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El bastión del golf amateur

José Ramón Rodríguez | 20 de julio de 2014

Panorámica del hoyo 3 de Hoylake con la casa club al fondo

Durante años el Open Championship fue un coto privado escocés. Las primeras 29 ediciones se disputaron en una sede escocesa, los jugadores eran mayoritariamente escoceses como escoceses eran los que ocupaban las primeras posiciones de la clasificación final, que invariablemente tenía a un escocés como ganador. Como si de los galos de Goscinny se tratara, solo un pueblo a orillas del Mersey, en la península de Wirral, plantó cara y puso fin a tan abrumador dominio.

El campo

En 1869 se funda en Hoylake su club de golf, el segundo de los links ingleses en antigüedad por detrás de Westward Ho! Robert Chambers y George Morris (hermano pequeño de Old Tom Morris y profesional de Carnoustie) diseñan un campo de nueve hoyos en los mismos terrenos del hipódromo del Club de Caza de Liverpool. En 1871 el campo se amplía a 18 hoyos y recibe la dignidad y los privilegios de Royal por el patronazgo de Arturo de Sajonia, primer duque de Connaught y Strathearn y tercer hijo varón de la Reina Victoria. En sus inicios el campo carecía de una casa club y se usaban a tales efectos algunas habitaciones del cercano Royal Hotel. La pro-shop estaba también en el Royal Hotel y era una casamata situada en el patio de atrás.

Vista del Royal Hotel de Hoylake

Vista del Royal Hotel de Hoylake

Durante los primeros años se simultanearon las carreras de caballos con el juego del golf, hasta que en 1876 el links se dedicó exclusivamente al golf. Aun así, el hecho de haber sido un hipódromo dejó una marca indeleble en Royal Liverpool. A diferencia de otros links, Royal Liverpool es un campo que carece casi por completo de las características dunas y ondulaciones de un links (los caballos necesitan de un terreno llano para correr), solo presentes en los hoyos más próximos al mar. Como en todos los links, la climatología juega un papel fundamental en el juego. Eso es especialmente cierto en Hoylake, un campo batido por fuertes vientos con tal asiduidad que casi podría decirse que el viento es un elemento integrante del campo. Ese fuerte viento imprime carácter y llevó a Bernard Darwin, jugador y cronista del cambio de siglo, a definir Hoylake como el campo donde los grandes vientos forjan grandes jugadores.

George Morris viajó hasta Hoylake acompañado de su hijo Jack, a quien impulsó a quedarse como profesional y greenkeeper. Jack aceptó a regañadientes, poniendo como condición volver a St Andrews en caso de que no se encontrara a gusto. Las dudas iniciales de Jack se transformaron en 60 años de servicio al club, respeto y cariño de todos los socios. Jack hizo de starter en todos los torneos que se celebraron en el club, dando la salida siempre con las mismas palabras: “Caballeros, jueguen”. Jack nunca fue un gran jugador. De sus resultados solo destaca un segundo puesto en un torneo celebrado en 1871 para promocionar el club, el primero de cierta importancia que se celebraba fuera de Escocia. La dotación económica para premios era el doble que la del Open Championship, motivo que atrajo a las grandes figuras del momento. Tommy Morris, el primo de Jack, fue el ganador con 87 golpes. Jack quedó segundo a seis golpes.

Charles Hunter (greenkeeper de Prestwick) y Jack Morris

Charles Hunter (greenkeeper de Prestwick) y Jack Morris

Sin embargo, como profesor Jack fue extraordinario. Él fue el responsable de que John Ball Sr, dueño del Royal Hotel, pasara a ser jugador scratch en solo un año, y bajo su tutela se educaron tres de los mejores amateurs de todos los tiempos: Jack Graham, John Ball Jr y Harold Horsfall Hilton, que pasarían a la historia como el triunvirato de Hoylake.

