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Zona Pro

El gran duelo está servido

Enrique Soto | 18 de enero de 2014

Vivimos tiempos de incertidumbre en el golf profesional. Los días en que Tiger dominaba con mano de hierro la competición están virtualmente finalizados; ya no existe el poderío que imperaba en los grandes y era capaz de ganar seis pruebas consecutivas. Ahora el golf está abierto al talento de unos cuantos señalados, sabedores de que con su mejor versión pueden imponerse a cualquiera. Que cada uno haga su propia lista, aunque bien podría ser la de los últimos ganadores de un major durante los últimos cuatro años más unos aspirantes claros a sucederlos.

Un imprescindible se llama Phil Mickelson, jugador inesperado donde los haya, tan dependiente de su driver como de su incalculable imaginación cuando está más cerca del hoyo. De entre los mejores del mundo, es quien más suele habitar en terrenos tensos y peligrosos, como si caminara al borde de un precipicio mientras sus rivales lo hacen desde la hierba segada al ras. Eso, a lo largo de los años, le ha otorgado una enorme capacidad para vivir en la élite, ganar cinco grandes y ser el noveno jugador de la historia con más triunfos en el PGA Tour. Sus subidas y bajadas, sus días buenos y malos, bien podrían resumirse en su paso por el Abu Dhabi HSBC Golf Champions, primera gran prueba de la temporada en el Circuito Europeo. Phil partía con un acumulado de menos uno tras dos jornadas y parecía fuera de la lucha por el triunfo. Parecía.

Un rough duro y segado en dirección contraria al juego le había bloqueado desde el tee todo su talento cerca de bandera. Si no solucionaba las dificultades iniciales con su nuevo driver sería un evento más a mitad de tabla, pero de nuevo, y como surgido de la nada, volvió a reaparecer. Fueron tres birdies en sus primeros cuatro hoyos del día. Tras un bogey en el cinco, respondió con otro acierto y un eagle en el ocho. A mitad de vuelta, este zurdo nacido en California se había situado ya con cinco bajo par y amenazaba con firmar la mejor vuelta del torneo todavía con un mundo por delante. Así que prosiguió. Birdie al diez, al once, al trece… Trece greenes en regulación, siete calles cogidas y tan solo veintidós putts en un día que llevaba su firma inconfundible. No le era necesario seguir el camino más seguro. Mickelson caminó al borde de un acantilado hacia un resultado de 63 impactos, menos nueve en el día. Era el líder del torneo.

Veinticuatro horas antes, había dado sus impresiones sobre su compañero de partido, Rory McIlroy. “Los nueve segundos hoyos fueron realmente impresionantes, nueve hoyos muy bonitos. Está pegando muy bien a la bola. Su juego parece muy afilado y su drive estuvo impecable”, declaró. Otro de los grandes aspirantes a todo durante el 2014 es el joven Rory, impredecible también a su modo, capaz de tirar por la borda un Masters y arrasar en el US Open como quien acude por la mañana a una ronda de prácticas. Está de nuevo en forma, el que perdió el número uno del mundo, y además está sediento de victorias. El golf agresivo al que nos tiene acostumbrados se está tiñendo estos días de golf total, o la capacidad de ir desde el tee hasta el hoyo con una secuencia impecable de impactos. Hoy firmó un doble bogey en el dos, llegado en forma de penalidad por un dropaje mal efectuado, pero el resto de su vuelta fue una solidez que no le recordábamos: dieciséis greenes en regulación y cuatro birdies. Si Mickelson partirá mañana desde el menos diez, él lo hará desde el menos nueve.

Si el gran duelo está servido en el desierto, varios invitados sorpresa se han colado para dar la sorpresa. Allí está Craig Lee, superando a Phil en lo más alto de la tabla tras entregar su tercera tarjeta consecutiva por debajo de los 70 impactos. Su 69 le sirvió para alcanzar el menos doce en el global, aunque tendrá que demostrar mañana que la presión le motiva, y no le bloquea. El hindú Gaganjeet Bhullar también está bien posicionado, con menos diez, mientras que un espléndido Pablo Larrazábal entregó un menos cuatro para igualar a Rory en la clasificación, con menos nueve.

No será el único español con oportunidades de victoria, ya que Miguel Ángel Jiménez, en su gran objetivo de llegar a la Ryder Cup, se ha situado sexto con menos ocho, empatado con Hoey, Jaidee, Baldwin y Rafa Cabrera-Bello, que no supo compensar del todo un doble bogey en el nueve y terminó con una vuelta de más uno. Peter Hanson y Thomas Björn esperan también la ocasión de destacar desde el menos siete.

Álvaro Quirós es vigésimo con menos cinco, Sergio García trigésimo noveno con menos dos; Alejandro Cañizares, Nacho Elvira y Eduardo de la Riva quincuagésimo terceros con el par; mientras que Jorge Campillo y José María Olazábal marchan sexagésimos con más uno.

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