Había perdido a varios familiares hace unos días en Filipinas, pero no quiso dejar de representar a su país en la Copa del Mundo. Jason Day entregó dos solidas primeras tarjetas en Royal Melbourne, manteniendo esa intensa concentración que le hemos visto en las grandes citas, intentando abrirse paso en un recorrido de puertas abiertas, pero que penaliza la más mínima imprecisión, incluso cuando llega en forma de botes. 68 y 70 golpes en su casillero, y la oportunidad de entregar junto a Adam Scott una victoria memorable a sus compatriotas, que todavía digieran aquella chaqueta verde lograda el pasado abril.
“Tuve un buen comienzo y me mantuvo paciente, dejando que las cosas fueran sucediendo”, explicó Jason tras entregar su tercera tarjeta. “En el tramo final metí muy buenos putts. Estoy muy contento por cómo he jugado”. Fueron dos birdies en sus primeros dos hoyos, seguidos de un error en el 5. Pero poco a poco, como las hormigas, Day fue cerrando los ojos antes de cada golpe, imaginando su trayectoria en el cielo de Victoria; y su bola no tardó en corresponderle. Cuatro aciertos más, entre el 9 y el 17, le permitieron finalizar con 66 impactos en un recorrido que hacía estragos entre sus más directos rivales por el título. Él ya podía imaginarlo: “Tienes que ser muy paciente aquí. Puedes llegar a ver cómo el campo te machaca”. Había alcanzado la primera posición.
Su menos cinco en el día y su menos nueve total son ahora la referencia de la Copa del Mundo. Thomas Björn, líder tras 36 hoyos, se quedaba al par (menos ocho), mientras que Kevin Streelman se iba hasta los 74 para pasar a ser quinto (menos cuatro). No hicieron nada demasiado distinto ni su golf varió sustancialmente, son los mismos hombres con el mismo swing que en los primeros compases de este campeonato, donde parecían intocables. Royal Melbourne, sin embargo, castigó sus pequeños desajustes con la crueldad de los grandes escenarios, marcando una línea muy delgada entre el éxito y el fracaso. “He jugado de nuevo muy, muy bien pero el putter, simplemente, no hizo lo que se supone que debería haber hecho”, declaró Thomas. “Estoy haciendo todo bien y jugando el campo como hay que hacerlo”. Ahora, el gran danés está a un golpe del australiano, mientras que el tercero en discordia se llama Matt Kuchar.
El estadounidense, en este campo, es todo un peligro, ya que es de los que mejor interpretan aquello que dijo Hogan hace décadas (“El que falle mejor va a ganar”) y que tan bien funciona por estas calles. Sin hacer nada del otro mundo, firmando un par tras otro, Matt ya se ha situado a solo tres de la cabeza, y nadie piensa que vaya a fallar en los últimos 18 hoyos. Su disputa, además, no se trata solo de lo individual, sino de llevar a Estados Unidos a su vigésimo quinta victoria en este torneo. Australia lidera con menos once (Scott marcha con menos dos), mientras que ellos están en el menos diez. Japón, con menos cuatro, no parece un rival peligroso para la última jornada.
Entre estos tres hombres se decidirá probablemente el triunfo mañana, aunque Francesco Molinari, tras igualar la tarjeta de Day, se haya creado una pequeña oportunidad desde el menos cinco. Miguel Ángel Jiménez marcha al par y Rafael Cabrera-Bello con más siete.
Resultados completos individuales
Resultados completos por equipos
Adam Scott Asian Tour Danny Willett European Tour Francesco Molinari Graeme McDowell Gregory Bourdy ISPS HANDA World Cup of Golf Jason Day Jonas Blixt K. J. Choi Kevin Streelman Martin Laird Matt Kuchar Matteo Manassero Miguel Ángel Jiménez Nicolas Colsaerts Peter Hanson PGA Tour Rafa Cabrera-Bello Ricardo Santos Royal Melbourne Golf Club Shane Lowry Thomas Björn Victor Dubuisson
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