La otra gran figura que contribuyó a forjar la tradición del club fue Thomas Owen Potter, su secretario honorario, conocido por todos como Tosper. Este personaje reunía todas las virtudes que se le suponen a un embajador y directivo de un club: era lo suficientemente buen jugador como para entretener a los invitados, rápido y ocurrente en la réplica, incisivo en la crítica y con una piel gruesa e impermeable para soportar los comentarios maledicentes. Además, tenía esa excentricidad necesaria para hacerle singular; en su caso sentía pasión por las gambas y el clarete, regalo que todos los nuevos socios le hacían sabedores de que era la mejor elección. Tosper tuvo el acierto de ver la necesidad de crear un campeonato para amateurs a escala nacional. Hoylake lo organizó en 1884 y tuvo tal éxito que el año siguiente el R&A tomó las riendas y le puso el marchamo de oficial, quedando el celebrado el año previo como un Amateur Championship oficioso.

El trabajo de diseño de Chambers y Morris fue lo suficientemente bueno como para albergar cuatro ediciones del Open Championship, nueve del Amateur y dos del Ladies Amateur hasta los años 20. A partir de ese momento, el campo sufre profundas remodelaciones, la primera y más importante la de Harry Colt en 1924, seguida de la de Fred Hawthree en los años 60. Hoylake permaneció en la rotación del Open Championship hasta 1967, año de la victoria de Roberto de Vicenzo. Después siguió un larguísimo periodo de casi 40 años hasta ser designado de nuevo como sede. Nunca un campo de la rotación había esperado tanto, salvo para salir de ella. La causa de tan larga espera no fue la calidad ni la obsolescencia del campo, sino cuestiones ajenas al propio golf. Royal Liverpool carecía de lo necesario para acoger toda la infraestructura que precisa el moderno golf globalizado, con lo que el club se puso en marcha para corregir esas deficiencias, además de acometer una última reforma del campo a cargo de Donald Steel en 2000 y 2001. El resultado de largos años de concienzudo esfuerzo fue la designación como sede para el Open de 2006. Todos esos trabajos terminaron por borrar del mapa casi por completo el diseño original de Chambers y Morris, del que solo queda el green del hoyo 2, pero sirvieron para que mundo entero pudiera ver a Tiger dando la mejor clase magistral de cómo se debe jugar un links a la que se ha podido asistir en las últimas décadas.

Los jugadores
Retrato de John Ball, leyenda amateur de Hoylake

Retrato de John Ball, leyenda amateur de Hoylake

John Ball nació el día de Nochebuena de 1861 en el Royal Hotel de Hoylake que era propiedad de su padre, ocho años antes de que se fundara Royal Liverpool. No se conoce que fuera a la escuela y se crió casi exclusivamente en el campo de golf, dando precoces muestras de su talento. Con doce años ganó la Boy’s Medal, una competición que se celebraba en Royal Liverpool para niños menores de 15 años, y con apenas 16 hizo su debut en el Open Championship de Prestwick en 1878, quedando cuarto.

John Ball era un persona retraída y callada que hablaba con una voz suave y susurrante. Aun así, era afable y querido por sus vecinos, que le llamaban “nuestro Johnny”. En una ocasión, cuando volvía victorioso de uno de sus Amateur Championships, se enteró de que le esperaba un gran recibimiento en la estación del tren y un desfile de homenaje hasta el Royal Hotel. John Ball se bajó en la estación anterior y llegó andando hasta Hoylake por la playa para evitar el tumulto.

Era un jugador largo y recto desde el tee que jugaba con ligero draw. Usaba un grip de palma con la mano derecha y tenía un swing elegante, grácil y potente que para los cronistas de la época era de una belleza incomparable. Era capaz de moldear el vuelo de la bola a placer en función de las condiciones meteorológicas. Cuando soplaba el viento, John Ball disfrutaba y se encontraba en su medio, algo normal dado que se había criado golfísticamente en Hoylake. Ball era un jugador de puro de match-play. Toda su sencillez y apocamiento se transformaban en férrea determinación y abierta hostilidad cuando tenía a su enemigo a tiro. Disfrutaba especialmente viniendo desde atrás y remontando, sobre todo si podía conseguir ponerse por delante a pocos hoyos del final.

