Tuvo la oportunidad de convertirse en el ganador más joven de la historia del Masters siendo, además, el primero que disputaba. Toda la semana se habló de la importancia de la experiencia en el Augusta National pero Jordan Spieth, de veinte años, pareció demostrar que aquel torneo no era únicamente un país para viejos. En poco más de un año ha pasado de no tener la tarjeta del PGA Tour ha convertirse en el jugador más precoz en conseguir un triunfo desde que se inaugurara el Empire State. Conozcamos un poco más al nuevo chico maravilla del golf estadounidense:
• Su hermana, Ellie, nació con un trastorno neurológico y pasó su primer mes en cuidados intensivos. Jordan la visitó todos los días y sigue siendo una pilar fundamental en su vida.
• No se centró exclusivamente en el golf hasta que cumplió los doce años, donde llegó a entregar una vuelta con… ¡62 golpes! Incluso sus padres fueron muy prudentes con cómo gestionaba su tiempo después de aquello.
• “En el instituto es donde aprendí a ganar”, ha declarado. “Son torneos de una sola vuelta y yo siempre me enfrentaba al mejor jugador del equipo contrario. Te da una sensación de que tienes que conseguirlo, sin importar el cómo”.
• Ganó los campeonatos individuales de Texas en sus tres últimos años en el instituto y se pasó los veranos compitiendo en los US Junior Amateur, donde consiguió dos. Él y Tiger Woods son los únicos que han conseguido más de un triunfo en la historia del campeonato.
• Cuando tenía dieciséis años, Spieth recibió una invitación del torneo del PGA Tour que se celebra cerca de su casa, el Byron Nelson Championship. Estaba empatado en octava posición en la última jornada y finalizó decimosexto. Fue espectacular, aunque a él le quedó un regusto amargo. “Él pensaba de verdad que iba a ganar”, ha dicho su hermano Steven.
• Spieth se matriculó en la Universidad de Texas y los resultados fueron predecibles: en su primer año fue el mejor jugador y lideró a los Longhorns al Campeonato Nacional de 2012. Era el primero que ganaban desde 1972.
• Aquel mismo año, ante la inminente desaparición de la escuela de clasificación del PGA Tour, decidió inscribirse. No consiguió gestionar muy bien la presión y quedó eliminado, por lo que comenzó a enviar cartas a los organizadores de torneos en busca de una invitación. En su tercer evento, en Puerto Rico, terminó empatado en segunda posición y se embolsó 308.000 dólares. A la semana siguiente, en el Tampa Bay Championship, empató en la séptima plaza, ganando otros 149.000 que le dieron un estatus de miembro temporal del circuito. Necesitó de cuatro torneos para conseguirlo.
• Esto es lo que más sorprende de él a algunos de sus compañeros en el circuito:
Steve Stricker: “Su compostura. Creo que lo tiene todo. No parece tener veinte años, sino mucho más maduro”.
Zach Johnson: “Su madurez, referida a que las emociones no se involucren con tu juego en el campo”.
Graham DeLaet: “Su madurez. Jugué con él en Houston y pegó a la bola mal. Aún así hizo cinco o seis menos. Me di cuenta de que aquel chico ya sabía cómo jugar a esto. Las habilidades físicas están ahí, pero lo más sorprendente es su dureza”.
Jason Day: “Su madurez. No pega un golpe hasta que está completamente comprometido. Hace falta mucho para aprender eso. A mí me llevó unos cinco o seis años el realmente darme cuenta de ello”.
Cameron McCormick, su entrenador: “Un cóctel de habilidades. Jordan tiene tremendas habilidades motoras y una capacidad innata de comprender cómo su cuerpo se está moviendo a través del tiempo y del espacio”.
Michael Greller, su caddie: “Se mueve de un modo distinto. Ha dominado en cada nivel en el que ha participado y transmite una confianza increíble. Nunca ha sido chulería, sino una actitud muy seria acerca de ganar”.
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