Este sitio emplea cookies de Google para analizar el tráfico. Google recibe información sobre tu uso de este sitio web. Si utilizas este sitio web, se sobreentiende que aceptas el uso de cookies.

Zona Pro

El hoyo 17: pesadilla en el Stadium Course

Irene Acosta | 08 de mayo de 2014

TPC Sawgrass (Ponte Vedra Beach, Florida). Una de las principales novedades de esta edición del The Players es que se implanta un nuevo sistema de play off en el que los jugadores jugarán un desempate a tres hoyos (formato similar al del Open Championship, donde se emplean cuatro hoyos), disputando el 16, 17 y 18.

Aunque se haya reducido su impacto en este desempate, el hoyo 17 del TPC Sawgrass sigue siendo uno de los hoyos más emblemáticos del mundo del golf. Miles de aficionados se concentran año tras año en la grada natural situada a lo largo de todo el lado izquierdo del hoyo para ver como los mejores jugadores del mundo tienen graves problemas para salir indemnes del brete.

¿La culpa? El causante de las pesadillas de los jugadores más talentosos del globo es este green en península que hace que un approach de apenas 125 se convierta en el peor enemigo de los que osan enfrentarse a él. El hoyo nació como resultado de una brillante aportación de Alice Dye (una mente retorcida tenía la mujer) al diseño del campo que su marido estaba construyendo allá a finales de los años setenta. El resultado fue inmejorable y se convirtió es uno de los hoyos más importantes del panorama golfístico.

Grandes momentos se han vivido en este hoyo, desde el «better than most» del putt de doble caída que Tiger embocaba para hacerse con la victoria en 2001 hasta el maravilloso golpe que Sergio García dejaba a tan solo un metro del hoyo en el primer hoyo de play off ante Paul Goydos en 2008.

Si ya de por sí hacer un hoyo en uno llena de satisfacción al afortunado y habilidoso jugador que lo consigue (que no cualquiera lo hace), lograrlo en el hoyo 17 tiene un sabor especial. Tan solo seis hoyos en uno se han conseguido durante la disputa del The Players y nuestro Miguel Ángel Jiménez tiene el honor de ser el último en firmarlo en el hoyo 17, cuando su bola acababa dentro del hoyo desde el tee en la primera ronda de la edición de 2002. Más de 5.000 golpes en competición se han vuelto a dar desde entonces y nadie ha conseguido emular al malagueño.

Pero hay más sombras que luces en este complicado hoyo y abundan los malos momentos en este final agónico de recorrido. Que se lo digan a Bob Tway, que tiene el deshonroso privilegio de ser el jugador que más veces ha tirado la bola al agua (9) y el jugador con el resultado más alto en el hoyo, cuando en 2005 firmó un 12 en la tercera ronda tras mojar cuatro bolas y hacer tres putts como broche final.

Escenario de multitud de anécdotas, el hoyo 17 también sirve de escenario para una competición muy especial, el torneo de caddies bautizado con el nombre de Bruce Edwards, el que fuera caddie de Tom Watson y que falleció hace diez años por culpa de la esclerosis lateral amiotrófica que sufría. El torneo se inauguró en el año 2000 y en él los caddies tienen el honor de ser protagonistas por un día, por un hoyo, compitiendo en el 17 por dejar la bola más cerca del hoyo. Los jugadores ponen dinero en un bote común que irá a parar al vencedor, que tiene también el honor de ver su nombre incluido en la placa de ganadores del área de caddies.

Este año, y con motivo del décimo aniversario del fallecimiento del fiel escudero de Tom Watson, el PGA Tour ha igualado las aportaciones de las jugadores y el dinero irá destinado a la fundación que lleva el nombre de uno de los mejores caddies de la historia.

El concurso ha hecho las delicias de los fans allí congregados, que han visto como Chris Callas, caddie de Shawn Stefani, se hacía con tan ansiado premio al dejar su bola a siete pies y ocho pulgadas (unos dos metros y medio). A lo largo del día infinidad de bolas han terminado «hidratadas», como lo ha hecho la bola de Austin Johnson, quien acompañará esta semana a su hermano. Dustin, por su parte, confesaba sentirse decepcionado, aunque no sorprendido, con la actuación de su hermano, ya que conoce bien el juego del que llevará su bolsa esta semana.

Catorce ediciones se han disputado de este curioso torneo y no se ha conseguido ningún hoyo en uno, aunque Chris Jones (caddie de Mark Wilson en aquel año) estuviese cerca en 2005 de embocar, dejando la bola a un pie y cuatro pulgadas.

Deja un comentario

Si estás registrado, la publicación de tus comentarios será instantánea. Asegúrate de escribir correctamente tanto tu nombre de usuario como la dirección de correo electrónico que incluiste durante el registro.
Si no estás registrado, tus comentarios quedarán pendientes de moderación. Regístrate aquí.

Comentario: