y veo que los resultados bajan. He jugado de manera muy sólida, empecé muy bien con birdie en los tres hoyos y seguí adelante, haciendo birdies de vez en cuando y acabando con fuerza. Le he pegado bien, he cogido calles, he dejado la bola cerca de la bandera y he metido un par de putts de más de 6 metros, algo que echaba de menos», explicaba el número 4 del mundo.
Pese a los tres golpes de ventaja de Westwood y Oosthuizen, que tuvo que conformarse con una «modesta» vuelta de -2, la potencia del plantel reunido en Mission Hills y la contundencia de algunos resultados hacen que sea complicado descartar a los jugadores que se encuentren a seis o siete golpes de la cabeza. De este modo entran en los pronósticos Mickelson (tercero con -15), el trío compuesto por Poulter, Haas y Els (-14), el citado Snedeker (-13) e incluso el quinteto compuesto por el indio Gaganjeet Bhullar (gran temporada la suya en el Asian Tour), Petterson, Kaymer, Piercy y Scott.
Y en esta quiniela podría haber estado el madrileño Gonzalo Fernández-Castaño, que llegaba al tee del 15, un par 5 de riesgo y recompensa, con -5 en el día pero sucumbía con un duro doble bogey que le quitaba aire. Posteriormente, un birdie en el 16 y un bogey final le dejaban con un buen 69 en la decimonovena plaza como mejor español. Por detrás, Álvaro Quirós conseguía un buen 68 para colocarse al par en el acumulado en la cuadragésimo sexta plaza y Rafa Cabrera-Bello perdía lo logrado ayer y terminaba con 76, para bajar a la sexagésimo segunda posición.
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