Esta semana ha tenido lugar en St Andrews, Escocia, la décima edición del Golf Business Forum de KPMG. Imposible pensar en un mejor lugar para celebrar la primera década de este evento, uno de los que más personalidades de la industria del golf consigue reunir en un único punto. Durante tres días de tiempo muy poco escocés, incluso con calor en algún momento, profesionales de diversas áreas y de varios países de todos los continentes comentaron, discutieron, matizaron, formaron e incluso sorprendieron con sus ponencias, mesas redondas y presentaciones.
Resulta curioso que esta iniciativa partiera de un país con escasa tradición de golf como es Hungría. Hace casi quince años un grupo de consultores de la oficina de KPMG en Budapest iniciaron un grupo de trabajo dedicado a estudios de mercado de la industria del golf, germen de lo que hoy en día es el grupo Golf Advisory que asesora, estudia y participa en numerosos desarrollos de golf a lo largo y ancho del planeta. Liderados por Andrea Sartori y dotados de independencia respecto a las oficinas locales de la firma, este grupo de trabajo se marca como objetivo la excelencia en los proyectos de la industria del golf en los que participa.
El viaje en sí hasta St Andrews resultó más ligero de lo que preveía. Avión de Madrid a Edimburgo, bus hasta la estación de tren de Inverkeithing, desde ahí un hora traqueteando por la campiña escocesa hasta el pueblo de Leuchards, y finalmente taxi hasta Kinkell House, antigua granja reconvertida a clásico bed & breakfast. Primera alegría, el B&B estaba situado entre los dos campos de golf que se jugarían durante el foro, el Kittocks Course y el Castle Course, ambos espectaculares links modernos. Igualmente se encontraba a ocho minutos caminando del Fairmont, la sede de las conferencias, lo que garantizaba puntualidad y autonomía. Y teniendo en cuenta que a última hora se cambió la localización de la cena de gala y que se realizaría en Kinkell Byre, a escasos treinta metros de la puerta del B&B, ¡inmejorable!
El día siguiente, domingo, estaba previsto para hacer “turismo de golf” por el pueblo y sus links, especialmente porque durante este día el Old Course está cerrado al juego y únicamente permiten usar el campo como parque. Los demás campos (New, Jubilee, Eden, etc.) sí están abiertos y en ellos ves a jugadores de todo tipo, estilo y procedencia, ansiosos por ver su bola volar y rodar en un escenario tan particular.
Varias cosas llaman la atención al rato de estar deambulando por la zona. La mayor parte de las personas con las que te cruzas van vestidas “de golf” y nadie les mira raro, está asumido y punto. En casi cualquier punto a menos de mil metros del tee del uno del Old Course se respira golf, te invade una sensación muy particular cuando estás en los lugares que has visto tantas veces por televisión. Y abruma el respeto y el recuerdo que tienen a Seve Ballesteros los local players. Casi todos los que te identifican como español tienen alguna palabra de admiración por nuestro mejor embajador. Legend.
No hay vallas. Ni verjas. Algún murete y alguna puerta para delimitar una entrada o una salida. Algún cartel que te recuerda que hay “golf in progress” pero ninguno que te diga “Prohibido el paso”. Un paisano sacando a pasear al perro por la calle del 16 del Old Course, o varios jugando al frisbee en el 17, respetando los greens y los bunkers, sin hacer tropelías y sin que nadie tenga que vigilarle para que no se le ocurra hacerlas. Igualito que en España…
La primera jornada oficial resultó de lo más dinámica. Después de realizar el obligado registro y de recoger el welcome pack (petaca de whisky escocés incluida, no podía faltar), E-Z-GO nos invitaba a jugar un torneo en el Kittocks Course, uno de los dos campos del complejo Fairmont St Andrews. De los mejores torneos Texas Scramble por equipos que haya podido jugar, no sólo por los compañeros de partido o por el magnífico set de palos de alquiler, sino por tener la oportunidad de jugar un campo de características tan particulares y estampas absolutamente espectaculares. Finalmente cuartos empatados, un resultado más que meritorio, y una jornada para no olvidar.
Después del torneo, el coctel de bienvenida. Saludos, risas, repaso a golpes dados, reencuentro de viejos conocidos… networking en estado puro, al fin y al cabo el objetivo del evento. Quien asista a un foro similar sin un buen puñado de tarjetas de visita o con la intención de únicamente escuchar y tomar notas, que se ha dado algún caso, se equivoca. Cinco minutos de charla pueden ser infinitamente más productivos que treinta emails, y el lazo establecido, el face to face, suele ser una sólida impronta difícil de borrar. Ojo, para bien y para mal, que también entran en juego las diferencias culturales y hay que tenerlas en cuenta, especialmente si tu interlocutor proviene de un par de océanos más allá.
Impresiona el plantel de asistentes (altos directivos de Gary Player International, Arnold Palmer Design, TORO, John Deere, R&A, LET, PGA Tour, Callaway, por poner algunos ejemplos, representantes de prácticamente todos las áreas de la industria del golf) y su proximidad, es decir, la facilidad de interactuar con ellos y comentar aspectos, aportar comentarios, plantear dudas o discutir pareceres. Todos tienen a España en muy buena estima, muchos la conocen de más de una ocasión, y les interesa conocer qué pasa en nuestros campos, clubs y resorts. Reconocen que el potencial de nuestro país es inmenso pero que falta organización, reorganización y buena promoción interna. Coincido totalmente.
La jornada del martes resultó la más densa y prolífica de todas. Ocho horas de presentaciones, mesas redondas, coffee breaks, sesiones técnicas, lunch, más presentaciones, más mesas redondas… Todas interesantes, productivas, profesionales. Quizá, por poner un pero, demasiado. Quizá faltó algo más de interacción con los asistentes, algo que más de uno entre el público comentó. Seguramente los organizadores habrán tomado buena nota para futuras ediciones. Por cierto, el Golf Business Forum 2014 se celebrará en Abu Dhabi, dato confirmado.
Acabada la jornada, y tras un breve descanso, llegaba la cena de gala, verdadero núcleo del foro. Cuatro horas en las que alternar y departir con personalidades normalmente difíciles de acceder, no como en esta ocasión era todo lo contrario. Cata de whisky, espectáculo de gaitas-pop (sí, en todos lados hay fusiones musicales), charlas… una noche interesante y productiva.
El último día comprendió una mañana ligera, con más presentaciones, mesas redondas, coffee breaks, sesiones técnicas y lunch, y una tarde de juego y networking en el Castle Course, el séptimo links de St Andrews. Campazo. Y los compañeros de partida incrementaron las buenas sensaciones y escuché en varias ocasiones “truly pin seeker” y “hot hands”. Una fantástica manera de cerrar un evento extraordinario.
No puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer a Emilio Gené, manager de Golf Escocia, y a Fernando Velásquez, taxista local de St Andrews, su colaboración en la organización del viaje. Grandes profesionales a los que recomiendo acudir si te planteas una visita a The Home of Golf.
10º Golf Business Forum de KPMG
Artículo publicado originalmente en golfindustria.es, el portal de los profesionales de la industria del golf en España. Esta web está coordinada por Alejandro Rodríguez Nagy, consultor desde en año 2006, especialista en golf y sostenibilidad y autor de la Guía de gestión ambiental en instalaciones de golf.
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