Es posible que el nombre de Jordan Baker no les resulte muy familiar a los lectores y visitantes de esta web, pero junto a la Albertine de Marcel Proust, el socio decano de P. G. Wodehouse, y el James Bond de Ian Fleming conforma el cuarteto de personajes literarios más avezados en el terreno golfístico.
La señorita Baker es una exquisita e intermitente secundaria que aparece en El gran Gatsby, la elogiada novela de Francis Scott Fitzgerald, una muchacha de buena familia que se convierte en el interés romántico del narrador, Nick Carraway, a quien las circunstancias convierten en el único amigo verdadero del misterioso Gatsby. Caprichosa, seductora y glamurosa a partes iguales, Jordan Baker se bate con las mejores amateurs de Estados Unidos y sorprende a Carraway por su duplicidad: por un lado ejerce un atractivo irresistible, pero por otro su liviandad moral le mantiene en guardia. Y a Fitzgerald no se le ocurre mejor manera de transmitir la falta de escrúpulos de su personaje que mencionando un confuso episodio en las semifinales de un importante torneo de golf, en el que se acusa a Baker de hacer trampas al mejorar el lie de su bola (el periodista Matt Cooper abunda en este aspecto en esta magnífica semblanza de Baker).
Encarnada por Elizabeth Debicki en la reciente versión de El gran Gatsby dirigida por Baz Luhrmann y con Leonardo DiCaprio como Gatsby; por la bellísima Lois Chiles, que robaba el corazón a Sam Waterston (The Newsroom) en la de Jack Clayton protagonizada por Robert Redford y Mia Farrow; y por Ruth Hussey en el film de 1949 encabezado por Alan Ladd, Baker probablemente sea el personaje golfístico más memorable que ha trascendido las barreras literarias y ha llegado al cine en una obra ajena al mundo del golf. Sin embargo, F. Scott Fitzgerald no creó a Jordan Baker de la nada…
La inspiración le llegó al escritor estadounidense en 1915, mientras estudiaba en Princeton, cuando se enamoró perdidamente de una muchacha de la alta sociedad llamada Ginevra King. Y la mejor amiga de King, compañera inseparable, era Edith Cummings, una de las mejores jugadoras de golf de los años 20. Ginevra King acabaría siendo Daisy Buchanan, el amor imposible de Gatsby, mientras que su amiga Cummings se transformaría en Jordan Baker en las páginas de la novela.
Sin embargo, no se tiene constancia de que Edith Cummings se viera envuelta en ninguna polémica de reglas como la descrita en el libro durante su exitosa carrera. Después de graduarse en 1917, la apodada «Fairway Flapper» se centró en su carrera golfística y se impuso en el US Women’s Amateur de 1921, un honor que se ampliaría al convertirse en la primera atleta a la que se dedicaba la portada de la revista Time, todo un hito para el deporte femenino.
Años después, Cummings se casó con el empresario Curtis B. Munson y, aunque siguió jugando hasta sus últimos años, dejó el primer plano social y deportivo para centrarse en su labor filantrópica hasta su fallecimiento en 1984. Y aquí es donde entra en juego Azahara Muñoz (¡por fin!, afirmará más de un lector desesperado por el «engañoso» título del artículo).
La Curtis and Edith Munson Foundation financia un gran número de iniciativas benéficas entre las que destaca el premio Edith Cummings Munson Golf Award que se otorga anualmente a una de las mejores golfistas universitarias que también sobresale en la vertiente académica, un galardón entregado por la National Golf Coaches Association (NGCA) y que va acompañado de una beca de 5.000 $ destinados a la universidad de origen de la jugadora premiada. Azahara Muñoz, la campeona de San Pedro de Alcántara, recibió este premio dos años consecutivos (en 2008 y 2009) mientras estudiaba en la universidad de Arizona State y es una de las dos únicas jugadoras (la otra es la estadounidense Brooke Pancake) que ha conseguido el premio por partida doble.
Como verán, nos hemos ahorrado algunos de los seis «grados de separación» que pueden relacionar a cualquiera con cualquiera según la famosa teoría y nos han bastado dos pasos (largos, eso sí) para vincular a F. Scott Fitzgerald con Azahara Muñoz.
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