Una temporada venida a menos y un campo que le trae recuerdos de su última victoria en el circuito. Así ha llegado Sergio García al Sedgefield Country Club, su particular sala de rehabilitación en los años difíciles. Su juego largo, algo irregular durante los últimos torneos, ha vuelto a surgir en sus calles a base de contundencia; solo un green en regulación falló el castellonense. Cinco birdies, ni un solo bogey y una primera tarjeta de 65 impactos.
Decía George Archer que el golf es una cadena, que había trabajar en sus uniones. En el caso de Sergio, esto se traducía en su camino del tee hasta el green. Tanto en el Open como en el PGA estuvo incómodo pegando a la bola, mientras que también éramos capaces de verle embocando grandes putts. Es el número uno del circuito en esta faceta, a pesar de que todavía no ha conseguido su primera victoria en 2013. Pero la brillantez con el palo que más se utiliza de la bolsa debería encontrar pronto una recompensa. Esta semana, contará con una nueva oportunidad.
Chris Stroud y Ross Fisher se han situado en la cabeza del Wyndham Championship tras finalizar con 64 golpes, en lo que ha supuesto toda una exhibición de birdies a lo largo de 18 hoyos. El primero consiguió ocho, mientras que el segundo hizo cuatro con un eagle. Es uno de los signos de Sedgefield: no es precisamente un recorrido salvaje y siempre otorga una ocasión de recuperar. Al igual que Sergio, Stroud parece tener una relación especial con este campo. “Le digo a la gente que me encanta”, declaró. “No tengo ni idea de por qué no juego bien aquí”.
Matt Jones, Robert Garrigus, Andrew Svoboda, Morgan Hoffmann, Patrick Reed, Jordan Spieth y Trevor Immelman han igualado a Sergio en tercera posición con el menos cinco, en un intento de llegar en la mejor posición posible a los Playoffs de la FedEx Cup. En el caso del sudafricano, su tarjeta del PGA Tour está también en juego, ya que ocupa el puesto 148º y ya se ha terminado su exención de cinco años tras ganar el Masters.
“Fue una gran vuelta, pero solo es jueves”, declaró García. Y tiene razón. El aluvión de aciertos de esta primera jornada tendrá que ser sostenible durante las tres siguientes, como bien indica el menos dieciocho que necesitó el año pasado para superar a Tim Clark. Cinco jugadores esperan desde el menos cuatro, mientras que la friolera de diecisiete lo hacen desde el menos tres. El camino hacia Sergio García pasa por una buena actuación en este recorrido. Reencontrarse con uno mismo, olvidar los problemas de la temporada y, simplemente, jugar al golf como sabe, son los premios que podría recoger el domingo por la tarde.
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