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Darren Clarke, ajeno al drama en el Iberdrola Open

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Óscar Díaz | 15 de mayo de 2011

El norirlandés Darren Clarke (-6) ha conseguido imponerse en un Iberdrola Open que ha vivido uno de los desenlaces más extraños de los últimos años, pleno de dramatismo y emoción. Clarke, que compartía partido con el español José María Olazábal, solo fue consciente de su situación de líder al finalizar el hoyo 17 y pone fin a casi tres años de sequía en el European Tour.

Cifras disparatadas en las tarjetas producto del vendaval matutino, autodestrucciones inesperadas (como la de los dos primeros clasificados al final de la tercera jornada, Wood y Lowry), nervios patentes desde el primer momento y tensión reflejada en el rostro de noveles y veteranos por igual, todos ellos necesitados de una victoria… Todo esto pudo verse en la jornada

El día se levantó nublado y ventoso, y los primeros resultados recogidos en casa club hacían presagiar que el ganador tendría que echar mano de sus dotes de supervivencia. En el partido de los líderes, las dudas ya se dejaban traslucir en el primer hoyo: Wood se retiraba de la bola en el tee y Lowry se metía en un lío desde el centro de la calle, funestos augurios de lo que sería su vuelta.

Aunque el viento amainaba ligeramente a medida que iba avanzando la jornada, de los dos partidos finales Clarke era el único que parecía mantener la calma (birdie en el 3 desde fuera del green) aunque Wood seguía líder. Olazábal no terminaba de arrancar y Lowry se metía en una auténtica montaña rusa de birdies, bogeys y doble bogeys.

Por detrás, solo Lynn y Forsyth amenazaban a los líderes, pero Wood parecía tener todo controlado hasta que encadenó dos bogeys seguidos (con otros tantos tripateos) en los hoyos 12 y 13. Aunque Clarke había pinchado previamente en el 11 al picar el cebo de una bandera muy ajustada con respecto al obstáculo de agua, a Wood se le salía la proverbial cadena del símil ciclista y protagonizaba una sonada autodestrucción que nos recordó a la de Mclroy en el Masters, aunque fuera menos aparatosa.

Clarke enganchaba dos birdies seguidos en el 14 y el 15 y salvaba un espectacular par desde el collarín con un híbrido en el difícil hoyo 17, mientras el juego de su joven rival se iba deshilvanando. Acompañado por su gran amigo Olazábal, Clarke solo tuvo que asegurar el tiro en el hoyo 18 (se olvidó de la bandera y fue al collarín, al fondo de la zona central del green) y con dos certeros putts se aseguraba la victoria.

A José María Olazábal le faltó la brillantez de las dos jornadas anteriores en los greenes, aunque reconoció que el problema no estuvo sobre esta superficie sino en el juego largo. Después de que ahogara sus opciones en el obstáculo de agua del hoyo 14, su primer birdie llegó en el 17 cuando el torneo ya estaba decidido, pero solo le sirvió para empatar en la quinta plaza con Shane Lowry y Paul Lawrie.

Con respecto a los demás españoles, Carlos del Moral ha acabado en decimosegundo lugar, un puesto que le ayudará de cara al próximo re-ranking pese a la escasa dotación económica del torneo y de espectacular cabría calificar a la decimocuarta posición del amateur donostiarra Adrián Otaegui, mientras que el bilbaíno Borja Etchart (24º, +5 en la última vuelta y el cacereño Jorge Campilo completan el grupo de españoles encuadrados dentro del top 30.