Jason Dufner, el americano impasible, vuelve a estar en disposición de ganar un torneo del PGA Tour… por sexta vez, cuarta en los últimos dieciséis torneos. Sin embargo, los fines de semana se le atragantan a este jugador que estuvo a punto de llevarse el PGA Championship de 2011 ganado increíblemente por Keegan Bradley y que es el único jugador del top 50 del mundo que aún no cuenta con victorias profesionales.
Las estadísticas son contundentes: es segundo en media de golpes en los primeros 36 hoyos, pero solo 98º en la tercera vuelta y 108º en la cuarta. ¿La solución?
“He estado dándole vueltas a qué puedo hacer mejor en el aspecto mental y emocional, y aprender de algunas cosas que se me han atragantado. Para ganar hay que tener en cuenta muchas cosas, además de pegarle a la bola”.
De momento ha vuelto a entregar otra de esas vueltas impecables de los viernes a la que nos tiene acostumbrados, un 65 libre de bogeys que le ha permitido escalar a la primera plaza del Zurich Classic con -12 y un golpe de ventaja sobre el escocés Russell Knox y los estadounidenses Ken Duke y John Rollins. Con dos golpes más, tres ilustres: Greg Chalmers, Ernie Els y Steve Stricker, y con -9 una de las sorpresas del torneo, el desaparecido colombiano Camilo Villegas en su primer gran torneo de año.
Por detrás, Luke Donald, que comenzó con un +1 el jueves, entregó un gran -7 y se ha colocado vigésimo segundo con -6 en el global. El inglés necesita un séptimo puesto para recuperar el número 1 del mundo y su gran vuelta del viernes le permite soñar con ese objetivo.
Mientras tanto, Bubba Watson, defensor del título y ganador del Masters 2012, consiguió superar el corte pero se encuentra lejos de la cabeza con -2.
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