El golf nos volvió a demostrar ayer que todo puede ocurrir en una jornada final. Cada vez hay que ser más cautos a la hora de hacer previsiones de lo que puede ocurrir en los domingos de competición, independientemente de las ventajas que atesoren los líderes. Y es que llevamos un año en el que tanto en el PGA Tour como en el LPGA Tour ha habido grandes remontadas y debacles el último día de juego. Por eso había que ser prudente a pesar de los seis golpes de ventaja que atesoraba Na Yeon Choi a falta de 18 hoyos en el US Women’s Open. Seis golpes que estuvieron a punto de no ser suficientes en un momento del día.
Solventó sin problemas los nueve primeros hoyos. El único sobresalto fue un birdie que le hizo su compañera de partido Amy Yang, la que mejor aguantó el frenético ritmo que impuso Choi. Llegaban ambas al tee del 10 en un momento en el que la ventaja de Choi sobre su compatriota era de 5 golpes. Pero entonces, cuando la bola del drive de Yang reposaba tranquilamente en el centro de la calle, Choi cometió un error de swing que mandó su bola totalmente a la izquierda.
Parecía que el hecho de que toda la zona estuviera marcada con línea roja como obstáculo de agua facilitaría el hoyo a la surcoreana, pero nada más lejos de la realidad. La bola no apareció y tras varios minutos de debate entre los árbitros y su caddie, éstos primeros decidieron que la bola había entrado directamente al obstáculo sin sobrevolar en ningún momento la calle. Conclusión: vuelta al tee a pegar el tercer golpe. Un par de golpes regulares en este mismo hoyo acabaron costando un triple bogey a la líder, que veía cómo su ventaja se reducía a sólo dos golpes.
En el hoyo siguiente Choi tranquilizaba a sus seguidores con un genial birdie que parecía decir algo como “Ha sido un fallo puntual. Controlo la situación”. Sin embargo, todo parecía volver a desmoronarse en el 12 cuando su segundo golpe visitaba la selva de matojos de la izquierda del green. Planteándose incluso declarar la bola injugable, Choi acabó aprochando y dejando la bola a 8 metros de bandera en un genial golpe que pareció todavía mejor cuando metió su putt para par para salvar un milagroso 4.
Como milagroso fue el bote favorable que su bola dio en el hoyo 13. Antes de que el partido estelar llegara a este par 3, otras jugadoras como Sandra Gal o Lexi Thompson habían sucumbido ante él con sendos triples bogeys tras mandar sus bolas al agua. Y todavía Na Yeon Choi debe seguir preguntándose cómo su bola, después de botar en las rocas, se quedó jugable en el rough a 7 metros de bandera en lugar de acabar en el obstáculo.
Ese fue el último sobresalto. Minutos después un grupo de surcoreanas lideradas como no por Se Ri Pak rociaban a Choi con champán 14 años después de la victoria de ésta en este mismo escenario. Se cerraba así el círculo que comenzó ese día de julio en Korea cuando una pequeña Choi de 10 años veía en su casa ganar a Se Ri Pak el Abierto de Estados Unidos y pensaba: “Yo quiero ser como ella”.
“Na Yeon, estoy muy orgullosa de ti. Has hecho un muy buen trabajo” fueron las palabras de Pak a la flamante ganadora, la quinta surcoreana que gana el US Open femenino en los últimos seis años. Tras cinco victorias en el LPGA Tour, Choi consigue así su primer major gracias a un fin de semana mágico de solidez desde el tee y un putt que acabó siendo demoledor para sus rivales.
Azahara Muñoz fue finalmente la mejor española con una última vuelta de 76 golpes (+4) acabando en la vigésimo primera plaza después de haber firmado tres vueltas de 73 los primeros días. Beatriz Recari se despidió de Wisconsin con un 77 (+5) que le otorga la trigésimo quinta posición, mientras que Carlota Ciganda y sus 75 impactos de la última vuelta le hacen acabar trigésimo novena en su estreno en un Abierto de Estados Unidos.
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