El swing de John Ball

El swing de John Ball

En una época en que no se limitaba el número de palos que un jugador podía llevar, John Ball se distinguía por usar pocos y por haber abominado siempre del niblick (equivalente al actual wedge), del que decía que solo era “una jodía pala”. En su lugar, para los golpes de approach y para jugar desde la arena usaba un hierro 7 u 8 abriendo mucho la cara. Incluso cuando en 1902 se le nombró socio honorario del Royal & Ancient intentó que el órgano rector lo prohibiera, evidentemente sin éxito.

El escritor Robert Harris relata cómo, en una partida que jugó con él en Prince’s (Sandwich), la bola de Ball fue a parar a un bunker. En esa situación, y siendo una partida privada, los otros jugadores le indujeron a probar el niblick. Ball aceptó a regañadientes pero les hizo prometer que guardarían el secreto. Ball tomó el niblick y embocó la bola, pero se quedó avergonzado con la sensación de haber hecho algo ilegal. El resto de jugadores cumplieron con su promesa y la anécdota solo se supo tras su fallecimiento.

Su gran defecto era el juego en el green. John Ball era un mal pateador, especialmente en los putts cortos. Según Horace Hutchinson, gran jugador y cronista coetáneo de Ball, si se le podía aguantar desde el tee, no era difícil recuperarle uno o dos golpes en el green.

Caricatura de Ball en Vanity Fair (1892)

Caricatura de Ball en Vanity Fair (1892)

John Ball era un jugador de su club y se prodigó poco fuera de Royal Liverpool, excepción hecha de los grandes campeonatos nacionales. En Hoylake John Ball era imbatible, incluso cuando en una ocasión se le asignó un handicap de +11. Sin embargo, en los primeros años de su carrera no conseguía rendir al mismo nivel cuando jugaba fuera de casa. Los resultados empezaron a vislumbrarse a partir de que se fundara el Amateur Championship, en cuyas primeras tres ediciones oficiales (había ganado la primera extraoficial en Hoylake en 1884), alcanzó la semifinal en dos ocasiones y la final en la tercera. La victoria llegó por fin en la cuarta edición, celebrada en Prestwick en 1888, cuando ganó la final por 5&4 al escocés Johnny Laidlay. A partir de ahí ganó cuatro ediciones más antes del final del siglo XIX, además de tres ediciones del Irish Amateur. La llegada del siglo XX supuso un cierto parón en su carrera porque perdió los dos primeros años sirviendo en la Guerra de los Boers. Aun así, y ya con más de 40 años, ganó tres ediciones más del Amateur Championship, la última en 1912 a la edad de 51 años.

Sin duda, en su carrera como jugador el mejor año fue 1890. Ese año John Ball había ganado el Amateur Championship derrotando en la final de nuevo a Johnny Laidlay por 4&3 en Royal Liverpool. Después de dos participaciones siendo muy joven, John Ball acudió a Prestwick aquel año para participar en el Open Championship por tercera vez. Allí se alzó con la victoria por tres golpes de diferencia sobre los escoceses Willie Fernie y Archie Simpson. La victoria de Ball era la primera de un amateur en el Open Championship y la primera de un jugador no escocés (curiosamente los ingleses dominaban el Amateur Championship). Además, por primera vez en la historia un jugador era capaz de ganar los campeonatos Amateur y Abierto el mismo año, una hazaña que solo el gran Bobby Jones fue capaz de repetir en 1930, el año de su Grand Slam.

Dos años después, en Muirfield, Ball estuvo a punto de ganar de nuevo. Esta vez quedó segundo, tres golpes detrás de Harold Hilton, otro inglés y otro amateur de Hoylake. Después de ese segundo puesto, John Ball nunca volvió a estar tan cerca de ganar el Open Championship.

