Un Ironman es una prueba que consta de 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km (maratón) de carrera a pie. Exceptuando el Ultraman, celebrado durante tres días en Hawái con distancias aún mayores, es la prueba más exigente del triatlón y, posiblemente, de cualquier disciplina imaginable. Poco o nada tiene que ver con el tipo de esfuerzo que reclama el golf, que se compone normalmente de campeonatos a lo largo de cuatro días y, más que desgaste físico, llega en forma de fatiga mental. Cualquier profesional es capaz de competir durante meses sin sufrirla pero llegado el invierno vemos como muchos de ellos buscan desconectar de sus rutinas, aparcando los palos en el garaje. Marcar los tiempos entre prueba y prueba, elegir un calendario a conciencia y asegurarse llegar en buena forma a los mejores torneos son algunos de los patrones que siguen al inicio de cada año.
Por eso el encontrarse con una jugadora que participe en todas las pruebas de un circuito profesional como el LPGA Tour no es nada habitual. Es más, podría considerarse como un suicidio para alcanzar una forma óptima en ciertos puntos de la temporada, donde la exigencia es mayor. No es de extrañar entonces que a Beatriz Recari le apoden como «Iron Woman» entre muchas de sus compañeras, ya que acostumbra a jugar todos los campeonatos que se celebran cada año, sin importar su localización. “No veo esto como un trabajo. Adoro la competición, los torneos y jugar al golf”, comentó Recari a finales del año pasado. “Me encanta levantarme y salir a entrenar, practicar y jugar”. Después de hacerlo en 27 pruebas a lo largo de 2012, volverá a afrontar el desafío en 2013 y con el nuevo evento que ha confirmado el circuito en las Bahamas llegará hasta los 28, su Ironman particular.
“Estoy preparada para jugar todo de nuevo”, comentó Beatriz sobre el anuncio del LPGA Tour. “No puedo quedarme en casa e ir hasta Bahamas será genial. He estado mirando el calendario y veo que no tendremos más de dos semanas libres este año. Son más oportunidades para jugar más torneos. Crecemos cada temporada”. Pero el espíritu competitivo de la navarra es solo la punta del iceberg de una mentalidad que pasa por cuidar cada aspecto de su vida, desde la alimentación a la preparación física. “Cuido mucho mi dieta. No bebo bebidas carbonatadas, no come postre ni comida frita, solo la energía necesaria para mi cuerpo. Si pones un buen combustible a un Ferrari, el Ferrari responde. Si le das el barato no va tan rápido”.
Marcándose rutinas tan claras para el día a día, el jugar 28 o 20 torneos al año puede dejar de ser una carrera de fondo. Beatriz, simplemente, hace lo que está acostumbrada a llevar a cabo con cotidianidad. Otro factor que parece haberle ayudado es la ayuda de Kai Fusser, antiguo preparador físico de Annika Sorenstam. “He incrementado mi distancia con los hierros en 10 yardas, y otras 20 con el driver”, concluyó a finales de 2012. “Me siento tan bien que mirando los últimos seis torneos seguidos del año sabría que no tendría problemas. Nunca he estado tan bien tanto técnica como físicamente”.
Número 57 del Rolex Ranking, Recari consiguió seis top 10 la pasada campaña y fue una de las tres jugadoras que no falló un solo corte, signo de que el cansancio no hizo mella en sus aspiraciones. El reto para esta nueva temporada, que comenzará del 14 al 17 de febrero con el ISPS Handa Women’s Australian Open, será su segunda victoria en el LPGA Tour (la primera fue en el CVS Pharmacy LPGA Challenge en 2010). Echando un vistazo a su calendario y a su preparación, queda muy claro que tendrá más oportunidades que el resto de conseguirla.
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