Durante la segunda jornada del Turkish Airlines Open, Thorbjorn Olesen afrontó un putt para birdie en el hoyo 12. El danés no consiguió embocarlo y su bola se pasó medio metro del hoyo, lo que en una situación normal terminaría en un par. Sin embargo, dispuesto a simplemente empujarla, le dio accidentalmente fallando el putt de vuelta. Eso, en el golf, también está regulado y tras hablar brevemente con Pablo Larrazábal, su compañero de partido, llamaron a un árbitro del Circuito Europeo para que lo resolviera.
Su decisión fue que el danés debía reponer la bola en el sitio donde reposaba originalmente, asumiendo un golpe de penalidad. No hace mucho también vimos a Justin Rose afrontando una situación parecida, aunque en su caso pegó a la bola con la chuleta que hizo en un swing de prácticas. Olesen volvió a colocar su bola en el sitio adecuado y la metió para finalizar con un doble bogey. Quizá los tres putts más dolorosos de su corta carrera. Así que ya sabéis, si dais sin querer a la bola no cuenta como un golpe, sino que hay que volver al sitio donde reposaba y asumir las consecuencias.
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