John Ball prolongó su carrera hasta bien cumplidos los 60 años. En 1927, con 66, participó por última vez en el Amateur Championship, que se volvía a celebrar en su club, con la única intención de alcanzar las 100 victorias. Fue eliminado en la segunda ronda quedándose a un solo triunfo del objetivo. Poco después se retiró a una granja en Hollywell, Gales, donde falleció el 2 de diciembre de 1940 a la edad de 78 años.

Ball fue un jugador muy peculiar que parecía jugar al golf más por el golf en sí mismo que por la gloria que pudiera lograr. Buena prueba de ello es que no se conserva ninguno de los trofeos que consiguió a lo largo de su carrera. El mismo Ball no sabía dónde podían estar y suponía que los había ido regalando a sus amigos.

Harold H. Hilton, en acción

Harold H. Hilton, en acción

Harold Hilton, el otro gran amateur de Hoylake, nació en West Kirby, una población justo al sur de Royal Liverpool, el mismo año de su inauguración. Este club de golf siempre se ha considerado privilegiado porque su situación y sus comunicaciones permitían que estuviera al alcance de los mejores profesionales de Escocia e Inglaterra con facilidad. Eso hizo posible que Hilton se criase viendo a los grandes jugadores de su época, entre ellos a John Ball, que fue a la vez modelo y adversario.

A diferencia de Ball, Harold Hilton era una persona alegre, extravertida y jovial a la que le gustaban las multitudes y la notoriedad. Hilton medía poco más de metro sesenta y cinco pero era fuerte y tenía un swing fluido y potente. A la hora de jugar era muy cuidadoso a la hora de tomar el stance y en el address, pero cuando iniciaba el backswing todo rastro de meticulosidad desaparecía transformándose en un desparpajo que parecía anunciar una falta de control que nunca llegaba. De su swing era característica una brevísima parada en el topswing que aprovechaba para ajustar mínimamente el grip, y que se le cayera la gorra de la potencia que imprimía a su giro. También era habitual verle jugar fumando, sin que nadie llegara nunca a entender cómo podía llegar a ver la bola entre tanto humo.

Como jugador de Hoylake, Harold Hilton movía la bola con facilidad y, a diferencia de John Ball, era muy bueno con el juego corto. Sus grandes defectos emanaban de su propia necesidad de reconocimiento. Hilton tendía a ser efectista; no se contentaba con dar un buen golpe, sino que además ese golpe tenía que ser espectacular.

Hilton inició su carrera en los grandes torneos con 18 años, participando en tres ediciones del Amateur Championship sin demasiado éxito. En 1891 llegaba a la final en St Andrew y caía derrotado por Johnny Laidlay en el segundo hoyo del desempate. El año siguiente repetía segundo puesto, esta vez derrotado por John Ball en Royal St George’s por 3&1. El año siguiente Harold Hilton se tomaría cumplida revancha.

Hilton, con su minúsculo putter

Hilton, con su minúsculo putter

En 1892 el Open Championship visitaba Muirfield por primera vez, un campo que sustituía a Musselburgh como sede de The Honourable Company of Edinburgh Golfers y ocupaba su puesto en la rotación. Ese año, también por primera vez, el Open se ampliaba de dos a cuatro rondas. Cuando John Ball acabó su última vuelta era primero en la casa club. Sus perseguidores, Sandy Herd y Hugh Kirkaldy, fallaron en los últimos hoyos y fueron incapaces de pasarle. Solo quedaba Hilton como candidato. En los últimos tres hoyos solo necesitaba hacer 18 golpes para ganar, pero hizo cinco, tres y seis para sumar un total de 74 y obtener tres golpes de ventaja sobre Ball.

