Una de las más grandes organizaciones de servicios bancarios y financieros del mundo, HSBC, ha lanzado un informe de lo que esperan que el golf sea en el año 2020. Estamos hablando de un período de tiempo de ocho años, en los que el golf se enfrenta como disciplina a retos tales como la evolución en el material, el problema del juego lento o el coste que actualmente implica la práctica de este deporte. El análisis del gigante bancario es en realidad una proyección de lo que muchos opinan que debería ser el rumbo del golf, deporte al que cualquier persona tendría que poder acceder sin vencer ningún tipo de prejuicio.
Uno de los aspectos que más llama la atención del informe es la presencia de profesionales asiáticos en el futuro. El LPGA Tour ya está viviendo en carne propia como jugadoras, en su mayoría provenientes de Corea del Sur, se hacen con multitud de torneos a lo largo de la temporada. No es entonces de extrañar que se prevea una nueva avalancha en los circuitos masculinos desde Oriente, donde no existe la idea de que el golf es un deporte para las clases más adineradas y donde el trabajo y la práctica, por encima de todo, son el hilo conductor que dirige al éxito. Nadie lo esperaba, pero todo parece indicar que la filosofía tradicional que ha caracterizado a países como China, Corea, Japón o incluso India durante muchos siglos se acopla perfectamente a los requisitos necesarios para triunfar en el golf. Esto es, constancia, dedicación y una inmensa paciencia.
En “Golf’s 2020 Vision” se recogen opiniones de referencias tales como Padraig Harrington, Colin Montgomerie, Gary Player o Annika Sorenstam con el fin de trazar una hoja de ruta para los próximos años. “El cambio es el precio que debemos pagar por la supervivencia”, recalca Player. “Ser el primer jugador verdaderamente internacional me ha servido para ver el desarrollo de ese deporte global. Con los ojos fijados en Asia, puedo ver a multitud de jugadores en el top 10 provenientes de este continente y muchos más torneos organizados allí en el año 2020”. Padraig Harrington, por su parte, coincide con el múltiple ganador de majors: “Basta ver la cantidad de torneos del calendario del Circuito Europeo que ahora se celebran en Asia, desde Oriente Medio hasta Japón”.
Que la mayoría de jugadores puedan llegar a provenir de estas lejanas tierras precisa de varias condiciones para el fomento del golf: más infraestructuras destinas a la práctica y más campos accesibles, en los que el deporte pase a ser de una práctica mucho más familiar. Según este informe, la carencia de tiempo que implica la práctica del golf debería convertirse en una oportunidad de pasar el tiempo libre para los jóvenes. “Hemos podido vivir una revolución en los últimos diez años y no hay indicios de que vaya a parar. Asia es el punto principal y no veo signos de que vaya a cambiar, incluso aumentará”, remarca Annika Sorenstam. “El deporte se está expandiendo a una gran velocidad a través de Asia. Podemos llegar a ver un cambio enorme desde Corea del Sur, China o incluso Japón”.
No es el único aspecto que se trata. La tecnología y su influencia en el golf también puede llegar a facilitar la práctica de este deporte a multitud de aficionados, y se prevén novedades como un palo capaz de memorizar el swing de un jugador y corregirle sus fallos en la forma de impactar la bola. En este aspecto, el informe se muestra más que positivo, llegando a afirmar que las bolas perdidas serán cosa del pasado gracias a chips de rastreo y que existirán “caddies virtuales”, capaces de asesorar al jugador en momentos de duda a través de smartphones y tablets.
Con todas estas novedades la labor de popularización del golf no sería necesaria, ya que este deporte se convertiría en un movimiento cultural en el que la práctica se transmitiría de persona a persona, no en otro sentido. Este efecto dominó llevaría a que las instalaciones para practicar el deporte aumentarían y las posibilidades de hacerlo también. Campos de doce hoyos como los que promulga Jack Nicklaus pasarían a ser algo cotidiano, en un intento de jugar una vuelta en menos tiempo. “Conceptos como una forma reducida del golf podrían llegar a ser más comunes. Hay gente que no dispone de tiempo para jugar 18 hoyos y el deporte necesita desarrollar una versión alternativa”, comenta Colin Montgomerie. “Sin duda, esto ayudaría a los más jóvenes a aficionarse, lo que es obviamente vital para el futuro. del golf Puede que haya que empezar con un torneo nocturno, bajo unos grandes focos, similar a lo que la Fórmula Uno ha conseguido en Singapur”.
Por último, recalca el carácter atlético que ha alcanzado el golf en la última década. Que para practicarlo sea necesario y conveniente estar en un buen estado de forma puede ser una motivación para los jugadores más jóvenes y se podría conjugar su práctica con una preparación física a la altura. “El golf es un deporte para toda la vida”, indica Gary Player. “Yo he trabajado muy duro para tener una larga carrera, pero el tramo de edad para un golfista está empezando antes, cuidando la dieta, salud y forma física. No sería de extrañar encontrar a un ganador con 16 0 60 años de edad. Tom Watson casi gana el Open Championship con esta edad y con tan solo 14 años, Andy Zhang compitió en el pasado U.S. Open. Es increíble y también es parte de lo que hace al golf una disciplina increíble”.
Puede que en algunos sentidos el informe sea demasiado optimista de cara al futuro, tratándose de un período de tan solo ocho años. Sin embargo, es muy útil para hacerse una idea del rumbo que debería adoptar un deporte que, para bien o para mal, está tan apegado a las tradiciones que a veces no es capaz de fijar la vista en años venideros. HSBC es una compañía muy implicada en el golf y como tal espera ver una evolución meteórica de aquí a la próxima década pero no conviene olvidar el estado del golf hace diez años, y todo su desarrollo desde entonces. El material, la tecnología y la preparación física de los jugadores han sido las banderas de este gran cambio. La proyección de éstas para el futuro es incierta, pero serían un gran motivo para construir un deporte más accesible, global y fuerte. En definitiva, un mundo con más golf.
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