La victoria de 1892 fue clave para el devenir del Open Championship. La segunda vez en tres años que ganaba un inglés convenció al R&A para sacar el Open de tierras escocesas en 1894. La sede elegida fue Royal St George’s, cuyas bondades ya habían puesto a prueba con el Amateur de 1891. La victoria en 1894 fue de nuevo inglesa, esta vez para John Henry Taylor, que además sería la primera de las 16 que conseguiría el Gran Triunvirato (Vardon, Taylor y Braid) en 21 años. El año 92 supuso un cambio de tendencia no solo en la rotación de campos sino en los resultados. Hasta ese momento los escoceses habían ganado 29 de 30 ediciones del Open. A partir de ahí, y hasta nuestros días, solo han ganado 13.

Caricatura de Hilton en Vanity Fair (1903)

Caricatura de Hilton en Vanity Fair (1903)

Caído el Muro de Adriano, el Open llegó a Royal Liverpool por primera vez en 1897. 88 jugadores tomaron la salida, entre ellos 20 amateurs. Ball acabó líder el primer día, pero su juego se fue desvaneciendo conforme avanzaban las rondas. El último día se produjeron numerosos abandonos, quedando finalmente solo 50 jugadores. Harold Hilton hizo un comienzo espectacular que le valió para ponerse arriba. Solo J. H. Taylor fue capaz de seguirlo y de llegar al final con opciones, pero en el último hoyo falló un largo putt para forzar el play-off y dejó como ganador a Hilton por segunda vez.

No deja de ser llamativo que un jugador aficionado obtuviera mejores resultados en los campeonatos profesionales que en los amateurs. Hilton ganó cuatro Amateur Championships, pero tuvo que esperar a que llegara el siglo XX y a cumplir la treintena. Las dos primeras victorias llegaron de forma consecutiva en 1900 y 1901, las otras dos en 1911 y 1913 ya con 44 años.

De forma similar a lo que había sido 1892 para el golf británico, 1911 fue un año de grandes cambios en el golf americano. En 1911 ganaba el US Open John McDermott, el primer jugador estadounidense en conseguirlo, dando inicio a una racha de más de 50 años de dominio americano casi exclusivo. Ese mismo año ganaba Harold Hilton el US Amateur, la primera y única vez que un inglés lo ganaba hasta la victoria de Matthew Fitzpatrick el año pasado en The Country Club. La consecución del US Amateur en Apawamis Country Club tuvo un final notorio y dramático al más puro gusto de Harold Hilton. Fred Herresford y Harold Hilton acabaron empatados la vuelta estipulada. En el primer hoyo del desempate, Hilton pegó una madera 3 que se dirigió a una zona rocosa próxima al green del hoyo 1. La bola rebotó contra una piedra y quedó reposando en green. Herresford, probablemente estupefacto por lo que acababa de ver, topó su approach y se anotó un bogey. Hilton hizo dos putts y ganó el torneo. En Apawamis todavía se conoce esa zona como la Roca de Hilton.

Hilton recibe de manos de Silas Strawn, presidente de la USGA, el título del US Amateur

Hilton recibe de manos de Silas Strawn, presidente de la USGA, el título del US Amateur

La relación de Royal Liverpool con el golf amateur, personificada en las figuras de Ball y Hilton, es larga y profunda. Es el campo que más veces ha organizado el Amateur Championship, 18, entre ellas la inaugural; ha acogido tres veces el Ladies Amateur, organizó el primer encuentro amateur internacional entre las Islas Británicas y Estados Unidos en 1921, que el año siguiente se transformaría en la Walker Cup, que además ha albergado en una ocasión, al igual que su equivalente femenino, la Curtis Cup. A las figuras de John Ball y Harold Hilton hay que añadir la de Bobby Jones, que en 1930 dio el segundo paso hacia su Grand Slam al ganar en Hoylake el Open Championship. Junto a Ball y Hilton, Jones es el único jugador que ha ganado el Open Championship y el Amateur Championship. Los motivos quedan más allá de las posibilidades de este artículo, pero está fuera de toda duda que Royal Liverpool es el verdadero bastión del golf amateur.

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